27 de Junio es la fecha más importante que hay en Venezuela para los Profesionales del Periodismo, porque es la fecha de nacimiento del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), el cual, por una Ley de la República, sustituye a la aguerrida Asociación Venezolana de Periodista (AVP), la cual siempre será recordada por todos aquellos que hemos hecho vida gremial, en defensa de la Libertad de Información y de Opinión, derechos fundamentales en toda democracia, independientemente de su signo ideológico.
Félix B. Sucre
CNP 8526
Por qué el 27 de Junio cómo fecha para celebrar el Día del Periodista? Con esa fecha se le hace un reconocimiento al periódico Correo del Orinoco, el cual es publicado por primera vez en Angostura (hoy Ciudad Bolivar), un 27 de junio de 1818, de lo que se cumplen 202 años, con lo que la historia le dió un claro reconocimiento al Libertador Simón Bolívar, como el impulsor de este necesario instrumento para la lucha política de ese momento.
Era la «Artillería del Pensamiento» frase de quien no siendo periodista llegó a sostener que había que escribir «corto y contundente». Dos expresiones que deben estar en la mente de quienes tenemos la responsabilidad de informar u opinar, con lo que buscamos formar a quienes nos leen en los medios impresos, nos escuchan en las radios o nos ven a través de los medios audiovisuales.
Aquí hay que comentar que, después de muchos años de lucha, los hombres y mujeres que forjaron éste oficio, agrupados en la AVP, lograron que el periodismo se convirtiera en una carrera universitaria, con lo que se fueron ampliando los conocimientos en nuevas técnicas que se iban incorporando a el oficio o profesión.
El tiempo no se detuvo. El periodismo seguía avanzando en Venezuela. En las dictaduras fue perseguido y censurado por los gendarmes de turno. Cada quien busca silenciar a los reporteros, trabajo que hicieron a lo largo y ancho del país. Sin embargo, la respuesta fue la misma: el periodismo se alargaba los pantalones y las mujeres se amarraban los justanes para bregar mejor y ganarle espacio a la censura. Ese era el mecanismo de los bárbaros y gorilas militares con apoyo de sus esbirros civiles.
Las aulas universitarias fueron creciendo en alumnos que soñaban con ser periodistas. Ni los consejos o sugerencias de sus familiares troncharon sus sueños. Nos los detuvo, en muchos casos, las agresiones contra reporteros por parte de los represores que recibían órdenes de actuar en contra de quienes buscaban las noticias y las llevaban a sus lugares de trabajo. El tubazo le daba vida al trabajo reporteril.
Cuando surge por Ley de la República el CNP, nuestro gremio tuvo como su primer Presidente al profesor Héctor Mujica, profesor de profesores; un aguerrido y combativo reportero, quien además era una importante figura del Partido Comunista de Venezuela (PCV), lo que no fue impedimento para que los periodistas afectos, copeyanos, urredistas, comunistas e independiente depositaran su confianza en el «Camarada Héctor», con lo que quedaba demostrado que era más importante el gremio, el cual nacía con dos consignas muy claras: la defensa de la colegiación obligatoria y la lucha contra el ejercicio ilegal.
El sueño de lo eterno se ha hecho presente en el CNP.
Hay que destacar, como parte del recorrido histórico, que en La Ley de Ejercicio del Periodismo, el artículo 3 es muy claro, ya que en él se indica las funciones propias del periodista en el ejercicio de su profesión, como es la búsqueda, preparación y la redacción de notícias; la edición gráfica, la ilustración fotográfica, la realización de entrevistas periodísticas, así como la coordinación en los medios de comunicación social presos, radiofónicos o audiovisuales, agencias informativas, secciones u oficinas de prensas o información de empresas o instituciones públicas o privadas.
Sin embargo, en el ejercicio profesional del periodismo, nos hemos encontrado muchos inconvenientes, la censura y la autocensura no ha dejado de estar presente, sobre todo cuando funcionarios públicos señalados de presuntos hechos irregulares, se ven ante la opinión pública, la cual exige, o muchas veces reclama de los periodistas una acción más contundente, como si nosotros los reporteros o periodistas fuéramos los dueños de los medios; ellos no conocen de eso, por lo tanto, estamos obligados a explicarlo, como también estamos obligado a seguir profundizando en el análisis y en la investigación periodística. Esto no es del agrado de los funcionarios, quienes se van a las amenazas en lo personal, con los cuerpos policiales o con los tribunales que, como bufetes, de inmediato actúan amparados en leyes de dudosa procedencia democrática, aunque hayan Sido elaboradas en el Parlamento.
Por ese mismo camino del chantaje y la descalificación transitan los dirigentes políticos opositores. De eso tenemos escuelas en los años de ejercicio; allí están los que han vivido con el cuento de ser demócratas, donde, blancos, verdes, amarillos, rojos, azules, naranjas, todos, todos se sienten ofendidos por el o los periodistas.
Por eso, dejando en claro que estamos celebrando el Día del Periodista, con orgullo sostenemos que defenderemos nuestra profesión, a nuestro gremio y a la democracia por mandato del Código de Ética del Periodista Venezolano, sin importarnos las relaciones o amistades con políticos de esos que se han aliados al gobierno y que están en Casa Amarilla, como muchos que están en el G4 que tienen los mismos complejo de aquellos que hablan, señalando a un Profesional del Periodismo, como en mi caso, de «manipulador» o de «difamador de oficio», acusaciones que vinieron del MAS y de Soluciones, concretamente de Claudio Fermín, quien se ha mostrado dolido por nuestro trabajo, sin preguntarse como nos sentimos los que día a día somos víctimas del gobierno que él defiende, como el de Nicolás Maduro, dónde tienen una acción sistemática contra la prensa.
Aquí está prohibido olvidar. En este 27 de junio, Día del Periodista, nosotros, aún sabiendo que no gozamos del aprecio personal ni del respeto profesional de dirigentes políticos venezolanos, la verdad tiene que ser nuestra razón de ser.
Los periodistas no tenemos porqué ser los menos. No importa que la dirigencia del CNP o del SNTP no estén a la altura de la circunstancias o, por otro lado, solo aparezcan cuando hay algo, nosotros estamos obligados a seguir combatiendo por una democracia participativa y protagónica, tal como lo dice nuestra Constitucional Bolivariana. Vivimos tiempos difíciles; pues hay que amarrarse bien la correa, así el hambre haga estrago en nuestro cuerpo, pero no podemos cagarnos para placer a figuras que actúan y acuerdan para ellos, mientras Venezuela está en su peor situación y nosotros en la peor pobreza, dónde para completar tenemos el Covid-19 que nos amenaza a cada rato, el cual es acompañado por la pandemia de veinte años,la cual es acompañada por una oposición que perdió la brújula. O, por qué no, ha perdido la vergüenza.
Finalmente, hoy me toca celebrar sin amigos; no espero que dirigente político alguno, mucho menos gente del gobierno, levanten una copa conmigo en el Día del Periodista. Con nuestro CNP y el SNTP, aún contra las acciones represiva del gobierno del PSUV y las descalificaciones de sus aliados de Casa Amarilla, seguiremos en el ejercicio del periodismo. Salud.