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UNA JUGADA MAGISTRAL

La jugada estadounidense fue magistral, al colocar en evidencia la complicidad de una buena parte de esa oposición

   Juan José Monsant Aristimuño/A VER QUE SUCEDE

       El pasado jueves 26 de marzo el mundo, y en particular Venezuela, se despertó con una noticia fuera de lo común más allá de la mortal expansión incontrolada del corona virus. Referencias de pandemias nos vienen a la memoria por lecturas obligadas de los manuales de historia o novelas que nos retrotraen a la alta Edad Media, monasterios, sombras, procesiones, quema de brujas, vendas mugrientas cubriendo llagas y carretas tiradas por jumentos, apiladas de cadáveres a incinerar.

       La otra noticia la dio William Barr el Attorney General (Fiscal General) de los Estados Unidos, cuando acusó formalmente a Nicolás Maduro de encabezar un clan de criminales dedicados al trafico de drogas, y conspirar para desestabilizar a los Estados Unidos; al tanto que la DEA ofreciò 15 millones de dólares por su captura, y 10 por cada uno los principales cabecillas, entre ellos el actual Ministro de Defensa.

La acusación llegó precedida por reiterados llamados de la oposición oficial venezolana, hacia la conformación de un Consejo de Estado provisional y multipartidista.

La jugada estadounidense fue magistral, al colocar en evidencia la complicidad de una buena parte de esa oposición, y situarlos ante la disyuntiva de pactar con criminales internacionales solicitados por la justicia, o darle la espalda a quien ha sido su principal aliado, y a los venezolanos de buena fe, que son el pueblo sufriente.

Pero ¡Hete aquí!, que cuatro días después de la acusación del Departamento de Justicia, el Secretario de Estado Mike Pompeo, presentó una propuesta sobre una posible transición democrática, en la que recoge al pie de letra y más, el deseo del  G4 (el grupo de los cuatro principales partidos dominantes en la Asamblea Nacional) de conformar un Consejo de Estado integrado por todas las fuerzas políticas presentes en la AN; agregándolo la daga de que durante esa administración (un año) el actual Alto Mando Militar, entre ellos el actual solicitado  Ministro de la Defensa, podría continuar en sus funciones. Dos días después, sin recuperarnos del asombro, el presidente Donald Trump decidió enviar una flota militar aérea y marítima al mar Caribe para bloquear el paso de droga y el contrabando de combustible, según explicó, teniendo al Secretario de Defensa a su lado.

O comienza a desaparecer la separación de poderes en los Estados Unidos, o el gobierno se cansó de esa oposición conciliadora que impide un cambio radical; por lo que decidió preservar su seguridad nacional, y dejar que Venezuela siga su rumbo errático con la actual dirigencia opositora.

jjmonsant@gmail.com