La gran parte de la oposición sostiene que la composición del Poder “es civil y no militar”. Así enfrentan la definición de cívico-militar que hacen los dirigentes de esta revolución
Agustín Blanco Muñoz
El nivel teórico, imaginativo y creador que exhibimos para el estudio y comprensión del cuadro histórico del presente y el porvenir es profundamente limitado, elemental y hasta pueril. Con un agravante: la mayor parte de quienes estarían obligados a tener una mediana comprensión de lo que pasa y pasará aquí, no ejercen ni la más elemental investigación.
En esta posición sobresalen los políticos que de manera permanente pretenden convertir sus verdades en irrebatibles. De allí que cada personalidad del gremio o las correspondientes compañías públicas que dirigen cuenten con la misma plataforma de ideas. Su propio saber.
La expresión concreta de esta práctica se puede apreciar en el dictamen que hace la inmensa mayoría opositora sobre la composición del poder. Para ellos el poder hoy aquí es civil y no militar. Así enfrentan la definición de cívico-militar que hacen los dirigentes de esta revolución. Y esto les permite señalar un culpable de nuestros males. Hasta el 2012 fue Chávez y luego Maduro. De allí el pedido del “vete ya” correspondiente. Por esto no se acepta la existencia de un Estado militar o guarnición. Este es un Estado civil identificado equivocadamente, ayer con Chávez y hoy con Maduro. Como si fuese el ‘Estado soy Yo’ de Luís XIV.
Se ignora de esta forma el papel predominante del Partido Militar desde la llamada independencia. Primero como sombra, sostén y beneficiario del poder. Y hoy como sujeto de poder. Lo señalamos en la Cátedra ‘Pío Tamayo’ desde el 2002. Por primera vez los militares no son mando o sostén de políticos sino centros del poder revolucionario.
En ABM, Habla el Ctte, Ccs, 1989 Chávez expresa repetidamente que aquí no se puede hacer una revolución sin los militares. Es la misma prédica de la lucha armada de la izquierda de los 60’: la revolución es con, nunca contra los militares. Y esos subversivos con fracciones militares transitaron por el golpismo en busca del poder. Hoy este proceso, a partir del componente militar, proclama que es pacífico pero armado, con cuarteles y altos mandos de la institución en el ejercicio del poder.
Un poder militar-cívico que proclama con Chávez el ‘Comunas o Nada’ para actuar en atención al proyecto del Estado Comunal, que fracasó en China pero que aquí supuestamente triunfará.
Sancho, ¡esta revolución anuncia un poder colectivo-comunal que sólo está en la mente del engaño que beneficia los grandes intereses económicos!
@Ablancomunoz