Jesús Antonio Petit Da Costa
Guaidó terminará como Miranda, sin tener sus méritos políticos y militares, quien fue apartado por haber sido derrotado capitulando ante un Monteverde cualquiera, algo inaceptable en un Generalísimo de la Revolución Francesa
Frente a Cuba y su títere/lacayo Maduro hay una institucionalidad paralela, que asumiría cuando se produzca el contragolpe constitucional que ordena el artículo 333 de la Constitución.
Tenemos pues:
1.- Un encargado de la Presidencia de la República.
2.- Una Asamblea Nacional.
3.- Un Tribunal Supremo de Justicia.
Los tres poderes gozan del reconocimiento de la primera potencia mundial, de la OEA, de la UE y de 60 países.
Pero estos tres poderes legítimamente constituidos no tienen poder real. Constituyen una república aérea, para usar la denominación que le dio Bolívar a la constituida después de la Declaración de Independencia.
Y es república áerea porque el señor Guaidó aceptó ser pelele del jefe de su partido VP y, después de juramentado, someterse a la voraz oligarquía partidista integrada por los colaboracionistas de la MUD-G4, comerciantes de la política. Y así: 1) No organizó como ejército civil de resistencia al 80% de los habitantes de Venezuela que están contra la narcotiranía del títere/lacayo Maduro que nos ha sido impuesto por Cuba; 2) No organizó como ejército civil de apoyo a los 5 millones de venezolanos que emigraron al extranjero; 3) No dotó a dichos ejércitos civiles de una bandera atractiva para todos, de hondo contenido socio-económico en una situación de colapso económico y crisis humanitaria; 4) No formó gobierno para que fuese comando de los ejércitos civiles dentro y fuera del país; 5) No constituyó una Jefatura de Estado Mayor con los generales y almirantes exiliados para coordinar con las fuerzas militares aliadas; y, 6) Al no organizar los ejércitos civiles a falta del militar, no los hizo converger en una tarea semejante a la ejecutada en la Francia ocupada: el ejército exterior para conseguir la intervención de los aliados, movilizándose con ellos, y el interior para agitar a la población y preparar la toma de Caracas donde reside el poder real y simbólico (“seguir el ejemplo que Caracas dio”), tal como sucedió con la toma de París.
Estamos en el final de la república aérea, que tiene un plazo fatal vencedero en diciembre. Pero no será el final de la guerra que continuará bajo otra jefatura. Guaidó terminará como Miranda, sin tener sus méritos políticos y militares, quien fue apartado por haber sido derrotado capitulando ante un Monteverde cualquiera, algo inaceptable en un Generalísimo de la Revolución Francesa. Igualmente inaceptable en Guaidó, quien lo tuvo todo para triunfar y sin embargo está siendo derrotado por un Maduro cualquiera, convirtiéndose ahora en un estorbo para ganarle la guerra a la narcotiranía.
Guaidó debe mirarse en el espejo de Miranda en La Carraca, sobre todo si pierde Trump y eligen una nueva AN chavista-ultracolaboracionista. Miranda pagó la culpa de la oligarquía de los mantuanos. Guaidó por haberse entregado a la oligarquía voraz de los partidos colaboracionistas.
Pero Guaidó tiene una ventaja sobre Miranda: verse en ese espejo y dar un viraje a tiempo para salvarse salvando a Venezuela.
ENCARGADURÍA 38 19-06-20
@petitdacosta