El director del Observatorio Electoral Venezolano, Luis Enrique Lander, considera que el nombramiento exprés de Leonardo Morales como vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, viola la normativa respecto a la rotación de los rectores y sus suplentes.
Enrique Meléndez
“Cuando el CNE le pidió a los partidos que designaron al que iba a estar encargado de las postulaciones y de todos estos asuntos, relacionados con los procesos comiciales, a quien designó AP, precisamente, fue a Leonardo Morales”, explica el también profesor de la Universidad Central de Venezuela.
¿Qué juicio le merece a usted el nombramiento de Leonardo Morales como el nuevo rector del CNE, a defecto de Rafael Simón Jiménez, quien viene de renunciar?
-Ahí lo que se ve es que se agrega una irregularidad más a otras ya, que venían de antes. Ya nosotros lo dijimos en un pronunciamiento, refiriéndonos al nombramiento de estos cuatro rectores por el Tribunal Supremo de Justicia; lo cual claramente está establecido en la Constitución: esa es una función que es exclusiva de la Asamblea Nacional (AN).
-El único órgano en Venezuela, que tiene la potestad de designar los rectores del CNE es la AN; con los procedimientos que están allí definidos. Estos procedimientos se concretan aún más en la Ley Orgánica del Poder Electoral (LOPE); pero en ninguna parte ni en la Constitución ni en la LOPE le dan al TSJ esas atribuciones. De modo que esos rectores, que han sido designados por el TSJ cometen esa irregularidad.
-Sin embargo, cuando se hizo eso, se designaron no sólo los cinco rectores principales; sino también sus respectivos suplentes, y esos suplentes, que también fueron designados por el TSJ, deberían asumir la función que les corresponde; como es precisamente, sustituir al principal en fallo temporal o definitivo.
-En esta oportunidad, qué es lo que ha debido ocurrir: una vez que renuncia Rafael Simón Jiménez; como rector principal, en la lista de los anteriores, estaba el suplente de Jiménez; que ha debido, sin necesidad de que tuviese que intervenir el TSJ, asumir el cargo que dejó éste. Pero, no: resulta que entonces el TSJ, nuevamente, se inmiscuye en la cosa; desconoce su propia decisión en lo relativo al nombramiento de los suplentes, y designa un nuevo rector, a Leonardo Morales.
-De modo que esta es una irregularidad más, pues no se cumple con la Constitución ni con la ley y, en esta oportunidad, ni siquiera con la propia sentencia; porque el TSJ, insisto en esto, nombró allí los principales con sus suplentes. Por ejemplo, allí está como suplente Juan Carlos Delpino, Luis Fuenmayor Toro.
-Entonces, cada rector tenía su respectivo suplente. Si se produce la falla absoluta de alguno de esos rectores, lo que corresponde es que el suplente debería asumir el cargo que queda vacante, y resulta que el TSJ viola la propia sentencia. Nombró a uno que salió de la nada; puesto que Leonardo Morales no estaba en ninguna de esas condiciones.
Además, se objeta porque es militante del partido AP. ¿No es así?
-Sí, así es. No solamente eso, sino que cuando el CNE le pidió a los partidos que designaron al que iba a estar encargado de las postulaciones y de todos estos asuntos, relacionados con los procesos comiciales, a quien designó AP, precisamente, fue a Leonardo Morales; lo que demuestra que sí era militante de ese partido; además, y esto puede sonar como un detalle menor, pero que no lo es: entre los requisitos que establece la Constitución, para poder ser rector, uno es que el candidato no tenga ningún vínculo con ninguna organización con fines políticos; no dice ni siquiera que no debe ser militante, sino que no debe tener ninguna vinculación partidista.
-Entonces, nombrar a Leonardo Morales por parte de AP; como su vocero ante el TSJ no importa si es o no es militante; sino que claramente tiene vínculos con esa organización partidista, y eso lo descalifica para ser rector, al no llenar los requisitos.
Lo que pasa es que el TSJ tuvo que arrogarse el nombramiento de los rectores, porque la AN pecó de omisión. ¿No le parece?
-Yo no estaría de acuerdo con esa interpretación; pues, aunque la AN no terminó de designar a los rectores, con mucha dificultad, y dificultad que tiene que ver con la situación tan extremadamente polarizada; como la que se vive en Venezuela; donde en algunos momentos bancadas completas no asisten a la AN, y aún así se había logrado hacia finales del año pasado, que participaran todas las fracciones políticas, que hacen vida en la AN; lo que permitió el nombramiento de un comité de postulaciones, integrado por once diputados.
-Esos once diputados representaban todas esas fracciones políticas, es decir, había oficialistas, había opositores; había de todo lo que está allí en la AN. Luego, por supuesto, de los sucesos que ocurrieron el 5 de enero de este año; cuando hubo el intento de nombrar a una junta directiva, distinta a la presidida por Juan Guaidó, y se produjo aquella situación crítica para la AN, y de la cual derivó el hecho de que la AN tiene ahora dos directivas; bueno, aún en esa situación se logró que el comité de postulaciones se conformara plenamente con sus veintiún integrantes.
-Pero eso ocurrió apenas una semana antes de que se decretara la cuarentena, y, en principio, los integrantes de ese comité de postulaciones; como buena parte de los venezolanos, donde yo estaría incluido, pensábamos que este asunto de la cuarentena iba a ser relativamente de corto plazo; que no se iba a demorar meses.
-De modo que en esas primeras semanas la actividad de ese comité de postulaciones se suspendió, a la espera de que el problema de la cuarentena se solventara; que fue cuando el TSJ decidió jugar adelantado; acusó a la AN de pecar de omisión; creo que en este caso no correspondía, y, por supuesto, con todas estas irregularidades que están ahí, y que es un cuento más largo, decidió nombrar a los cinco rectores con sus respectivos suplentes.
¿Cómo ven ustedes la salida de Rafael Simón Jiménez; que ha traído mucha cola, sobre todo, en las redes sociales; donde se maneja una y otra interpretación?
-Las razones por las cuales Jiménez renunció, habría que preguntárselo a él. No creo que no nos corresponde a los venezolanos andar haciendo interpretaciones. El ha dicho que se sentía incómodo allí; porque ha sido activista político toda la vida; en algún momento fue militante del MAS; en otro momento estuvo vinculado con Un Nuevo Tiempo. Por otra parte, fue candidato a gobernador del estado Barinas.
-Digamos, ha sido siempre una persona que ha estado en la actividad política, y ha dicho que él se sentía incómodo, en una posición donde para ser rector, se requiere ser imparcial; no tener sesgo político, la verdad es que en las declaraciones que ofrecía, él mostraba un sesgo opositor; de modo que no se sentía muy cómodo en esa postura, y decidió renunciar.
-Claro, uno le podría reclamar que eso era comprensible desde el momento inicial, y lo que ha debido hacer es no aceptar el nombramiento como rector. Pero bueno, finalmente, creo que él es libre de haber tomado la decisión que le pareció la más correcta, y especular sobre las interpretaciones, que se le dieron a esa renuncia no tiene más sentido.
El otro punto controversial lo constituye la figura del coronel activo Carlos Quintero; quien tiene una gran influencia en el CNE, al punto de ser considerado el que lleva a cabo las negociaciones para la compra de las nuevas máquinas electorales. ¿Qué sabe usted al respecto?
-Carlos Quintero está en el CNE no de ahora, sino desde hace muchos años y siempre ha estado en esa condición, que se conoce como rectores suplentes activos, e incorporado, precisamente, a esa área de informática del Junta Electoral Nacional; que controla el sistema automatizado de votación.
-En alguna oportunidad, yo personalmente, designado por el OEV participé en alguna de las auditorías del sistema automatizado de votación, y quien administraba más o menos el asunto; quien era la figura relevante en esos procesos de auditoría, era Carlos Quintero. Así que eso no es nuevo; eso es viejo.
-Ha habido muchas críticas y muchos señalamientos de parte de los partidos de oposición sobre el comportamiento de Carlos Quintero; obviamente, lo mismo que estábamos comentando ahorita, con respecto a Rafael Simón Jiménez; que los rectores deben ser imparciales y no mostrar una conducta sesgada hacia los actores políticos. Bueno, Carlos Quintero no es muestra de eso; porque siempre ha tenido un comportamiento muy pro-oficialista. Pero, repito, esto no es ninguna novedad. Carlos Quintero ha estado muchos años en esta actividad electoral.
¿Cómo ve el OEV la nueva normativa que ha diseñado el CNE, para estas elecciones del 6 de diciembre, y la que se considera que, en lugar de estimular el voto, lo que hace es crear una desconfianza?
-Si, claro, en esta oportunidad el TSJ repite irregularidades que se habían cometido anteriormente, pero le agrega algunos condimentos adicionales, y uno de ellos es que, por ejemplo, la LOPE establece con absoluta claridad que, una vez nombrados los rectores, serán esos mismos cinco rectores que en su seno, entre ellos, decidan quien va a tener los distintos cargos: presidente, vicepresidente; quien va a estar a la cabeza de la Junta Nacional Electoral, a la cabeza de la dirección de partidos políticos y financiamiento y a la cabeza de la dirección del Registro Electoral Permanente.
-Repito, la LOPE establece muy claramente, que eso es potestad de los rectores, una vez que hayan sido designados. Bueno, en esta oportunidad en la sentencia del TSJ se nombra no solamente a los rectores, indebidamente, sino que además le asigna el cargo que cada uno va a tener. Eso no es un problema menor. Es un problema serio; que se repite ahora con el nombramiento de Leonardo Morales. Porque no es solamente rector, sino que de entrada ya es vicepresidente del CNE.
-Pero, además de esto, está esta otra irregularidad; que efectivamente le otorga al CNE funciones legislativas; cuando claramente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela esta función está reservada para la AN y, bueno, esto ha hecho que este CNE, además de estar violando ese artículo de la Constitución que establece, que en los seis meses anteriores a un proceso electoral no se debe establecer ningún cambio en la reglamentación respectiva; en la normativa, y no obstante, así hemos visto que en ese período, en menos de seis meses este CNE ha producido varios cambios importantes en la legislación comicial.
-Ha producido el cambio del número de diputados; se pasó de 167 a 277, es decir, 110 diputados más para la nueva AN y, además, agrega una cosa que no está en ninguna parte; que es una lista adicional de 48 diputados; que van a ser elegidos de una manera no directa, sino indirecta; porque cuando uno vota por los diputados lista en su entidad federal, esos votos se van a sumar para otra cuenta; donde se van a elegir los diputados nacionales.
-Bueno, ahí hay una cantidad de cosas que se podrían discutir; pero ahí claramente existe una irregularidad, y otra cosa que es muy importante, y la que tiene que ver con la normativa de la elección de los tres diputados indígenas; porque ahí notablemente se le violan a las comunidades indígenas el derecho al voto secreto, y el derecho al voto directo. Porque los indígenas no van a votar ahora directamente por sus diputados, sino que van a votar en una asamblea a mano alzada, no secretamente, por los voceros y serán esos voceros los que, luego, elegirán a sus representantes ante la AN.
Hay quien ha considerado que esa modificación a la normativa persigue evitar que se produzca el mismo fenómeno de 2015; cuando la oposición ganó con la mayoría absoluta la AN. ¿Está de acuerdo?
-Eso es más complicado que, aún, lo que me estás planteando. El asunto no es tan así. Ha habido gente, incluso, que hasta ha llegado a publicar en cierta revista, que lleva por nombre Análisis Venezuela, algo así; como sería el caso del economista Francisco Rodríguez, quién allí plantea, por ejemplo, lo que sucedería ahora en las próximas elecciones de diciembre, si la votación fuera la misma que sacó la oposición en el 2015, es decir, con 56% de los votos a su favor; mientras el oficialismo el 44% de los votos.
-Y al sacar la cuenta él, termina deduciendo que la diferencia es de apenas un diputado. Es decir, no cambian muchos los resultados. Pero, por supuesto, que más que modificar, concretamente, la posibilidad de lo que pasa cuando la gente vota, se trata de un mecanismo que, finalmente, se convierte, yo diría que el principal mecanismo, en un factor que fuerza la desconfianza creciente, que existe en el electorado venezolano; sobre el voto, como herramienta de cambio; como herramienta de expresión de la soberanía popular.
-Eso lo que termina es desestimulando la intención de voto del sector opositor al oficialismo, y en el entendido entonces de que, mientras más opositores se abstengan, más posibilidades tiene el oficialismo de salir airoso de esas elecciones. Ya tuvimos ejemplo de eso en el año 2018 en las elecciones presidenciales, en las elecciones de gobernadores; incluso, algunos ilusos en esas elecciones regionales pensaban que la oposición iba a ganar entre quince y veinte gobernaciones, y finalizó ganando cinco.
-No fue porque el oficialismo aumentó su caudal electoral de manera significativa, sino precisamente, el voto opositor se vio muy severamente disminuido; porque mucha gente decidió no participar en esas elecciones.
¿El OEV está de acuerdo con salir a votar?
-Esa es la pregunta de las 60 mil lochas; como se decía en mi infancia. Pero la verdad es que al OEV no le corresponde decirle a la gente si debe o no votar. Eso tiene que ser una decisión consciente de cada electoral el derecho no sólo a votar, sino también a elegir al candidato que cree que es el más idóneo para una función pública. Eso es una decisión, absolutamente, libre y tomada a conciencia de cada ciudadano. -Ahora, en esta discusión nuestra labor es la de tratar de que esa decisión que tomen los electores, sea una decisión lo más responsable posible; por lo que eso nos obliga a nosotros a hacer análisis del termómetro de la situación; análisis que nosotros publicamos, y para lo cual contamos con un boletín, que editamos cada quince días, y donde recogemos denuncias, irregularidades.