razonnet
El régimen dictatorial se ha arrogado el monopolio del diagnóstico sobre la enfermedad, para, de ese modo, seguir ocultando información y mintiendo
Oscar Battaglini
Venezuela, como el resto del mundo enfrenta, no sólo la crisis sanitaria creada por la pandemia del Covid-19, sino también la crisis generada por las severas restricciones que la pandemia en desarrollo le ha impuesto a su economía en general.
Lo fundamental que debemos considerar e nuestro caso, es que la pandemia se aloja entre nosotros, en medio de una catástrofe (económica, social, política-institucional, de todos los servicios públicos, en particular de los servicios de salud, etcétera) provocada por el régimen autoritario que detenta el poder político en nuestro país.
» La dictadura militarista no garantiza la salud y vida de los venezolanos»
Esto hace de la situación venezolana uno de los casos donde la población está más expuesta ante los embates de la pandemia. Esto es así, básicamente, por dos razones muy concretas: en primer lugar porque el país no dispone de los requerimientos económicos ni sanitarios para hacer frente a la emergencia planteada por el Covid-19, y en segundo lugar (lo que sin duda constituye “nuestro mayor problema a resolver”) porque la dictadura militarista que rige al país no ofrece ninguna garantía (cosa que ha demostrado a lo largo de las más de dos décadas que tiene en el poder) que, frente a tan grave, compleja y exigente contingencia, se coloque en condiciones de trazar las políticas que preserven la seguridad y la vida de todos los venezolanos. Veamos lo afirmado en términos más precisos y objetivos:
- Situación económica
No se exagera cuando se afirma que la economía del país, bajo el régimen chavezmadurista vive en la actualidad una situación de parálisis casi absoluta, como resultado de la recesión que la ha afectado durante los últimos 6 o 7 años, que ha provocado una caída del PIB de más de un 70% acumulado en el período 2013-2020. Las manifestaciones más visibles de este hecho son, entre otras:
1-Una caída descomunal de la producción petrolera (que en la actualidad es del nivel que tenía en 1943), y de los ingresos en divisas por este concepto que antes era de un 97%.
2-Un déficit fiscal crónico, que de ser enjugado por el BCV con emisiones de dinero sin respaldo, ha dado pie a una hiperinflación continuada (de aproximadamente 4 años) que ya supera el 13 mil% acumulada y que ha empobrecido a más del 90% de la población venezolana.
3-El cierre absoluto del financiamiento internacional. Hecho que el régimen dictatorial está tratando de suplir en parte mediante la explotación depredadora del oro del Arco Minero del Orinoco, que … con la mafia rusa y los turcos, y que sale del país sin ningún tipo de control por parte del Estado.
4-Una deuda externa consolidada que supera los 250 mil millones de dólares; deuda ilegalmente contraída que el régimen madurista no tiene cómo pagar y que le ha creado una obligación de pago a cada venezolano por el orden de los 6 mil millones de dólares.
5-La paralización de las industrias básicas de Guayana. Todas están apagadas (para que el país pueda disponer de un fluido eléctrico intermitente) con los trabajadores en sus casas recibiendo “salarios” y pensiones monetizados por el BCV. La industria manufacturera y la agropecuaria por su parte operan a un 15 o 20% de su capacidad instalada.
» Al personal de salud se le ha impuesto salarios humillantes (de hambre) y se le amenaza con sanciones laborales y encarcelamiento por denunciar la precariedad y la destrucción del sector»
- Situación sanitaria
La precariedad y el deterioro son los rasgos que por término medio definen actualmente al sistema de salud pública en nuestro país. Ello es, básicamente, una consecuencia de la tendencia desarrollada por Chávez de crear “instituciones” político-administrativas de Estado y de la sociedad civil, paralelas a las ya existentes, las cuales quedaron bajo su más estricto control autocrático. Muestra de esto es la creación de la “universida” bolivariana de la fuerza armada chavista (facha), de Barrio adentro, y otras tantas “misiones”. Pero lo más grave de esa tendencia y de sus efectos negativos, es que su empeño de crear instituciones o aparatos de Estado paralelos que siempre Chávez y el chavismo lo asociaron a la destrucción irracional de las instituciones existentes, sin importarles que lo creado por ellos estuviera muy por debajo en calidad de lo destruido por su acción irracional y perversa.
Esa intencionalidad que ha guiado el proceso de destrucción general que el chávezmadurismo ha hecho del país, se inicia en el sector salud con el abandono que durante años ha estado sometido el sistema hospitalario, para concentrar su atención en el “modelo de salud de barrio adentro” con personal traído de Cuba. El plan seguido para la implementación de este propósito perverso ha sido, desde el desmantelamiento creciente de la dotación tecnológica de los hospitales, la ausencia de equipos de bioseguridad, del personal de salud, desde médicos, enfermeros, bioanalistas, odontólogos, bomberos, etc, la imposición de salarios humillantes (de hambre, hasta la amenaza de sanciones laborales y encarcelamiento por denunciar la precariedad y la destrucción de la que ha sido objeto el sistema público de salud en Venezuela. Ahí, precisamente, la situación en la que se encuentra el país, en materia de salud pública cuando se produce la afectación a lo interno del Covid-19. La demostración de que esa situación, no sólo se ha mantenido sino que se ha agravado son -entre otros- los hechos siguientes:
1-El riesgo extremo que permanentemente debe enfrentar el personal de salud (sobre todo médicos y de enfermería, en la atención de los pacientes infectados, por carecer del equipamiento adecuado y suficiente (mascarillas médicas, guantes, batas, impermeables, pantallas faciales, etc, que garanticen su seguridad en el ejercicio de su labor. Esto es lo que lamentablemente explica el alto número de médicos venezolanos (ya pasan de 30) y personal de enfermería, fallecidos por esta razón.
3-La inexistencia en los hospitales públicos (cosa que no fue así antes del chavismo) de laboratorios y otros requerimientos tecnológicos para realizar los diagnósticos en tiempo real, como ocurre en todos los países del mundo. Esto conlleva el agravante (en el caso del Covid-19) de que el régimen dictatorial se ha arrogado el monopolio del diagnóstico sobre la enfermedad, para, de ese modo, seguir ocultando información y mintiendo interesadamente acerca del desarrollo real de la pandemia en nuestro país; que, como todos sabemos, se encuentra en estos momentos en pleno ascenso.
3-Cuando se analiza la coyuntura venezolana actual, inmediatamente queda en evidencia que, ni la crisis económica en desarrollo, ni la crisis sanitaria creada por el Covid-19, que, en sí mismas, constituyen dos grandes y graves dificultades que la sociedad venezolana debe y tiene que superar, no son, sin embargo, en la actual coyuntura, nuestro mayor problema. Este es, sin duda, la existencia en el control (usurpación del poder de un régimen político que ha demostrado suficientemente que no tiene interés ni capacidad para conducir el país hacia la superación de los graves problemas económicos, sociales, políticos, sanitarios, etc, que él mismo ha creado. De ahí el convencimiento (lógico) y la afirmación prevalente en el seno de la sociedad venezolana de que … “mientras “el chavismo se mantenga en el poder, no habrá solución para ninguno de esos problemas”; sino que, por el contrario, cada minuto, cada hora, cada día que pase de su permanencia en el mismo, será un minuto, una hora, un día más de destrucción, de hambre, de miseria para esta sufrida patria.
https://www.larazon.net/category/oscar-battaglini/
