Deslindados los campos, Guaidó necesita, por el bien del país, entenderse sinceramente con María Corina Machado y Antonio Ledezma a tales fines.
Jesús Antonio Petit Da Costa
Desde hace tiempo veníamos diciendo que la MUD-G4, su cogollo, es colaboracionista, usurpadora del espacio de la oposición en beneficio de la tiranía. Pues bien, ya se está viendo:
-AD se ha sincerado como colaboracionista. La ha sincerado el TSJ de Maduro.
-UNT, un desprendimiento de AD, ha ratificado ser colaboracionista con la negociación hecha por Stalin González. El dueño del partido, Manuel Rosales, ha usado la misma treta de siempre: tira la piedra y esconde la mano. Ya la había usado cuando vendió el CNE ordenando a un diputado suyo romper el quórum.
-PJ ha confirmado su colaboracionismo con la negociación hecha por su líder, Henrique Capriles.
En resumen, la mayoría (3) del cogollo (G4) de la MUD se ha quitado el disfraz de oposición que tuvo hasta ahora, quedando desnudos como colaboracionistas.
Por este motivo, el ciudadano Juan Guaidó, Encargado de la Presidencia de la República, por la traición de aquellos partidos de la MUD ha quedado solo con uno del cogollo de la MUD: el partido de su jefe, Leopoldo López. Al cual se agregan hasta hoy (no sabemos mañana) 24 partidos que no forman parte del cogollo-G4, sin fuerza suficiente para hacer triunfar la línea de la abstención masiva.
Ante esta situación, deslindados los campos, Guaidó necesita, por el bien del país, entenderse sinceramente con María Corina Machado y Antonio Ledezma a tales fines. Podría ser de este modo:
Cada uno de los dos sectores (Guaidó/Machado-Ledezma) constituye por separado un comando de campaña por la abstención masiva y militante como inicio del contragolpe constitucional con el desconocimiento del régimen y la autoridad de Maduro (artículo 350) y el cese de la usurpación (artículo 333), que sería la promesa fundamental a los electores, estableciendo coordinación entre ellos. Con esta finalidad Guaidó solicitará el auxilio de los gobiernos democráticos, incluyendo el militar, para hacer respetar la voluntad popular expresada con la abstención masiva, si las fuerzas armadas venezolanas no la acatan.
A Guaidó traicionado le llegó la hora de la verdad: demostrarnos que no es traidor también echando para adelante.
petitdacosta@gmail.com