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«MAFIAS CAPTURARON EL ESTADO y parte de la oposición»

“Padecemos la enfermedad del caza-rentismo. Aquí el conflicto es entre los caza-renta, que están entre el desgobierno o entre la oposición, y el resto de los venezolanos”

Enrique Meléndez

         El economista Felipe Pérez Martí afirma que hasta ahora los venezolanos no hemos podido encontrar una salida democrática en nuestros desequilibrios políticos, porque aquí no está planteado el esquema capitalismo versus socialismo, sino que también existe la figura del cazador de rentas.

“Aquí el conflicto es entre los caza-renta, que están entre el desgobierno o entre la oposición, y el resto de los venezolanos. Necesitamos fuerza para salir, no solo de Maduro y su banda, sino del caza-rentismo también; con la alianza externa de EEUU, y con nuestros militares patriotas”, asegura el ex ministro de la Planificación, durante los años 2002 y 2003.

         Ustedes los economistas venían diciendo que la causa del desplome del bolívar se debía al control de cambio, sin embargo, ya que fue levantado ese control, el dólar ha seguido subiendo, al punto que se cotiza al día de hoy en más de 100 mil bolívares. ¿Qué opina usted?

-El dólar ha seguido subiendo, primero, porque el bolívar perdió prácticamente su propiedad como medio de cambio, de valor, y de unidad de cuenta. Segundo, porque el desgobierno sigue abusando con la emisión de dinero sin respaldo.

-Pero además, porque hay escasez de productos. Incluso importados. Con lo de la escasez de gasolina, las cosas se han agravado a tal punto, que los precios han subido incluso en dólares de manera importante. Es un asunto de baja drástica de oferta real, mientras hay alguna disponibilidad de dólares proveniente de remesas.

¿Usted cree que un gobierno de transición debería continuar con la política de los CLAP?

-Para nada. Debemos pasar de los subsidios indirectos a los directos, en dinero fuerte, en la transición. Y para todos los venezolanos. Y  equivalente en dólares. Para copar con los aumentos que vienen en la gasolina, la electricidad, el agua, la telefonía. No podemos abandonar a la clase media y a los pobres en la recuperación. Y tenemos con qué, parando en seco la maquinita de hacer dinero; en un clima de estabilización de precios, y de aumento de la producción nacional y acceso a los bienes importados.

         A su juicio, ¿será necesario ir a un proceso definitivo de dolarización de la economía o lo mejor será preservar nuestra moneda?

-Hay ya una dolarización de facto. El bolívar ya no funcionaba para medir la riqueza real, y para contar las transacciones de valores entre bienes y servicios. Era lógico que se usara el dólar para todo eso. Y el peso en la frontera con Colombia.

-Pero en lo que viene debemos recuperar nuestra moneda nacional. Quizá podemos llamarlo bolívar republicano. Con independencia del Banco Central de Venezuela, se recupera su función. Y es de utilidad por razones de ciclos económicos internos. La dolarización en el futuro es subóptima. Solo de manera temporal, adoptando el bimetalismo en la transición: sin sorpresas, y sin engaños a los venezolanos, sean productores o consumidores. Debemos facilitarles las cosas en lo que viene. Soltar las amarras, y proveer herramientas para la solución de sus problemas económicos. Vienen buenos tiempos. Y la política económica ha estado tan desquiciada, que un mínimo de cordura hace milagros. 

         ¿Son injustas las sanciones, que aplica el gobierno de EEUU a Venezuela, sobre todo, al negarle el acceso a los créditos internacionales, siendo el gigante del Norte la nación más endeudada del mundo?

-La sequía de créditos internacionales venía desde antes del bloqueo. El responsable es el desgobierno: cómo le vas a prestar tú a quien, no sólo no tiene capacidad de pago a futuro, aun cuando cuenta con un potencial de recursos naturales y mineros, que es inmenso, sólo que se trata de un borracho que está administrando la plata, y se la traga en miche; sino que además no está pagando lo que debe. El desgobierno ha caído en default, como se sabe, desde el 2018, por lo menos.

¿Pero no cree que estas sanciones son injustas contra la población venezolana?

-Debes ver esto en contexto. Imagínate que unos delincuentes toman un banco, o una mina de oro, y tienen rehenes. Las fuerzas policiales los rodean. Las sanciones están dirigidas contra los secuestradores, no contra los rehenes. Como cuando tienes una ciudad sitiada, les estás cortando sus fuentes de agua y comida. Da la casualidad de que esa agua y comida no va para los rehenes, sino para los delincuentes. EEUU ha tenido mucho cuidado en el diseño de esta estrategia de sitio. Y es adecuada de acuerdo a los rehenes, que quieren ser rescatados, y saben que las fuerzas policiales están actuando a su favor, pues el objetivo es la liberación, no negarles el agua y la comida a ellos.

¿Pero no es esta una solución violenta? ¿Porqué no optar por una solución pacífica, en que todos queden mejor?

-La solución violenta la escogió el desgobierno. Por lo menos desde el robo del revocatorio, ha renunciado a la solución pacífica. Lo que escogió se llama el juego del halcón y la gallina. Algunos lo llaman, errónea y sesgadamente, choque de trenes.

-Sí que es un choque. Pero de carros, pues mientras los trenes no se pueden desviar en el último minuto, los carros sí. El enfrentamiento es entre los delincuentes que tomaron la mina, y las fuerzas policiales.

¿Qué tal si los dos renuncian a la violencia mediante el diálogo? ¿No sería lo mejor para Venezuela?

-En este juego, eso es como si los dos carros, que van en dirección de choque, deciden, mediante diálogo, desviarse para no chocar. Pero ese no es un equilibrio de Nash: si un jugador señala al otro que va a desviar su carro para no chocar, el otro no tiene incentivos para hacer lo mismo: no se desvía y sigue derecho. Y con eso se queda con el territorio: se gana el carro del contrario. Es lo que ha pasado con los falsos diálogos: el desgobierno, al ver a la oposición proponiendo una solución pacífica, ha ganado tiempo, y se ha afianzado aún más en la captura de la mina de oro.

¿Qué es un equilibrio de Nash, y cuáles son los equilibrios, o salidas, aquí? Usted es experto en Teoría de Juegos, ¿puede hablarnos en términos sencillos de la materia, aplicada a nuestra realidad?

-En un equilibrio de Nash, todos los jugadores tienen incentivos para jugar lo que les toca, cuando suponen que los demás van a jugar su parte. En este juego, si los dos jugadores tienen la misma fuerza, hay dos equilibrios, y los dos tienen que ver con que, mientras uno de  los conductores (el halcón),  juega a seguir derecho el otro juega a desviarse (la gallina). Si el que va a chocar supone que el otro se va a desviar, le conviene jugar lo prescrito: va a seguir derecho. Mientras tanto, si el que se va a desviar supone que el otro va a seguir derecho, entonces se va a desviar; de modo que al final, terminarán los dos carros chocando. 

-El que los dos jueguen a desviarse no es un equilibrio, pues los dos tienen incentivos de seguir derecho, si saben que el otro se va a desviar. Si los dos se desvían es como intentar cohabitar, y repartirse el territorio entre los dos. Por eso nos hemos opuesto tanto a la cohabitación: no es una solución en este juego, realmente, si lo analizas con cuidado, y si introduces todas las complejidades del caso, pero teniendo en cuenta nuestra realidad específica.

-Pero hay un tercer equilibrio realmente en este caso de fuerzas similares: se trata del resultado de “estrategias probabilísticas”, como las adoptadas por un goleador y un portero en un penalti. Sin entrar en profundidades, puede ser que en este caso haya choque, por ejemplo, que el portero detenga la pelota.

¿Será por eso que el régimen de Maduro se ha quedado con el territorio, usando su terminología, tomando en cuenta que tiene más potencia en este caso, al contar con la fuerza armada y la ayuda de sus aliados internacionales como Cuba, Rusia, China, Irán y la guerrilla colombiana?

-Es claro que lo importante aquí no es la fuerza absoluta, pues los dos carros tienen poder de choque. Lo importante, para ver cuál de los dos equilibrios potenciales se van a jugar, es el tamaño relativo del carro. Notemos que cuando la fuerza relativa es distinta, hay un solo equilibrio de Nash, no dos, pues el probabilístico no es posible aquí. El de más fuerza juega coraje: seguir derecho, y el más débil juega debilidad: desviarse para no chocar. No es cierto que ellos tienen más fuerza que nosotros, contrariamente, a lo que se nos ha hecho creer. Nosotros tenemos un Hummer, artillado. Ellos tienen un Volkswagen escarabajo.

En Bolivia, por ejemplo, Evo Morales también pretendió, como Maduro, pasar del juego democrático al de fuerza, cuando cometió fraude en las elecciones. Ahí bastó que el pueblo se lanzara a la calle a protestar, y la fuerza armada y la policía se pusieran del lado de la ley y del pueblo para una salida inmediata. Como lo predice la teoría.  Evo creyó que tenía más fuerza relativa, y por eso pretendió jugar coraje al principio. Cuando se dio cuenta de que el pueblo jugó seguir adelante, y que tuvo apoyo militar y policial, y externo, escogió lo que prescribe el juego: se desvió. Huyó: jugó gallina. El pueblo se quedó con todo el territorio, sin diálogo ni elecciones amañadas, como aquí.

-Si contrastamos lo que pasó en Bolivia con lo nuestro veremos que aquí la cosa es distinta. Es lo que no terminan de ver la gran mayoría de los analistas políticos con buenas intenciones, y lo que pretenden esconder los cómplices del enemigo dentro de la oposición.

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¿Qué es lo que nos hace distintos a Bolivia, y otros países que han padecido dictaduras?

-Aquí padecemos la enfermedad del caza-rentismo. Eso es lo que nos hace diferentes. Ese mal implica que hay un cártel de mafias que captura el Estado, el gobierno, y parte importante de la oposición, además de otras instituciones como medios, encuestadoras, analistas. De manera que el mapa de conflicto no es la lucha entre el gobierno y la oposición, como lo fue en Bolivia. Ahí debía unirse toda la oposición. Aquí el conflicto es entre los caza-renta, que están entre el desgobierno o entre la oposición, y el resto de los venezolanos.

-Por tanto, los que asumen el juego del halcón y la gallina no son la oposición, por un lado, y el desgobierno, por otro, sino los caza-renta, bien sean radicales o moderados. Los radicales son Maduro y quienes lo apoyan, con el cártel regentado por Cuba, por un lado, y la cúpula militar corrupta, por el otro. Los moderados son los miembros de la oposición corrupta. Entre los que representan al resto de los venezolanos está la sociedad civil independiente incluyendo a la resistencia civil organizada, los partidos del coraje, los militares y policías institucionales; además de la comunidad internacional, liderada por EEUU.

-Aquí los delincuentes, que tomaron el banco o la mina, cuentan con lo que en otras partes son rehenes. Los presuntos líderes de los rehenes son parte del sistema delincuencial. Reciben una tajada del producto de la explotación minera.  Hemos tenido al enemigo entre nuestras filas. Cómo sacar a los delincuentes si quienes, presuntamente, lideraban el esfuerzo para su salida, son aliados de ellos. Por supuesto, la fuerza armada, y la policía, están también en el guiso. No todos, claro, sino las cúpulas corruptas que los mandan. La gran mayoría de los venezolanos ya se están dando cuenta de eso, y están buscando un nuevo liderazgo. Lo mismo en las fuerzas armadas, militares y policiales.

Pero estamos a punto de un colapso total. Ya teníamos seis plagas, como en Egipto, y ahora tenemos la séptima con el Coronavirus y la falta de gasolina.  ¿Esto no debilita al régimen de Maduro?

Buena imagen, pues Dios nos está llamando a que salgamos de esto, como al pueblo de Israel en Egipto. Tenemos un aliado formidable en Donald Trump. Pero el enemigo interno no descansa. Mientras el Departamento de Justicia de EEUU puso precio a la cabeza de Maduro y la banda de los siete, los corruptos opositores no quieren salir de Egipto, sino seguir cohabitando con el Faraón. No quieren ir a la tierra prometida.

-Así propusieron una junta de gobierno paritaria con el desgobierno; de modo que el sistema siga igual, y cambien los títeres. Y el pueblo siga sitiado. Cuando ya prácticamente estábamos saliendo de la esclavitud, los falsos líderes están pidiendo que adoremos a un falso salvador.  En vez de sitiar a los delincuentes y sacarlos, se pretende ofrecer al dios Baal un chivo expiatorio de sacrificio. Con eso habría un cambio gatopardiano; seguiría rigiendo el caza-rentismo más fortalecido realmente, con una alianza de los corruptos de la cuarta y de la quinta República, con su alianza geopolítica del mal prácticamente sin cambios.

-Quieren una nueva repartición del botín. Pero el régimen de rehenes seguiría intacto, básicamente, como viene de la cuarta República.  Afortunadamente, hay un nuevo liderazgo surgiendo del mismo pueblo de Dios. Mientras en Bolivia hubo muy pocas bajas, aquí hemos tenido más de 200 muertos, miles de heridos, presos, torturados, perseguidos, emigrados, humillados. Y el pueblo se ha venido dando cuenta de quién es quién en el liderazgo político. De las pocas cosas que hemos ganado, es que tenemos más claridad sobre el verdadero mapa de conflicto indicado. Y se sabe que hay una fuerte correlación entre cohabitación y corrupción.  Y entre coraje y honestidad.

-Se está viendo más claro que los del coraje debemos unirnos en un solo bloque, independientemente de la ideología política. Pues el conflicto tampoco es entre capitalismo y socialismo, derecha o izquierda o centro. Hay mucha gente honesta en esas distintas ideologías. Necesitamos fuerza para salir, no solo de Maduro y su banda, sino del caza-rentismo también; con la alianza externa de EEUU, y con nuestros militares patriotas.

-Un hito importante en esta conciencia fue lo que pasó con la consulta del 16J: el pueblo decidió jugar coraje, y la MUD lo traicionó, al irse por el diálogo y las elecciones regionales. A estas alturas ya se sabe que fue un error: que no era un equilibrio, y el desgobierno se quedó con el territorio. Ahora hay que hacer otro plebiscito, pero para elegir la junta de gobierno de transición: aprovechar lo bueno del 16J, y corregir lo malo, el liderazgo. 

         –Esta tragedia nos ha traído muchas penas. Pero el desgobierno se ha debilitado de manera definitiva también, en una suerte de guerra de desgaste. El coronavirus nos ha afectado mucho también. Pero eso, en combinación del tema de la gasolina, ha puesto en jaque al régimen. El jaque mate ha venido de Trump. Pero, como dijimos, los corruptos no duermen: dado que Maduro sale, quieren ese cambio gatopardiano.  

De que sale, sale, pues. Y no le doy muchos meses más. La reelección de Trump es una fecha importante a considerar, y la vacuna contra el virus chino. Pero la salida puede ocurrir antes, pues ha disminuido la torta, el producto de la mina, y los capataces no tienen suficiente para ellos. Y se están peleando por lo poco que hay. Ellos mismos quieren salir de los esclavistas. Quieren entregar a Maduro, a Diosdado y al resto de facinerosos, a ver si les va mejor con el nuevo arreglo.

“La fuerza armada y la policía, están también en el guiso. No todos, claro, sino las cúpulas corruptas que los mandan”

¿En el pasado usted no se ha equivocado en sus predicciones en esta materia? ¿Cómo creerle ahora?

-Es cierto que no he pegado las fechas. Pero aquí en análisis político, como en el económico,  dos más dos no son cuatro. Sino aproximadamente cuatro. Y cuando he dicho que hemos estado a punto, he estado en lo cierto, como se nos ha confirmado por informaciones fidedignas. Por ejemplo, estuvimos a punto entre diciembre y enero. Pero Guaidó se echó para atrás, cuando JJ Rendón (un corrupto más, según nos ha llegado por fuentes totalmente creíbles), ideó la gira del presidente interino. Esa fue su movida alternativa, pues sabía que los corruptos iban a pasar las de Caín, si venía un nuevo gobierno que cortara por lo sano.

-En general la hemos pegado sobre la forma como va a salir Maduro: no es por elecciones, sino por la fuerza, como ya todos sabemos. Y su fin ya es inminente, a diferencia de los analistas que lo veían seguir en el gobierno por todo su período ilegítimo. En esto de las predicciones, aprendes con lo que pasa, pues si dijiste cuatro, y fue trescoma cinco, ajustas hacia arriba. Si fue cuatro coma siete, ajustas hacia abajo. Pero he estado cerca de la diana, en particular mucho más cerca que los flautistas de Hamelín (los batequebrados analistas de  la cohabitación).

Esta vez no hay forma de pelarla. Hasta los cohabitadores saben que, contrariamente a lo que ellos creían, Maduro no dura. El tema ahora es si la salida será gatopardiana, con cohabitación en Egipto y seguir en la esclavitud,  o como Dios manda, para salir hacia la tierra prometida, con Moisés a la cabeza.

¿La propuesta de Elliott Abrams es lo que usted llama cambio gatopardiano? ¿Qué propone usted en vez de eso?

-Elliott Abrams no ha dado la talla. Desde hace tiempo lo he visto decir cosas equivocadas. Como si no supiera nuestra realidad, en particular, lo que nos diferencia: el caza-rentismo, mejor dicho, la corrupción de la oposición. A EEUU le conviene un cambio como Dios manda también,  como al pueblo venezolano; por razones geopolíticas. Así como no basta quitar a un zamuro, y debes quitar la carne; no basta quitar a un capo del narco terrorismo y dejar el sistema que lo alimenta intacto. La propuesta nuestra, del Movimiento Libertadores, es decir, los que ideamos y organizamos el plebiscito del 16J, es que haya un gobierno de transición tipo Moisés: con las Tablas de la Ley. Con un cambio institucional que quite la carne a los zamuros, y por tanto, no habrá zamuros.

-El caza-rentismo es lo que se llama en física y economía, un equilibrio de punto fijo estable. Es punto fijo porque si estás ahí, no sales de ahí; como nos ha pasado: es muy robusto para cambios sistémicos. Y si sales de ahí levemente, como con la propuesta de Abrams, vuelves a él. Más rápido aquí que en Nicaragua, por lo de nuestra enfermedad.  A mi juicio, la transición la debe liderara una junta electa por el pueblo, en un plebiscito tipo 16J. Y debe durar cuatro años, para poder hacer los cambios estructurales que produzcan un nuevo punto fijo estable: una nueva república, sin rentismo, y por tanto, sin caza-rentas. Del color que sean. Ni la quinta, ni la cuarta. Una república productiva, democrática, solidaria.

“Necesitamos fuerza para salir no solo de Maduro y su banda, sino del caza-rentismo también, con la alianza externa de EEUU y con nuestros militares patriotas”

¿Cuatro años no es mucho?

En otro país sería mucho. Con una enfermedad como la nuestra, y en el desastre en el que estamos, un economista serio, y un especialista serio del derecho, te dirán que esta enfermedad necesita tiempo, un plan sólido, y un equipo médico de primera línea. Los médicos los tenemos: unos 4000 profesionales graduados en las mejores universidades del mundo y nacionales, como Harvard, MIT, Chicago, Pensilvania, Oxford, UCV, UCAB, ULA, LUZ, IESA, UDO, etcétera. Excelentes profesionales en la economía, lo social, lo institucional y legal, lo militar, lo policial.

Un gobierno de los mejores, con los tres criterios requeridos: moral, luces, y, sobre todo, amor. Este último criterio es esencial, pues así como nuestro pueblo estuvo dispuesto a entregar su vida para la salida, hay que estar dispuestos entregar la vida para la reconstrucción, que no será fácil, y habrá muchas tentaciones y obstáculos en el camino. Debes hacer la operación al enfermo. Pero, luego, debes mandarlo a post operatorio. Con los médicos que lo curen, y no que lo maten, como pasó con Chávez, Maduro, y la cuarta república.

-Una elección tipo 16J elegiría a la mejor junta posible. Juan Guaidó sería el convocante principal. Pasaría a la historia como un estadista, que fue capaz de separarse de las malas influencias, como lo hizo el 23E cuando se juramentó, y pensó más en el país que en los corruptos que lo rodean. Se podría postular para presidente luego de esos cuatro años. Lo mismo que María Corina, etc.

-Con el enfermo curado, puede ir donde quiera: elegir a Guaidó, a María Corina, o a quien escoja. Y éste empezaría su gestión con un país, básicamente, sano en la estructura, aunque la cultura tomaría unos quince a veinte años para cambiar: para converger al nuevo punto fijo estable, el equilibrio al que todos queremos llegar: la tierra prometida, que mana leche y miel.

FELIPE PÉREZ MARTÍ “Mientras el Departamento de Justicia de EEUU puso precio a la cabeza de Maduro y la banda de los siete, los corruptos opositores quieren seguir cohabitando con el Faraón”

         ¿La pandemia del coronavirus ha precipitado la economía mundial a una especie de Triángulo de las Bermudas, de acuerdo a la metáfora que se utiliza hoy en día, para ilustrar la situación?

En efecto, el mundo luego de esto ya no será el mismo. Personalmente, creo que iremos hacia lo que he propuesto como La Vía Solidaria. Que va mucho más allá de la Tercera Vía. Es una combinación virtuosa de mercado, Estado, y, sobre todo, amor verdadero. Centrarse en el mercado (capitalismo) o el Estado (socialismo) es erróneo. Debemos centrarnos en el ciudadano. Y éste, con su desarrollo cultural, técnico y espiritual, debe decidir, organizado socialmente, con acciones de democracia deliberativa, directa, continua y descentralizada, cuál es la combinación que quiere de mercado y de Estado. Y de mecanismos solidarios, como los que vienen del conocimiento libre por las redes sociales; las familias extendidas; la ciudadanía mundial. En que las fuerzas militares pierden vigencia, si pierden vigencia las fronteras nacionales.

Los Estados, los mercados, las instituciones, deben servir a los ciudadanos. No servirse de ellos. Eso implica responsabilidad, para evitar pandemias como el coronavirus, la destrucción del ambiente. Debemos tratar a los animales y a las plantas con amor, como debemos tratarnos entre nosotros: una misma familia. Vendrán milagros tecnológicos, económicos, sociales, y políticos, no me cabe duda. Que nos permitirán salir del triángulo maldito, y enfilarnos hacia el círculo de la perfección humana, y divina.