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¿Era una bomba de particulares, de terroristas? ¿Acaso de agricultores o constructores de paz? Hoy como ayer todo, todo es muerte
Agustín Blanco Muñoz
Déjeme repetirle profesor: a este mundo no se viene a vivir. Nacemos muertos. Y las mayorías se suman al esfuerzo por la sobrevivencia. Y esto nos lleva a la pregunta del poeta León Felipe que usted tanto nombra: ¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha, los mismos hombres, las mismas guerras, las mismas cadenas, los mismos tiranos, los mismos farsantes? Y qué pena que todo sea siempre la misma manera de oprimir, someter y condenar a los de abajo.
Y hoy mismo conmemoramos los 75 años de la masacre que ordena Truman contra Hiroshima y Nagasaki para anunciar que si no hay rendición, viene el exterminio del imperio japonés, en atención a la ley de la lucha de los grandes poderes.
La situación actual es más grave, porque además de los imperios hay muchos aspirantes con armas nucleares y aliados como la guerra mediática o las epidemias. Y todo esto está hoy apegado a los planes del llamado ‘nuevo orden internacional’, dispuesto a limpiar el mundo de todo peligro y hacerlo acogedor y garante de la vida de quienes la merecen. El resto está condenado y tendrá que terminar de morir.
No se detiene la siembra de muerte, profesor. Mire el caso de Beirut. En un depósito del puerto estaban ubicados cerca de 3000 toneladas de nitrato de amonio. Una gran bomba nuclear que estalló según fuentes oficiales por falta de medidas de prevención. ¿Pero esa era una bomba de particulares, de terroristas? ¿Acaso de agricultores o constructores de paz? Hoy como ayer todo, todo es muerte. Y esto descorazona y entristece. ¿No es así?
«¿Pero 77 años después dónde fue a parar lo que este poeta miraba como socialismo?»
Mire Don Antero, yo puedo compartir su análisis, pero no su tristeza. Porque estamos obligados a buscarle salidas a esta continuada tragedia. Y para eso es necesario tener conciencia de lo que ocurre para delinear un hacer que la detenga. Sólo así podremos ir algún día hacia la alegría.
De acuerdo profesor. Pero fíjese que de eso nos dio una lección el combatiente checo Julius Fucik con su felicidad por lo que veía como socialismo ruso. Cayó y fue ejecutado en 1943 por el fascismo alemán. Dejó su Reportaje al pie de la horca como un mensaje de lucha y alegría. ¿Pero 77 años después dónde fue a parar lo que este poeta miraba como socialismo? No le falta razón Don Antero.
Sancho, ¡el combate hoy en este mundo agónico y muerto es contra los imperios asesinos y por conquistar la alegría del vivir!
@ABlancoMunoz
