Está demostrado que el gobierno de Nicolás Maduro no es más incompetente porque no práctica.
Félix B. Sucre
CNP 8526
No hay un día que un alcalde, un gobernador, un ministro o un burócrata cualquiera ponga la plasta como hace unos años atrás lo dijera Hugo Chávez de los magistrados del primer TSJ que nombró la llamada revolución bonita, la cual no se encargó de resolver los problemas que confrontaba los servicios públicos.
Cómo había dinero a montón, todo se fue resolviendo a los realazos. Así tuvimos el caso del agua, transporte público, el metro, el sistema eléctrico salud pública; en fin, todo fue recibiendo, de acuerdo a puntos de cuentas, miles y miles de millones de bolívares para que se contestará a los empresarios y, tal como se esperaba, se le diera solución a cada problema. El presidente no podía estar encargándose de lo más mínimo, para eso estaban los gobernadores, los alcaldes, los ministros; pero todos vivían más ocupado en el jalabolismo revolucionario que en hacer el trabajo.
Todos estaban listo para informar sobre pendejadas y no de los problemas que estaban afectando a los ciudadanos; vale decir al país en general, el cual, frente a los ojos de civiles y militares, se estaba volviendo una pocilga. De hecho, a eso hemos llegado.
En todo el territorio nacional, la vialidad un caos, el sistema eléctrico un caos, hidrocapital es un caos con lo del agua, aún en tiempo de lluvias, lo que no es entendible, pero si explicable en un gobierno que se ha conocido por el burocratismo, la ineptitud y la corrupción, de la que ya son muchas las cosas que de conocen y, además, nos tiene convertido en lo que somos, donde ya el agua no la están negando, lo que para ellos es lo mismo si los otros la consideran un derecho humano.
Aquí el único derecho lo tiene Nicolás Maduro y su familia, los directivos del PSUV, el Alto Mando Militar, el TSJ, el CNE, Fiscal General, Contralor General y Defensor del Pueblo la Asamblea Nacional de Parra, la ANC y la oposición exquisita de Casa Amarilla. Los demás no tienen derecho a nada.
Por eso es que Venezuela está como está, si usted lector, es de los adecos de Bernabé tiene de todo; los justicieros, los de voluntad y los ya archi conocidos del mas, soluciones, copei, aliancista o bertuccieros. Pero si está con Juan Guaido’ y su gente, tenga la seguridad que no van a conseguir nada.
Es lo que le está pasando en Guarenas a los vecinos que pretenden tener agua las 24 horas del días. Aquí no hay derechos humanos que se puedan invocar, porque para esos las respuestas puede ser el FAES, GNB, SEBIN, PNB y colectivos.
En Plaza y Zamora, como en cualquier otro de los 335 municipios que tiene el país, puede haber problema de agua, eso nos le importa a los funcionarios. La gente tiene que combatir el virus chino con agua y jabón, si se contaminan los mandarán para el hospital del poliedro y que el doctor Potro, quien ya tiene listo los hornos, proceda a actuar.
Eso será lo que nos va a esperar en estos próximos días, meses de cuarentena. La mejor manera de atender salud es con agua, pero Hidrocapital no le da la gana enviarla con un cronograma creíble. Ellos habían dicho que los trabajos en Taguaza ya estaban listos, ahora nos vienen con este criminal racionamiento.
Por esa razón, como debe ser, los vecinos se van a concentrar en La Villa Panamericana, intercomunal de Guarenas para decirle al gobierno que basta de abusos con el agua; que si quieren combatir el covid-19 tienen que mandar el agua. Si tuviéramos un presidente, un gobernador o un alcalde, Hidrocapital no estaría jugando con los vecinos. Ni los políticos que quieren ser diputados tampoco.