El martes 30 en la Corte Internacional de Justicia no se va a demostrar si nosotros tenemos derecho o no sobre el Esequibo, solo se va a decidir si esa instancia, tiene jurisdicción o no, para tratar este tema, más nada, dice el especialista.
El internacionalista Gerson Revanales considera que la falta de patriotismo y de nacionalismo de los gobiernos de los últimos veinte años, los hace responsable de que podamos perder la zona del Esequibo por no haberse verdaderamente impuesto por la vía diplomática, por la vía económica, por la vía de las negociaciones, que se han suscitado desde la época de Simón Bolívar, quien en 1822 plantea la primera reclamación a la Corona Inglesa.
Este martes 30 de junio Venezuela está emplazada, por solicitud de Guyana, de comparecer ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a los fines de resolver el problema del diferendo, que sostienen ambos Estados en relación al tema del Esequibo.
Revanales es embajador de carrera por concurso, cursó estudios internacionales en la Fletcher Scooll Law and Diplomacy (EEUU), es profesor en el doctorado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela UCV y actualmente se desempeña como asesor del presidente encargado Juan Guaidó y de la Comisión Política Exterior de la Asamblea Nacional.
En el medio de los internacionalistas está planteada una discusión sobre si Venezuela comparece ante la Corte Internacional de Justicia, instancia donde se ventila el caso del diferendo con Guyana. ¿Qué piensa usted, al respecto?
-En principio esto no es una cuestión de si debe o no debe comparecer. Esto es una cuestión de política exterior. Desde el año 1945, cuando se creó la CIJ, Venezuela decidió no reconocer la jurisdicción de esa instancia, y esa ha sido su línea estratégica. Yo difiero de todas estas personas, que están planteando como si esto fuera un tribunal de primera instancia, donde tú estás obligado a asistir a la llamada del juez.
-Los organismos internacionales se manejan de otra forma, porque existe algo que es la soberanía, y esa soberanía no te la puede desaparecer ninguna otra instancia, y tú eres el que decide. Ya el gobierno lo ratificó… Porque siempre desde el año 1945, y cuando se llegó al Acuerdo de Ginebra, se estableció una ruta de una serie de mecanismos políticos, jurídicos y diplomáticos, para resolver el compromiso.
-Ya nosotros dijimos que no se va a comparecer, y sí se van a prestar todas las facilidades, que puedan requerir los jueces, para determinar si tiene jurisdicción o no. Pero no es una cuestión que se debe o no comparecer; porque no se le puede imponer a ningún Estado esos deberes, pues los Estados son soberanos, y deciden a donde van.
Pero, ¿a usted no le parece que sería conveniente que nuestro país aprovechara esta circunstancia, para demostrar que tiene razón, en lo que atañe a esta reclamación una vez más?
-El día 30 en esta instancia no se va a demostrar si nosotros tenemos derecho o no sobre el Esequibo. Esa es la gran confusión que puede tener la gente. Ahí se va a decidir si sobre esa instancia, que es la CIJ, tiene jurisdicción para poder tratar este tema, más nada. Ahí no se va a entrar en el fondo de la materia. Otra cosa sería que se fuera a dilucidar sobre los derechos históricos que nosotros tenemos desde la Real Cédula, que creó la Capitanía General de Venezuela. Son dos cosas totalmente diferentes.
-Esta es una cuestión técnica, y como técnica Venezuela ha dicho: yo no reconozco esta jurisdicción, y eso lo establece el propio estatuto de la CIJ, y el cual señala que los Estados, para reconocer la jurisdicción de esa corte tienen que hacer una manifestación expresa o tácita a través de un acuerdo, una manifestación de voluntad en un mecanismo internacional. Eso no se ha hecho. Esta no es una cuestión jurídica.
«El Acuerdo de Ginebra dice que hay que buscar una solución práctica y satisfactoria, pues una solución por la vía judicial no constituye una solución ni práctica ni satisfactoria»
¿Por qué Venezuela no ha estado interesada en estar dentro de la jurisdicción de esa corte?
-Hasta ahora Venezuela lo ha tenido como doctrina, y es porque hay algunos antecedentes, en los cuales ha salido perjudicada en estos mecanismos arbitrales. Primero, el Laudo de María Cristina, donde perdemos parte del territorio frente a Colombia; luego, el Laudo Arbitral de París. Entonces, en estos dos laudos salimos mal parados, en términos criollos. Posteriormente, cuando comienza el tema de la reclamación con Guyana, hay una serie de elementos de vicio sobre ese Laudo Arbitral, que fue organizado de una forma de mala fe, por el señor Federico de Martens, en componenda con los jueces ingleses, y de ahí fuimos despojados de 159 kilómetros cuadrados, que le corresponden al Esequibo.
-Ante estos antecedentes muy negativos que tenemos por la vía arbitral, cuando se crea la CIJ en el año 1945, el doctor Caracciolo Parra Pérez, cancilleer del gobierno del presidente Isaías Medina Angarita, decide que no firmamos el convenio de la corte, y eso ha sido parte de nuestra doctrina. Otro elemento que va a influir a la no pertenencia a esa corte, y esto es un mensaje asimismo para aquellos que se preguntan que por qué no vamos a esta instancia, es que Colombia también nos está esperando, a propósito de lo que suceda allí, para proceder de la misma manera, en ese sentido. Esos son los elementos, digamos, de convicción, que inciden para que Venezuela no reconozca esa instancia.
-Pero no es únicamente Venezuela. Hay un caso muy particular de Colombia, y donde este país tuvo allí una decisión en contra, con motivo del tema de las Islas del Rosario, y el presidente Juan Manuel Santos reaccionó inmediatamente: dijo que desconocía el fallo de la CIJ.
» Fidel Castro, en el marco de la independencia de Guyana en el año 1966, se manifiesta a favor de nuestro país vecino y tuvo una relación muy íntima con Guyana»
¿Es cierto que Guyana comenzó a incursionar en esa zona con fines de explotación económica, a raíz de unas declaraciones de Hugo Chávez, quien dijo que Venezuela no se oponía a esos planes, si es que iban en beneficio del pueblo guyanés.
-Totalmente cierto, la negligencia del este gobierno ha sido expresada por los conductores de nuestra política exterior, que son los presidentes de las República. El presidente Chávez en una forma muy irresponsable en el año 2004, a raíz de un encuentro con el presidente Bharrat Jagdeo, le manifiesta que Venezuela no va interferir en el desarrollo económico y social de Guyana.
-Eso es factible; pero no cuando están en juego 159 mil kilómetros cuadrados, que pertenecían originalmente a Venezuela. Eso es una entrega que hizo tácita el entonces jefe del Estado. Posteriormente, creo que en el 2013, el señor Nicolás Maduro lleva a cabo una declaración muy similar; en cuanto a la cesión de nuestros derechos en esa zona. ¿Eso cómo lo toma Guyana? Lo toma como la falta de desinterés que tiene Venezuela por el Esequibo.
-Ahora, ese desinterés existe, porque ha sido claro que este gobierno ha utilizado el tema de Guyana como una carta política, para granjearse la voluntad de todo el Caricom, de los Países no Alineados y, particularmente, de unos deseos de Fidel Castro, quien desde los primeros momentos, en el marco de la independencia de Guyana en el año 1966, se manifiesta a favor de nuestro país vecino, y de allí que Castro ha tenido una relación muy íntima con Guyana. Recordemos que en las guerras africanas, Guyana servía de puente aéreo para las tropas cubanas, que iban a combatir en Africa del Sur y en Namibia.
-Entonces, existe una relación de cooperación entra Cuba y Guyana. Se supone que Fidel Castro siempre le dijo al presidente Chávez que dejara morir esa reclamación, y lo digo porque al inicio de su gobierno, siendo yo entonces director de la dirección de cooperación de la Cancillería, Guyana le otorgó unas concesiones a la Bell Aero, una empresa americana satelital, para instalar unas antenas, y el entonces canciller José Vicente Rangel emitió dos notas de protesta, reclamando la entrega de esas concesiones.
-Pero entre 2004 y 2013, fueron muy pocas las reclamaciones que le hizo Venezuela a Guyana a ese respecto, con la excepción de la detención de un buque explorador, y todo eso gracias a la insistencia de la Asamblea Nacional. Si no es por la AN que, incluso, creó una comisión para la defensa del Esequibo y del Atlántico, verdaderamente, que no sabemos que ha sucedido.
-La vicepresidenta, señora Delcy Eloina Rodríguez, este viernes en la mañana se dio golpes de pecho, a propósito de la defensa del territorio del Esequibo. Pero eso no lo hizo cuando ella era canciller, y entonces el señor Ban Ki-Moon, secretario general de las Naciones Unidas en el año 2016 anunció que, si para el 2017 no había una solución factible con motivo del tema de Guyana, se remitiría este caso a la CIJ; sabiendo que nosotros no reconocemos esa instancia.
-Su sucesor, el señor Antonio Guterres en un corre, ve y lleva, igualmente, asume esa posición de su antecesor, y vuelve nuevamente a desconocer nuestra posición con respecto a la CIJ, y remite a esa instancia el caso de Guyana, y en esos instantes, el país que tiene las mayores reservas del mundo fue muy débil; no pudo hacer la presión suficiente, para evitar que eso llegara esa instancia.
-No obstante, hoy el gobierno está rasgándose las vestiduras por la defensa del Esequibo, y resulta que el año pasado, la Subcomisión de Defensa del Esequibo, que preside William Dávila se trasladó a la isla de Anacoco, y siendo la AN una institución del Estado no tuvo el apoyo del gobierno en ningún momento, y no fue sino gracias a la gentileza de la guerrilla del ELN que esa comisión de diputados y de asesores técnicos pudo llegar a las orillas de Anacoco.
-Entonces, una carretera de 70 kilómetros le llevó a este subcomisión ocho horas, para poder llegar al sitio, y lo que deja ver el desinterés que tiene el gobierno para defender esa frontera; donde debería haber un fuerte militar; presencia de los ministerios de Educación, de Salud, de Defensa, de Relaciones Interiores en esa zona fronteriza y demostrar, verdaderamente, las fortalezas de Venezuela desde el punto de vista diplomático. No, no existe nada de eso; la presencia que hay allí es la de los cuerpos armados de todo tipo.
-De modo que hoy, cuando la señora Rodríguez ofrece una rueda de prensa, acompañada por una serie de ministros; defendiendo nuestra posición. ¡Bienvenido! Ella habla de unidad en defensa del Esequibo, en efecto, sólo que allí no estaban presentes las universidades que se han pronunciado, sobre todo, sus escuelas de derecho; las academias que han emitido cuatro declaraciones en defensa del territorio. Unicamente lo que había allí era un solo grupo de venezolanos; que bienvenidos a esta posición nuestra; pero allí deberían estar también gremios empresariales y sindicales, asociaciones, organizaciones no gubernamentales, que tienen que ver con este asunto.
«Este gobierno ha utilizado el tema de Guyana como una carta política, para granjearse la voluntad de todo el Caricom y de los Países no Alineados»
Quizás esta sea una pregunta ingenua: ¿el gobierno ha cambiado de parecer, porque ya no está presente la figura de Fidel Castro?
-Cambió de parecer porque hay una presión política, y gracias a la defensa que ha hecho en los tres últimos años la AN y la propia subcomisión en defensa del Esequibo; de modo que el gobierno se ha visto en la necesidad de salir a pronunciarse, en ese sentido. Porque es una cuestión también de interés nacional y hasta electoral la defensa de ese territorio.
¿Cuál es la consecuencia, a su modo de ver, si nosotros perdemos el Esequibo?
-Desde mi punto de vista yo pienso que no son solamente los 159 mil kilómetros cuadrados. Eso va más allá; porque implica, primero, la desintegración de nuestro territorio, tomando en cuenta que cuando nació Venezuela, el Esequibo formaba parte de su territorio. La primera reclamación la hace el Libertador en 1822 a la Corona Inglesa. Se trata de un problema de soberanía; de integridad territorial; de los recursos naturales que se pueden encontrar, tanto en el área terrestre, como en el área marina.
-En el área marina es la salida nuestra al Atlántico. Una decisión en contrario empoderaría a Guyana, y habría que hacer una delimitación de las áreas marinas y submarinas en esa fachada Atlántica, y donde los países fronterizos que están ahí, además de Guyana, Surinam, Santa Lucía, Rosario; todo ese conjunto de islas de sotavento nos trancarían el paso de nuestros productos que salen por esa frontera.
-No son sólo 159 mil kilómetros, repito, se trata de un problema de soberanía, de integridad nacional, que pone en riesgo nuestra propia existencia como estado en esa zona.
La Fracción 16 de Julio de diputados está emplazando a Juan Guaidó, a los fines de que la AN responsabilice a quienes nos han llevado a esta situación. ¿Qué piensa usted?
-Es que mira: la responsabilidad que tiene Nicolás Maduro es histórica, si es que se pierde el Esequibo; en especial, por la negligencia, la falta de profesionalismo de su Cancillería en el manejo del tema de Guyana. Yo comencé mi carrera diplomática en el año 1982 en Guyana, y los negociadores hoy de Guyana son funcionarios que han estado en su Cancillería desde aquella época. Hoy en día quienes están al frente del escritorio de Guyana son personas, vamos a decir, recién llegadas a ese tema.
-La falta de patriotismo o de nacionalismo; que pudo haber tenido este gobierno en los últimos 20 años los hace responsable de que podamos perder esa zona por no haberse verdaderamente impuesto por la vía diplomática, por la vía económica, por la vía de las negociaciones. No hay que ir a las armas para alcanzar objetivos en materia de política exterior. Nada de eso; pero sí hay una fortaleza diplomática; que se puede ejercer; habiendo sido Chávez ese líder continental que se quiso revestir; muy bien pudo haber logrado esa acepción internacional, que tenía, en defensa de sus intereses, pero le resultó más interesante comprar la voluntad de todo el Caribe, a través de Petrocaribe y del resto de mecanismos que estableció, para comprar los votos en los diferentes organismos a costa del territorio del Esequibo.
–Y si llega a salir a favor la decisión, de que la parte reconozca que no existe jurisdicción, no es un triunfo del señor Nicolás Maduro. Es un triunfo de la política exterior de Venezuela desde hace 40 años, cuando se instauró aquí la democracia en el año 1958. Eso lo tiene que tener muy claro el lector de tu periódico. La responsabilidad de Maduro, por un lado, es total, si se pierde. Pero en caso de un triunfo, no sería de él, sino de la política instaurada en el año 1958; cuando llegó la democracia; así como la lucha y la insistencia de la actual AN. Eso lo tienes que poner textual.
Asimismo, la Fracción 16 de Julio ha propuesto que se nombre un comisionado, que se ocupe especialmente de este tema de la reclamación del Esequibo. ¿Está usted de acuerdo?
-Yo no estoy de acuerdo con esa propuesta. Porque ten en cuenta una cosa: la política exterior la dirige quien contesta el teléfono; es decir, quien está en la Cancillería. Guyana, y más hoy, va a negociar con un representante de Maduro. Ten en cuenta que el gobierno que está saliendo ahora de Guyana, el general Davis Granger era enemigo de Venezuela y de Maduro; de los dos. Pero el nuevo presidente, Irfaan Ali para Guyana es amigo, correligionario y socio político de Maduro; sin embargo, Venezuela siempre será un enemigo de Guyana, porque le quiere quitar ese territorio.
–El comisionado que nombre Guaidó, va a ser un comisionado virtual; porque nadie le van a atender. En Georgetown nadie le va a atender el teléfono. Entonces, ¿con quién va a negociar? Las negociaciones son como el tango; que se baila entre dos, y Guyana en ningún momento va a sentarse en la mesa con un representante de Guaidó; porque no tiene ningún tipo de poder o no conduce la política exterior. Así como las Naciones Unidas no reconocen al señor Guaidó, CIJ tampoco reconoce a Guaidó.
-Pueden haber 60 países que reconocen a Guaidó; pero hay 150 más que no se han manifestado, al respecto. De manera que no es cuestión de nombrar un ministro de Relaciones Exteriores o un Comisionado; porque, ¿con quién va a negociar? Además, está muy temprano todavía. No sabemos que va a suceder; porque los procesos de negociación tienen que madurarse; hay que ver cuál es la situación; qué es lo que se va a decidir en la CIJ: si tiene jurisdicción, y si la tiene; pues la CIJ verificará si hay elementos de derecho y de hecho, para hacer el análisis de la situación; donde ninguno de los dos Estados se encuentren en desventaja.
-De modo que si la CIJ decide en algún momento; no es que lo va a hacer en contra directamente de Venezuela. Puede incluso decidir a favor nuestro, sin estar nosotros presentes. Eso no es un tribunal, como aquí de primera instancia. Estamos hablando de unos magistrados internacionales; que tienen un respeto a nivel internacional. Entonces, no es cuestión de que estamos frente a un juez en una esquina.
-Hemos visto que las negociaciones por vía de los buenos oficiantes; por la vía de los comisionados, no han dado resultados. Esa es mi opinión ya muy personal. Yo creo que debe haber un momento en que se sienten las dos cancillerías; los dos gobiernos directamente a negociar, y la negociación no puede ser un juego suma cero; como está planteado: los 159 mil kilómetros o nada. Aquí hay que llevar a cabo un juego de suma variable; donde las dos partes podamos salir ganando, como lo dice el Acuerdo de Ginebra.
-El Acuerdo de Ginebra dice que hay que buscar una solución práctica y satisfactoria, pues una solución por la vía judicial no constituye una solución ni práctica ni satisfactoria. La ley es la ley: dura lex; como dice la gente que habla latín. Ahora, Guyana no se va a sentar con nosotros a ex profeso, y sólo lo hará, si nosotros tenemos los mecanismos para llevarla a una mesa de negociación, y los tenemos; porque cualquier acción que se introduzca en un tribunal internacional; que ponga en riesgo las inversiones extranjeras, que se están llevando a cabo en Guyana; tanto en el tema de exploración; como en la explotación en las distintas áreas de los territorios: mineras, madereras; cualquiera amenaza pueden poner en peligro esas inversiones.
¿De modo, a su juicio, que lo mejor es resolver este asunto por la vía de Estado a Estado?
-Es la vía que va quedando: el Acuerdo de Ginebra establece una ruta. La vía de la mediación, la vía de la negociación: hemos utilizado diferentes vías a través de terceros. Ahora, directamente, de Cancillería a Cancillería nunca ha sido posible, y la pregunta es: ¿cómo hacemos para lograr eso? Mira, el señor Guaidó tiene que estar en Miraflores; para que él decida. Porque este gobierno difícilmente tiene la fortaleza para realizar eso. Por múltiples razones: por razones políticas; por razones de prestigio.
-La decisión que tome la CIJ nosotros la podemos desconocer; porque esa jurisdicción no tiene valor para nosotros, y aun cuando los países, que reconocen a esa CIJ pueden reconocerla. Pero siempre quedará sobre las empresas transnacionales, que están explotando en esas áreas una Espada de Damocles en un momento en que cambie la situación, y se pueda dar un desconocimiento a todas esas concesiones., porque el propio artículo 5 del Acuerdo de Ginebra dice que las concesiones que se lleguen a dar no dan derecho propio. Entonces, siempre es un riesgo al que están sujetas.