A juicio del presidente de Conindustria, el país tiene que salir adelante, que no podemos seguir destruyéndolo con este siete por siete.
“Esto no sirve y, especialmente, en el sector industrial. Tememos que darle continuidad a la producción. Eso sí ser muy estricto con todos los protocolos de seguridad”, manifestó durante una rueda de prensa que la asociación realizó, a los fines de presentar el informe de la Encuesta de Coyuntura del tercer trimestre de 2020.
Celis comenzó su intervención señalando que la crítica situación, por la que atraviesa hoy la economía venezolana se debe a un coctel molotov que nos costó una mezcla de políticas equivocadas; de modo que nos llevó a perder tal números de industrias, de puestos de trabajo, de productos hechos en Venezuela que generaban valor; políticas económicas, a su modo de ver, ancladas en el pasado.
“Ya el mundo entero no está en esas políticas de controles; de persecución de empresarios; sino, todo lo contrario, políticas que tienden a atraer inversiones, de modo que se produzcan empleos, se generen productos y con ello se active un movimiento de la economía; lo que traduce, al final, prosperidad y un bienestar de la ciudadanía”.
Dijo Celis que a nuestro drama se le agrega la consecuencia de la pandemia del Covid-19; que comparó con la situación de un avión, al que le viene fallando uno de los motores; buscando donde aterrizar y, desafortunadamente, se ve metido una tormenta gigantesca y que, en tal sentido, Conindustria ha venido haciendo una serie de planteamientos, a los fines de que se pueda oxigenar el aparato productivo.
“Nosotros hemos esperado, pero la única propuesta que hemos tenido ha sido la relacionada con el tema de la modificación del IVA: la aberración que era cobrar un IVA anticipado; es decir, un tipo de impuesto que pecha las compras; de modo que se estaba pagando, antes de que se produjeran las mismas”.
Expresó que con motivo de un estudio que ha hecho Conindustria, se observó que en el resto de los países de la región se les incentiva a los empresarios a reactivar la producción, y que los únicos tres países, que no se ajustan a esta política, son Nicaragua, Cuba y Venezuela, e hizo la salvedad de que esas recomendaciones, que ellos han planteado, no están en función del lucro del empresario, como sí para que su inversión genere empleos y se originen productos.
“Esos productos que fabrican las empresas del país son tan necesarios que, al final, ahorran divisas; además de traerlas, porque son productos que también se exportan. Todo esto se pierde al cerrar una empresa”.
Celis afirmó que hay que tomar en cuenta que el Covid-19 no se va mañana; que vamos a vivir muchísimos meses más, hasta que se dé con la vacuna apropiada, para combatir el virus; de modo que hay que aprender a convivir con este flagelo, y que hay que hacerlo con responsabilidad y con educación.
“La economía tiene que seguir. No podemos legislar sobre la base de una probabilidad, y no a una certeza. La probabilidad es que cualquiera de nosotros tiene la posibilidad de ser infectado por el virus chino. La certeza es que cada vez que cierra una empresa, su calidad de vida va a bajar y es mucho más vulnerable. Por lo tanto, hay que legislar en función de las empresas y no de las probabilidades. De manera que hay que seguir; tomando por supuesto todas las medidas necesarias, hay que estimular el progreso, para salvaguardar la prosperidad y el bienestar de todos los venezolanos”.
Encuesta de Coyuntura a la vista
A continuación la doctora Cecilia Castillo, presidenta ejecutiva de Conindustria pasó a presentar el informe de coyuntura industrial de los últimos trimestres; caracterizado por la circunstancia de que ya se ha sentido el efecto de la pandemia, y en ese sentido, Castillo comenzó señalando que el tema de la percepción de la situación económica del país, según la impresión de los encuestados, es que no sólo ha sido peor, sino que va a ser mucho peor; sobre todo, que se agravará en los próximos doce meses.
“Con respecto a la inversión realizada para este último trimestre, los consultados dijeron que la habían reducido, y, a falta de financiamiento y del colapso de la banca nacional, se impide que las empresas adquieran créditos, con los cuales expandir su capacidad productiva. Siendo la más afectada la pequeña y mediana empresa”.
Agregó que la poca inversión, que se tuvo, sólo fue de tipo operativa y de reposición de inventarios; lo que significa, a juicio de Castillo, que se ha incrementado la obsolescencia en el parque industrial; brillando por su ausencia la inversión en innovación; donde nadie está dispuesto a destinar recursos; no obstante, la intención de los empresarios, a los fines de dar con maneras de reinventarse; de mejorar y de ofrecer productos a los venezolanos, con todas las limitaciones que puedan tener ante las circunstancias, y que, sobre todo, en la pequeña y mediana empresa están haciendo ingentes esfuerzos para mantener el empleo.
“En cuanto a la cartera de pedidos, comparada con el valor de la de 2019, tenemos que el 68% de los consultados expresó que ésta había disminuido, y en cuanto a la variación del nivel del empleo, con respecto a 2019, tenemos que del 97% de las empresas encuestadas, el 61% reportó una disminución, mientras que un 36% reportó que su capacidad se mantuvo igual. Es de destacar que el semestre de la gran empresa no muestra variación en este indicador desde el primer trimestre de 2020”.
Al referirse a la variación de la producción en unidades, con respecto al mismo trimestre de 2019, se tiene que en los últimos 24 trimestres la producción industrial ha disminuido en Venezuela; sólo una tercera parte de las grandes empresas, es decir, el 35% observaron un aumento en la producción durante el segundo trimestre de 2020.
“En lo que atañe al tema de la variación de la producción, 73% dijo o que disminuyó mucho o disminuyó poco, más si le sumamos el 8% que dijo que no se produjo. Esta es una situación compleja; fíjense (mostrando una lámina) que en la pequeña y mediana empresa esa disminución es de 80%, y la no-producción es más de tres veces de su totalidad”.
En cuanto a la ocupación de capacidad instalada de los sectores no priorizados, Castillo indicó que ésta ha venido disminuyendo, significativamente, siendo que ahora con la situación de la pandemia tenemos que los sectores no priorizados registran una capacidad operativa que va entre 5 y 16 por ciento. Admitió que, obviamente, los sectores priorizados presentan una mayor capacidad operativa con un 30%; sólo que en ninguno de los sectores se excede de ese porcentaje.
“Cuando vamos a los promedios, tenemos que el 57% de los encuestados dijo que su establecimiento industrial se encuentra produciendo a no más de un 21,5% de su capacidad instalada. Comparando los años que van de 2015 a 2020, esto ha venido bajando con gran significación. Es de destacar que, naturalmente, el hecho de que los sectores priorizados están produciendo más que los sectores no priorizados, a propósito de ese 30%, eso hace que se registre un repuntico; con relación al semestre pasado que se ubicó en 18%”.
Seguidamente, Castillo pasó a comparar esas cifras, relativas a la ocupación de la capacidad instalada, con respecto a las de nuestros hermanos sudamericanos y, en ese sentido, dijo que está el caso de Brasil, que reporta un 70% de ocupación de su capacidad instalada, a pesar de la pandemia, pues se considera uno de los países con mayor número de contagiados; lo que significa que sus industrias no se han paralizado; seguido de Chile con 63%, luego Colombia con un 62%, Argentina 47%.
En el renglón de la variación del volumen de las ventas, según Castillo, el 69% de los consultados reportan disminuciones durante el segundo trimestre de este año, y que sólo la gran empresa mostró incremento en ventas, aunque advirtió que ese incremento no fue muy significativo.
“En cuanto a los cinco aspectos que más impactaron en la fabricación de los productos; tenemos que lo que es la baja nacional, la incertidumbre en el escenario político e institucional; sobre todo, este es el primer y el segundo aspecto que más han afectado la fabricación de los productos, adicional a todos los problemas que tenemos, a ese respecto; seguidos por el aspecto de la escasez de combustible para transporte y operaciones; la precariedad de los servicios básicos y la competencia de productos importados”.
Con relación a la expectativa, que habría en torno a la posibilidad de seguir operando en este contexto económico, llamó la atención del hecho de que entre seis meses y uno a dos años, el 80% no podrá seguir operando; lo que consideró una cifra muy dramática, y al agregarle a dicho contexto el tema de la pandemia, resultó entre los consultados que un 17% declaró que la misma ha afectado la operatividad de su empresa.
“En cuanto a si la empresa ha tenido la necesidad de realizar algunas acciones durante la emergencia nacional, para poder mantener el equilibrio económico, tenemos que el 20% de las empresas no han logrado poder suscribir créditos, que sería una de esas acciones. Pero fíjense que el 29% ha tenido que decidir el cierre de líneas de producción y el 21% a la reducción de personal”.
Que a la pregunta de en cuánto tiempo considera que podrá la empresa recuperar el nivel de la producción dentro del contexto de la emergencia sanitaria, Castillo reportó que el 29% respondió que en menos de tres meses; de modo que, a su juicio, eso tiene un impacto muy fuerte en este sector; mientras que el 84% de los encuestados respondió que va a tardar entre tres y doce meses.
Entre las alternativas y estrategias, que han venido creando los empresarios, para poder seguir operando, la encuesta, según Castillo, determinó que una de esas estrategias es la relativa a la adopción de nuevos protocolos de seguridad en los establecimientos.
“Aquí hay un índice (mostró otra lámina), que nosotros venimos midiendo, y es el relativo a la confianza industrial. Este es el que mide las percepciones que abrigan los industriales, en cuanto al comportamiento de las ventas, producción y mercadeo en sus empresas; indicando las posibilidades existentes de que decidan aumentar o no su inversión en recursos productivos en el corto plazo. Fíjense ustedes que los industriales venezolanos hacen un esfuerzo sobrehumano, para confiar; no obstante la confianza sigue siendo negativa, está en -21%”.
Al entrar en comparaciones con respecto al resto de países de la región, indicó que Brasil, que es el país que menos tiene, sin embargo, está en un 36,8% positivo.
Industriales proponen
Luego de esta presentación, retomó la palabra Celis, a los fines de referirse a lo que los industriales proponen, a propósito de esta situación planteada; para que el país, por lo demás, pueda salir adelante, y a ese respecto, destacó que lo primero que demandan es que se abran las empresas, para producir con seguridad.
“El país tiene que salir adelante. No podemos seguir destruyéndolo con este siete por siete. Esto no sirve y, especialmente, en el sector industrial. Tememos que darle continuidad a la producción. Eso sí ser muy estricto con todos los protocolos de seguridad”.
Agregó que también hay que revisar la política arancelaria; pues aquí están entrando productos, según señaló, hasta sin permiso sanitario; tomando en cuenta, además, que estamos en un país con una economía de puertos; lo mismo que la revisión del encaje legal, pues se requiere que haya acceso al crédito; como la revisión del tema impositivo, donde tiene que haber un racionamiento en la forma de manejar los tributos, de manera que no se termine de asfixiar a los industriales, como está ocurriendo hoy en día.
Según Celis, los industriales están dispuestos a aportar en esta situación tan difícil que está afrontando el país, bajo estas condiciones que están proponiendo, la creación de nuevos empleos; nuevos productos, mayor calidad de vida, a propósito de la dinamización de la economía, y concluyó llamando la atención del hecho de que nada de esto se logra, si no hay un acuerdo de una unidad nacional, de modo que podamos salir de esta situación de conflicto que vive la sociedad venezolana.