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Salarios no alcanzan ni para comprar una curita, dijo Presidenta de la UDSE, Raquel Figueroa
Este miércoles 21 de octubre, los educadores tomarán de nuevo las calles para exigir el restablecimiento del salario y la cancelación de las deudas que el gobierno nacional mantiene con este sector.
En las distintas capitales del país el gremio realizará marchas y concentraciones. En el caso de Caracas los manifestantes se agruparán frente a la Inspectoría Regional del Trabajo, parroquia Altagracia, cerca de la iglesia Las Mercedes, donde entregarán un documento y de allí partirán hacia el ministerio de Educación.
La profesora Raquel Figueroa, presidenta de la Coordinadora Nacional de la Unidad Democrática del Sector Educativo, declaró a La Razón.net que las presiones del gremio irán en ascenso porque es urgente la recuperación de la seguridad social de los maestros y profesores.
«El sueldo de los docentes no se corresponde con el ejercicio de la carrera, mucho menos está ajustado a la situación económica de Venezuela», señaló.
Es por eso que está de acuerdo con la posición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que sostiene que por los salarios percibidos, los trabajadores viven en condiciones de pobreza extrema.
Borrado de un plumazo
Así quedó el tabulador de los educadores, según explicó Figueroa, quien detalló que el maestro categoría 6 gana mensual casi 7 dólares, mientras que los ubicados en los rangos 1 y 2, reciben 900 mil Bs., aproximadamente.
«Estos sueldos no alcanzan ni para comprar una curita», expresó la presidenta de la UDSE, al agregar que el adelanto de los aguinaldos también se les volvió sal y agua.
«El aguinaldo que Onapre dio no representó nada, unos docentes cobraron 849 mil Bs., otros 2 mil», añadió.
Consultas médicas verbales
Asimismo, describió el desamparo que mantiene el Instituto de Previsión Social y Asistencia del Personal del Ministerio para la Educación (Ipasme) con sus afiliados.
A su juicio, esta institución está «secuestrada por la política partidista oficial». Como anécdota contó la experiencia de un colega que asistió por una consulta de medicina interna en la que solo fue interrogado por el galeno sin recibir ningún chequeo físico.
