Tan grave está la nación venezolana que sufrimos una involución. Ante el abusivo y espurio acto que pretende designar los miembros del CNE, este es mi análisis preliminar.
Edwin Sambrano Vidal
Sin duda que asistimos a una etapa de abuso y destrucción en Venezuela que además es también una etapa de atraso y primitivismo, que he mencionado como de “involución”.
Varias veces en nuestra historia, la República venezolana se ha visto sometida a procesos terribles de destrucción, pero en ninguno de ellos se ha dado la catastrófica combinación de destrucción y atraso prolongado, situación que se contiene en el concepto de involución o degeneración.
🔹El inicio de un camino de solución pacífica y democrática, será producto de un acuerdo político con el fin de retomar el respeto básico a la Constitución de 1999 con sus instituciones y su régimen político y económico, con sus derechos y garantías personales y colectivos.
La crisis es muy grave, cercana al caos. Es de carácter político e institucional pero, además, está acompañada de un desastre económico y de una severa corrupción moral que conduce a la disolución de la identidad nacional y a la desintegración social.
La posibilidad de ese acuerdo nacional para la restitución de la democracia y de la Constitución acaba de ser dinamitada por el régimen de facto con el acto que pretende imponer un CNE en violación de las normas y procesos establecidos por la Constitución y la ley electoral vigente.
🔹Hemos presenciado insólitas violaciones y muchas otras cosas no las sabemos, pero tenemos elementos para intuir algunas.
🔹La experiencia y la observación previsiva, nos enseñan a ver más allá de lo fenoménico, de lo aparente.
🔹Ahora bien, con el convenio de algunos sectores de aceptar un CNE en flagrante violación de las prevenciones y equilibrios contenidos en la Constitución, arrasando así con la facultad exclusiva y excluyente de la AN y eliminando el procedimiento previsto, ya el régimen de facto se siente que no tiene ningún freno a sus designios.
🔹Ese nombramiento, aceptado sin objeción por algunos, le da la suficiente legitimidad al régimen de facto para considerar que puede avanzar en la destrucción, división o desarticulación de sus verdaderos adversarios y consolida la maniobra de fabricar unos adversarios de papel o de paja, a su medida, cuya actuación la veremos en los próximos días.
Si los que no están en la jugada de liquidación de toda alternabilidad democrática y demás principios contenidos en la Constitución se conducen con inteligencia y firmeza pueden dar un vuelco en un momento determinado.
«El TSJ oficialista hizo la designación de los rectores del CNE, sin convocatoria alguna ni realización de las fases del proceso»
🔹El objetivo en esta etapa de contrataque feroz por parte del régimen de facto, no es otro que impedir que el régimen de facto de legitime, si lo hace, podemos tenerlo 20 años más para emular los 40 de la democracia puntofijista. La ruta fantasiosa que he oído de los publicistas del régimen, no está sino en su vehemente ilusión y forman una oferta engañosa.
🔹La existencia y declaración de la omisión legislativa tiene estrictas condiciones de procedibilidad ya que la norma constitucional otorga la facultad exclusiva la AN, cuyos integrantes, de todas las corrientes, tienen la obligación de realizar lo necesario para cubrir la totalidad del proceso y alcanzar los 2/3 de los diputados que conforman la AN.
🔹En el caso de producirse la omisión legislativa válidamente, el ejercicio de la facultad habilitada al otro órgano debe seguir el mismo procedimiento y pautas para hacer la designación, es decir, constituir un comité de postulaciones establecer unas normas de actuación fijar un baremo, llamar a la población para que se postulen, procesar las impugnaciones, efectuar las entrevistas, revisar los currículums, etcétera, etcétera…para llevar una terna final a consideración de todo el cuerpo que se habilita con la omisión. Todo esto fue omitido por el TSJ oficialista, quienes hicieron la designación sin convocatoria alguna ni realización de las fases del proceso.
Incluso, llegan al extremo de designar a dos magistradas del mismo TSJ oficialista, Indira Alfonso y Gladys Gutiérrez, lo cual pone en evidencia la ausencia total de escrúpulos y la inobservancia de requisitos esenciales como la imparcialidad y la independencia, produciéndose entonces, un imperdonable vicio que afecta de nulidad absoluta todo lo actuado.
@edwinsambranov