Carlo Acutis, el influencer de temas religiosos fallecido a los 15 años y destacado por el Papa como un ejemplo de evangelización en el mundo digital, fue beatificado este sábado en una ceremonia frente a más de 3.000 fieles que colmaron la pequeña ciudad italiana de Asís pese al alza de casos de coronavirus, y que pidieron que se convierta «pronto» en Santo.
«Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes», destacó el cardenal Agostino Vallini durante su homilía en la misa de beatificación con la que el Vaticano ya considera a Acutis oficialmente como «beato», el paso previo a la Santidad, y que fue seguida también por miles de personas por streaming.
Cinco pantallas gigantes en los alrededores de la Basílica proyectaban la ceremonia en una Asís colmada por fieles de toda Italia, para la que se acreditaron 100 periodistas, a pesar del aumento de casos de Covid-19 que en las últimas horas obligó al Gobierno italiano a hacer obligatorio el uso de barbijos en lugares abiertos.
«Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes»CARDENAL AGOSTINO VALLINI
Acutis, nacido en Londres el 3 de mayo de 1991, falleció el 12 de octubre de 2016 días después de saber que tenía leucemia, cuando había llegado a convertirse en un «influencer de la Eucaristía» a través del catecismo virtual y un proyecto que había desarrollado para poner online todo tipo de contenidos religiosos.
«Hoy nos admira y nos atrae especialmente la vida y el testimonio de Carlo Acutis, a quien la Iglesia reconoce como modelo y ejemplo de vida cristiana, proponiéndolo sobre todo a los jóvenes», sostuvo Vallini.
Minutos antes, los padres de Acutis habían llevado la reliquia hecha con el corazón del joven, que tuvo un tratamiento para permitir su conservación, con una de sus frases grabada en el gabinete contenedor: «La Eucaristía es mi autopista al cielo».
Tras repasar el trabajo de evangelización que Acutis hizo durante su vida, el purpurado agregó que «para comunicar esta necesidad espiritual utilizó todos los medios, incluso los modernos medios de comunicación social, que supo utilizar muy bien, en particular Internet, que consideraba un regalo de Dios y una importante herramienta para conocer gente y difundir los valores cristianos».
«Alentó el uso de los medios de comunicación como medio al servicio del Evangelio, para llegar al mayor número posible de personas y hacerles conocer la belleza de la amistad con el Señor», agregó Vallini, vicario emérito del papa Francisco para la diócesis de Roma, tras leer la carta del pontífice que oficializó la beatificación.
Acutis fue declarado beato luego de que, en febrero, el papa Francisco considerara que sucedió un milagro en la sanación de un niño brasileño que padecía de una afección mortal al páncreas y que sanó tras tocar una reliquia de Carlo en 2013.
Con cantos y carteles que desde ayer reclaman en todos los rincones de Asís que Acutis sea ahora «Santo subito» (Santo pronto, en español), la madre del joven, Antonia Salzano, planteó a Télam que en la familia están convencidos de que aparecerá un segundo milagro que, como se requiere, permita su canonización, «porque hay muchos otros milagros de Carlo».
«Carlo trajo el fruto de la santidad, mostrándolo como un meta alcanzable por todos y no como algo abstracto y reservado para unos pocos», apoyó Vallini en su homilía.
Acutis fue declarado beato luego de que, en febrero, el papa Francisco considerara que sucedió un milagro en la sanación de un niño brasileño que padecía de una afección mortal
El obispo de Asís, Domenico Sorrentino, anunció a Télam que luego de la beatificación la diócesis del lugar instaurará el premio «san Francisco y Carlo Acutis por una economía de la fraternidad», que apoyará proyectos económicos hechos «desde abajo» por personas de todo el mundo.
Antes de la ceremonia, el postulador de la causa de beatificación, el periodista itaiano Nicola Gori, destacó en diálogo con Télam el trabajo del nuevo beato con los más necesitados y recordó que «cuando falleció, en el funeral la iglesia estaba llena de pobres, y todos se preguntaban qué hacían ahí. Estaban porque Carlo los ayudaba en secreto. La familia lo sabía porque, teniendo solo 15 años, lo acompañaba su madre. Les llevaba bolsas de dormir o comida y por eso ellos sintieron el deber de ir al funeral».
Fue el propio papa Francisco quien en la exhortación apostólica Christus Vivit, de 2018, se refirió a la misión del beato en la red y destacó que supo «usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza».
Desde el 1 de octubre y hasta el próximo sábado, el cuerpo de Carlo se expone para que pueda ser contemplado por los fieles, vestido con campera, jean y zapatillas, su ropa característica, y en excelentes condiciones tras un trabajo de acondicionamiento que incluyó una máscara de silicona en el rostro, explicó Sorrentino.