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La gente de la oposición sigue teniendo esperanza en que se produzca un cambio entre la dirigencia que conforma el llamado G4, sobre la ruta electoral para las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Félix B. Sucre
Todo sabemos que lo que suceda en el CNE, como también en el TSJ, pasa por Miraflores, dónde su inquilino Nicolás Maduro y su gente del PSUV, con el aval de los cubanos, deciden que se hace para mantenerse en el poder, dónde los militares también son parte de la alianza en contra de los factores opositores que están enfrentados al gobierno madurista.
Sin embargo, frente a esa realidad política electoral, la gente no deja de manifestar preocupación, inconformidad por la posición de Juan Guaidó y su partido VP, quienes se niegan a participar en las próximas elecciones parlamentarias, en lo que igualmente están los adecos, los justicieros y los nuevostiempos, sin aclarar cuál será el escenario posterior. No obstante, es posible repetir el escenario del 2005, cuando la abstención fue la ruta que produjo el resultado que todos conocemos.
Hoy no es el 2005. En Miraflores no está un Hugo Chávez que sabía mover las dos manos, sino un Nicolás Maduro que de demócrata tiene nada, ya que él es un autócrata que jura, y perjura, que su gobierno es un ejemplo de participación y protagonismo democrático, cuando en lo que es participativo es en la ineptitud, en el burocratismo y en la corrupción, de la cual se ha venido alimentando la cúpula civil y la militar, lo que es bien conocido por todos. Pues bien, Juan Guaidó y su G4 no ha dado la respuesta que espera escuchar la gente. Quieren garantía, pero no la plantean abiertamente, como es, en mi criterio, eliminar esa ANC, la cual ya no tiene razón de ser, porque en tres años lo único que ha hecho es joder, así de claro.
No obstante, si la oposición no toma la decisión, el “madurato”, contando con la oposición exquisita que tiene en Casa Amarilla, hará sus elecciones con su CNE y obtendrá 200 o 220 diputados y el resto que se lo peleen los de la «mesita», como el mendrugo del Señor Feudal, aunque se molesten los honorables amigos de Casa Amarilla.
¿Qué hacer, Guaidó? Ha llegado la hora de la decisión. Legalmente, hay que aclararlo, no existe en la Constitución el mecanismo de la Continuidad Administrativa, aunque el TSJ, cuando Luisa Estela Morales, en una interpretación del 229 Constitucional lo hizo para justificar que Maduro podía ser candidato cuando era Vicepresidente Ejecutivo.
Por hay vienen esos polvos. Entonces, los señores de la Asamblea Nacional tienen que hilar muy fino una decisión política, sin tener que esperar a los catires de Donald Trump.
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Esperamos que el Covid-19 no pase a formar parte de la campaña electoral.
MEZCLOTE
¿Quién paga al exjuez Baltazar Garzón?
La defensa del reo de la justicia de Cabo Verde se ha movido como un peso pluma en el ring, sin que los resultados hayan sido favorables para el reo y para los que están interesados en su libertad. Sin embargo, es un hecho que Alex Saab no saldrá airoso de ésta, por lo que es posible que dentro de poco sea un prisionero de la justicia gringa, donde es esperado con amor, para que diga lo que sabe de la revolución chavista, sus andanzas, sus negocios y sus guisos de todo tipo. Pero, en Miraflores hacen todo lo imposible, al extremo que se han traído al exjuez Baltazar Garzón, personaje que ya es muy conocido en el continente. ¿Quién lo está pagando? ¿Por qué tanto interés en su presencia? En Venezuela hay a abogados penalistas hasta mejor que él. En todo caso, Alex Saab preocupa y ocupa a los de Miraflores.
