¿Contra qué países están dirigidos los misiles suministrados a Maduro por el terrorismo musulmán, sumados a los que ya estaban aquí?
Jesús Antonio Petit Da Costa
Hace pocos días advertí: “Estamos inmersos en la Cuarta Guerra Mundial, que es la Segunda Guerra Fría. Se está librando en Europa y en América, lo cual nos obliga a definirnos. Es la guerra declarada por los deudos del comunismo soviético (China comunista, con su satélite Corea del Norte; la Rusia de las mafias en que ha devenido la antigua nomenklatura; Cuba y la Internacional Comunista de América-Foro de Sao Paulo-Grupo de Puebla), aliados esta vez con el terrorismo islámico (Irán-Turquía), el narcoterrorismo guerrillero y las organizaciones criminales transnacionales (narcotráfico-tratas de toda clase).
A diferencia de todas las anteriores, la Cuarta Guerra Mundial (Segunda Guerra Fría) tiene su escenario americano aquí en Venezuela, convertida, por el castro-comunismo chavista, en base de operaciones de la coalición criminal transnacional contra Estados Unidos, la democracia y la Civilización Occidental Judeo-Cristiana y, por tanto, contra las democracias en América.” Cómo se formó esta coalición lo explicaré después.
Para confirmar mi advertencia Maduro informó ayer que su narco-tiranía ha recibido misiles de largo alcance que le ha suministrado Irán, santuario del terrorismo musulmán. ¿Contra qué países están dirigidos estos misiles, sumados a los que ya estaban aquí? Contra los países que representan en América la Civilización Occidental Judeo-Cristiana: Estados Unidos, cuya destrucción es el objetivo fundamental de la coalición criminal transnacional de los comunistas con el terrorismo musulmán, y desde luego también contra todos los demás países con gobierno democrático, comenzando por los vecinos: Colombia y Brasil. Estamos, pues, metidos en una guerra contra nuestros amigos que no le fue consultada al pueblo venezolano. Nos han metido en una guerra de la cual no se dio por enterada la AN, lo que ratifica su absoluta inutilidad en una tiranía. Es una guerra no declarada oficialmente, y hasta ahora sin tiros, los que vendrán después.
Ante esta situación, debemos comenzar por definirnos: Estamos con Estados Unidos y los países democráticos en la defensa de la civilización occidental judeo-cristiana.
Con ellos debemos jugar “cuadro cerrado”, para usar un término del béisbol cuando el equipo defensor adelanta todas sus posiciones para impedir que el contrario anote carreras y poder hacerle “out” si intenta llegar al “home”. Juguemos, pues, “cuadro cerrado” con los aliados. Comencemos por seguir la “seña” que nos han dado para el fraude electoral próximo, al manifestar unánimemente que no lo reconocerán. Esta seña significa: abstención masiva o no participación multitudinaria como acto de rebelión popular. Si la cumplimos le “tumbamos” la jugada a Maduro. Y entonces se abrirá esta alternativa de juego: pasamos nosotros a la ofensiva con el impulso insurreccional provocado por la rebeldía expresada con la abstención masiva y/o viene un bateador importado de los aliados como emergente, al quedar Maduro desautorizado para su Guerra Mundial. Y lo saca del juego.
Ahora más que nunca urge sacar a Maduro antes de que estallen los tiros de la Cuarta Guerra Mundial en que nos ha metido.
petitdacosta@gmail.com 21-08-20