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Manda la antipolítica #Análisis #OscarBattaglini

La fuerza armada chavista no actúa solo como guardia pretoriana al servicio del régimen autoritario imperante, sino como parte de él, todo ello en abierta contravención del artículo 328 de la Constitución

Oscar Battaglini

Son múltiples y variadas las acepciones que pueden atribuírsele al concepto política; pero aquí nos interesa, sobre todo, la definición del término en su acepción práctica; esto es, de la actividad de aquellos que se ocupan como gobernantes de los asuntos públicos y como tales adquieren el compromiso (la obligación) no sólo de representar política e institucionalmente a la sociedad, a la República, al Estado, sino de atender eficiente y diligentemente, la problemática económica, social, política, administrativa, cultural, legal, etc, que ese compromiso y el ordenamiento constitucional imponen.

Cuando se cotejan esos parámetros con lo que ha sido la gestión política de la camarilla civil-militar al frente del Estado venezolano durante más de dos décadas continuas, salta a la vista la completa falta de correspondencia existente entre una y otra cosa. Esto es lo que explica que los resultados arrojados por la práctica gubernamental del chavezmadurismo en el ejercicio del poder, no hayan sido precisamente los de la política sino los de la anti-política, aberración que tiene su punto de partida fundamentalmente en la composición social y política del chavismo como movimiento político.

Es decir, la de ser un conglomerado en el que se juntan, por distintas razones una serie de categorías sociales excluidas e individualidades (el remanente o lo que va quedando de la izquierda stalinista, aventureros, advenedizos y oportunistas que ven llegada una nueva oportunidad, que no quieren dejar pasar etc.) sin noción de país y sin concepto político definido y viable.

Durante la permanencia del chavezmadurismo en el poder, se ha producido (como en los demás órdenes de la vida nacional) una franca involución democrática»

He ahí, es preciso reiterarlo la causalidad básica del estado catastrófico que le ha sido impuesto a nuestro país por la gestión gubernamental chávezmadurista, durante su dominación autoritario – militarista, todas las actividades socialmente significativas del país, particularmente las económicas, y las político-institucionales, han marchado bajo el signo de la antipolítica; es decir, a contrapelo de lo que ocurre en una economía normal y en el marco de un régimen político democrático.

Muestra de esto en el ámbito de la economía nacional y de los servicios públicos es, por un lado, la paralización de más del 80% del aparato productivo (de la agricultura, la industria, de la actividad petrolera, etc), y por otro, el caos imperante en los servicios de salud, educación, agua, electricidad, gas, gasolina y transporte. Si a esto se le adicionan las gravísimas consecuencias de la hiperinflación y los efectos nocivos del Covid-19, en pleno desarrollo, entonces nos percataríamos con toda su crudeza, en el infierno en que se ha convertido la vida de los venezolanos bajo el nefasto régimen chávezmadurista.

En el plano político – institucional, la situación del país y de los venezolanos no es menos grave. Aquí también la anti-política chávezmadurista le ha ocasionado un enorme daño a nuestra sociedad en todo lo relacionado con el desarrollo democrático nacional.

Durante la permanencia del chavezmadurismo en el poder, se ha producido (como en los demás órdenes de la vida nacional) una franca involución democrática. No sólo se detuvo el proceso constitutivo del ciudadano como sujeto político de la democracia, esto es, como depositario de la soberanía popular y del poder originario (prerrogativas estas que fueron conculcadas y usurpadas por la tiranía imperante), sino que a los venezolanos se nos privó, mediante la coacción (la violencia) dictatorial, de las organizaciones (partidos políticos, sindicatos, gremios, asociaciones, federaciones, etc) de participación política.

La Ley Antibloqueo legaliza finalmente el carácter perpetuo del estado de excepción mediante el cual Maduro ha “gobernado” durante años

Esta es la vía por la que el país ha sido retrotraído a las épocas oscuras en las que los venezolanos fueron forzados a vivir sin libertad política y bajo el signo del miedo y la persecución policial.

Conviene señalar que todo eso ha ido acompañado: 1.- de una creciente militarización de la vida política, que tiene entre sus manifestaciones más visibles el hecho de que la fuerza armada chavista no actúa sólo como guardia pretoriana al servicio del régimen autoritario imperante, sino como parte de él, todo ello en abierta contravención del artículo 328 de la Constitución Nacional que lo prohíbe expresamente.

2.- De un proceso de instrumentalización de los poderes públicos que, además de reforzar su dominación omnímoda, le permite tomar todo tipo de decisiones y medidas (económicas, políticas, jurídicas, electorales, etc) de su conveniencia, sin reparar en lo violatorio que puedan ser de la Constitución y de las leyes de la República.

3.- De la aprobación por la constituyente fraudulenta de la “ley antibloqueo”, “ley” esta que legaliza finalmente el carácter perpetuo del estado de excepción mediante el cual Maduro ha “gobernado” durante años; 3.2- Deroga definitivamente la Constitución de la República al concederle a Maduro poderes supraconstitucionales. Coloca en pública almoneda las riquezas naturales y los activos de propiedad nacional; bienes que son puestos a disposición de los capitales golondrinos y los capitales buitres, sin control, en secreto y en condiciones leoninas.

No resulta difícil percibir en este comportamiento “político” de la camarilla en el poder, los estertores de un régimen al que ya no le importa exhibir sus debilidades»

4.- Del fraude electoral como política de Estado, que la dictadura militarista adelanta con la complicidad y la activa colaboración de la “oposición” de la Mesita y otros agregados.

A la dictadura no le preocupa en lo absoluto el número o el porcentaje de electores que acudan a votar el 6/12/20, que seguramente será mucho menor al que participó en el simulacro electoral del 20/5/18, en el que votó menos del 30% del Registro Electoral Permanente. Esto lo decimos considerando:

1.- Las deplorables condiciones socioeconómicas en la que se encuentra la inmensa mayoría de la población.

2- El llamamiento a la abstención hecho por los principales partidos de oposición.

3- La declaración de la Misión de la Unión Europea que nos visitara recientemente, en la que se afirma que: … “actualmente no existen las condiciones para que se lleve a cabo un proceso electoral libre, justo y democrático”.

4- El temor a contaminarse con el Covid-19, etc. Su intencionalidad es realizar las “elecciones” parlamentarias como sea, e imponer un nuevo resultado que, aunque fraudulento y espurio pueda mostrar cínicamente ante el país y el mundo como prueba de su legalidad y legitimidad política. No resulta difícil percibir en este comportamiento “político” de la camarilla en el poder, los estertores de un régimen al que ya no le importa exhibir sus debilidades y miserias en público.

EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.

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