«Estamos en el momento menos aprovechable para aumentar precio de la gasolina«, afirma el economista petrolero
Enrique Meléndez
A juicio del experto petrolero Rafael Quiroz los precios diferenciales, que se han establecido para la comercialización de la gasolina, constituyen un campo, perfectamente, abonado para el bachaqueo, la especulación y la corrupción, junto a la incompetencia; que, según sus palabras, es lo que más ha caracterizado a la administración pública en los últimos 21 años.
Por otra parte considera que este es el momento menos aprovechable y propicio para aumentar el precio de la gasolina.
¿Qué apreciación tiene usted de lo que ha sido la distribución de la gasolina, que ha llegado de Irán?
-En principio, el sistema instrumentado por el gobierno nacional para la venta de la gasolina no es sino diferencial, segregacionista a todas luces. Me parece un disparate técnico y, por supuesto, antipático; pues, a mi juicio, no se puede internacionalizar ningún esquema de precios, mientras no se internacionalice el esquema de salarios.
-Para mi este sistema constituye una aberración en sí mismo, al establecer un precio de cinco mil bolívares; que equivale a 0,25 centavos de dólar el litro; luego hay el de 0,50 centavos de dólar para el resto de la población; además de un subsidio de 100% para el sector transporte.
¿En cuánto estima usted que ha sido ese aumento?
-Yo hice ayer un ejercicio matemático, tomando en cuenta los precios en general, y entonces pude observar que el precio de cinco mil bolívares se ha incrementado en unos 50 mil millones de puntos porcentuales, tomando como referencia el antiguo precio; una subida, por supuesto, desproporcionada; porque, por ejemplo, un tanque gasolina de 60 litros quedaría costando unos 30 dólares; cuando el salario mínimo es de unos 4,28 dólares. Sin duda hay algo contradictorio, como antagónico; pues un profesor universitario a tiempo convencional, por ejemplo, como en mi caso que gano unos 15 dólares, sólo podría pagar medio tanque.
El doctor José Toro Hardy nos decía en entrevista, que le hicimos para La Razón, que la comercialización de la gasolina iba a terminar también ubicándose en el segmento de los bodegones. ¿Qué piensa usted?
-Es que esa es una de las interrogantes que hay, es decir, ¿cómo se llevó a cabo el proceso de licitación, para las estaciones de servicio, que venderían la gasolina a precios internacionales? Porque, por supuesto, esas estaciones que venden a precios internacionales valoran el combustible en unos 0,50 centavos de dólar.
-La última vez que se aumentó la gasolina fue en febrero de 2016; cuando entonces se aumentó a seis bolívares fuertes; sólo que en 2018, a raíz de la nueva reconversión monetaria esta tarifa quedó en 0,00006; además, aquí se planteó otra interrogante: ¿cuál va a ser el destino final de esos ingresos extraordinarios, que va a recibir Pdvsa por concepto del ajuste hacia arriba del precio de la gasolina? ¿En qué se van a invertir? ¿En qué se van a gastar?
-Porque tanto a Pdvsa, como al gobierno le interesaba mayor transparencia; pues mientras haya más transparencia en esto, es más potable, por decirlo así, por parte de la población ese aumento. ¿Acaso los recursos se van a invertir en el mantenimiento de las refinerías? Eso es algo que el gobierno tiene que aclarar; sobre todo, por la fama que tiene de despilfarrador; donde la deshonestidad y la corrupción campean a diestra y siniestra.
«Un profesor universitario a tiempo convencional, por ejemplo, como en mi caso que gano unos 15 dólares, sólo podría pagar medio tanque»
También se está diciendo que los grandes beneficiados aquí van a ser los militares. ¿Qué piensa usted?
-Pero, por supuesto, sobre todo, en estaciones de gasolina como, por ejemplo la de Macaracuay (Caracas); donde te venden la gasolina subsidiada, es decir, la de 0,25 centavos de dólares o de 5 mil bolívares; pero también te venden la no subsidiada, es decir, la de 0,50 centavos de dólar, cuya cola es mucho menor, que la que se hace con respecto a la otra, y lo que yo tenía entendido era que la gasolina que se iba a vender subsidiada, se iba a despachar sólo en determinadas gasolineras.
-Entonces, ¿dónde está la frontera en términos de cantidad de los litros de esa gasolina? Es aquí donde uno ve que se presta para mucho. Además, hay lo siguiente también: esos precios diferenciales constituyen un campo, perfectamente, abonado para el bachaqueo, la especulación y la corrupción, junto a la incompetencia. Pero eso es lo que más ha caracterizado a la administración pública en los últimos 21 años.
«El precio de cinco mil bolívares se ha incrementado en unos 50 mil millones de puntos porcentuales, tomando como referencia el antiguo precio»
A eso se agrega el problema de los sistemas de pago, en un momento en que los bancos no están dando efectivo; además, ¿quién tiene dólares? ¿No le parece?
-Exactamente, claro que sí, y esto porque, además, tanto el sistema de pago, al igual que el sistema diferencial de precios estoy seguro que eso estimulará el contrabando de extracción del combustible hacia Colombia y hacia algunos países de la fachada del Caribe; pero en cuanto al mercado, y de allí la suspicacia tuya, el subsidio terminará permitiendo que se revenda a precios más altos; sobre todo, para el caso de aquellos venezolanos, a quienes les resulte insuficiente la cantidad de gasolina, que hayan logrado ponerle a su tanque o para aquéllos a quienes no les gusta hacer cola.
-En cuanto a los sistemas del biopago, sobre todo, que es la otra parte de tu pregunta, a mí me parece que eso no está bien montado, y que eso se presta más para lo que acabamos de decir: para el bachaqueo, para el contrabando y la especulación; es decir, la falla técnica en el sistema de pago, y con precios diferenciales harán el terreno fértil para que esos tres elementos hagan de la suya.
-Luego está el subsidio al sector transporte de 100%, y el cual, muy seguramente, le permitirá también al conductor de determinada unidad dedicarse el bachaqueo; que, al final, le resultará mejor negocio, que dedicarse al transporte de pasajeros.
Partiendo, además, del hecho de que hay una gran parte del país que está inmovilizado, a consecuencia de la pandemia del coronavirus. ¿No es así?
-En efecto, así es, y yo lo que aportaría allí, como sugerencia al gobierno, es que hay que subsidiar al transporte público y de carga, pero a través de transferencias directas, y que se cubrirían, precisamente, con los ingresos que generen el aumento; pero no seguir subsidiando combustible a precios viles.
«El venezolano está siendo azotado por la crueldad de la crisis más severa, que jamás haya vivido en toda sus historia»
Hay algunas regiones que, al parecer, no fueron alcanzadas por la distribución de la gasolina a escala nacional. ¿Qué sabe usted?
-Yo llamé al Táchira, por ejemplo, y hasta este martes aún no le había llegado el suministro. No sé que sucedió luego; pero hasta el martes a mediodía no había llegado gasolina de ningún tipo. El temor mío, en ese sentido, es que si el gobierno abastecía las 1 mil 500 estaciones, que hay en el país, sólo con el millón y medio de barriles que se trajo de Irán, a la larga, eso no alcanzaba para más de cuatro o cinco días.
-Desde luego, esa no constituye la forma de estudiar el comportamiento interno de los hidrocarburos; pero lo que yo estimo es que no se abasteció a todas las estaciones de servicio; repartidas en todos los estados; pero a este ritmo esa gasolina, que se trajo de Irán no pasa de 15 días, y si pasa, y se le suministra a todos, entonces eso quiere decir que el gobierno conservaba gasolina en sus inventarios; como decimos en criollo, encaletada, y eso era el secreto del gobierno: aprovechar la cuarentena, para dar a entender que no poseía gasolina, e inmovilizar a la población.
Ahora, una vez que se acaben todos los inventarios habidos y por haber, como dijo una vez Nicolás Maduro, en términos de combustible de allí en adelante Dios proveerá. ¿Está de acuerdo?
-Exactamente, sumando este elemento, y aún sin tener información de futuras compras de gasolina por parte del gobierno en el mercado internacional, y tomando en cuenta que estamos en plena pandemia, bajo una cuarentena donde un 65% de las empresas están cerradas, unida a una fuerte recesión económica en el caso venezolano, una hiperinflación y un desabastecimiento, y no solamente de gasolina, sino también de agua, yo creo que este es el momento menos aprovechable y propicio para aumentar el precio de la gasolina.
-Si no lo hicieron cuando el precio del crudo venezolano tuvo sus mejores tiempos, menos debería hacerse en las presentes circunstancias, cuando la economía atraviesa uno de sus más dramáticos momentos; cuando el venezolano está siendo azotado por la crueldad de la crisis más severa, que jamás haya vivido en toda sus historia. En eso yo le haría más bien un alerta al gobierno: no se debe jugar con fuego, cuando hay carencia de agua; ni mucho menos, diría yo, intentar apagar la candela con combustible, a propósito del aumento analógico del precio de la gasolina; para decirlo en términos de Mao Tse Tung: aquí cualquier chispa enciende la pradera.