Enrique Meléndez
Los economistas Francisco Monaldi, Orlando Ochoa y Efraín Velásquez coincidieron en señalar que el país tiene posibilidades de recuperación a corto plazo, considerando el crítico escenario al que ha sido conducido por una política económica que no se ha basado en mantener la disciplina fiscal que privó durante cincuenta años, a partir de la década de 1930.
Estas conclusiones las hicieron durante sus intervenciones en el foro digital «Aproximaciones de la nueva realidad. Panorama Económico 2021», coordinado por el portal web Analítica.com y moderado por la periodista Gladys Rodríguez, donde plantearon el esquema que podría dar lugar a esa recuperación económica, partiendo de la reactivación de la industria petrolera y poniendo énfasis en el hecho de que este rescate no se haría, sino se produce antes un cambio político.
Francisco Monaldi es director fundador y Profesor Titular del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA y profesor del Baker Instituto de la Universidad Rice en Houston, Estados Unidos.
Comenzó su conferencia con el tema de la pandemia y lo que podría ser la etapa posterior a la cuarentena en el ámbito de los hidrocarburos.
En este sentido, recordó la magnitud del colapso de la demanda petrolera que hubo como consecuencia del impacto que generó el Covid-19. Agregó que todavía se corre el riesgo de que haya una caída en el próximo trimestre, si vuelve a repetirse la cuarentena en algunos países.
«Ya se está recuperando la demanda y lo hemos visto en países como China, pero esta es una situación con mucha incertidumbre. La demanda global de petróleo que fue de 101 millones de barriles en el año 2019 va a caer en promedio a 91 millones de barriles en el 2020 y se espera que se recupere en el 2021, pero que ni siquiera que llegue a los niveles del año 2019», comentó.
Calificó de catástrofe lo que ocurrió en el segundo trimestre de 2020, con una caída de 15 millones de barriles en la demanda, según la Agencia Internacional de Energía, gobierno de EEUU y la OPEP, que en el segundo y tercer trimestre se recuperó, pero que todavía no llega a los niveles, que teníamos en el pasado y con el riesgo de presentarse un cierre parcial de algunas economías.
La demanda global de petróleo que fue de 101 millones de barriles en el año 2019 va a caer en promedio a 91 millones de barriles en el 2020″.
«Hay la expectativa entre la mayoría de los analistas de una pequeña y lenta recuperación del precio del petróleo porque cuando está en los niveles en los que está hoy, no se recupera la inversión en particular en el crudo de lutitas de los EEUU; pero también en muchos proyectos internacionales. Entonces, por ahora si hay un incremento de la demanda, los precios podrían subir de manera gradual para poder obtener esa nueva oferta», explicó.
Durante su exposición, Monaldi planteó la interrogante de qué había pasado en Venezuela en términos de su industria petrolera, en este caso respondió que de ser el principal exportador de América Latina pasó a ser el sexto productor de petróleo, detrás de Brasil, México, Colombia, Argentina y Ecuador y, muy posiblemente, si la situación sigue como va, Guyana podría superar a Venezuela en los próximos cinco años.
«Venezuela llegó a producir casi 150 barriles por habitante en la década de 1950, cuando hoy en día está produciendo alrededor de 5 barriles por habitante; es decir, que si incluso tenemos una recuperación tremenda del sector petrolero, nunca llegaremos a tener de nuevo la gloria que tuvimos, cuando el país vivía, prácticamente, solo del petróleo», sentenció.
Respecto de las sanciones impuestas por Estados Unidos al gobierno dijo que, al principio, fueron financieras, impactando parcialmente la industria petrolera pero, en 2019 se le cerró el mercado en EEUU, así como la exportación a Venezuela de productos refinados.
Venezuela llegó a producir casi 150 barriles por habitante en la décda de 1950; cuando hoy en día está produciendo alrededor de 5 barriles por habitante».
A esto le añadió el hecho de que ya tampoco se lleva a cabo el trueque que se tenía con el país norteamericano de intercambiar petróleo pesado por productos como diesel y gasolina, lo que ha dificultado aún más la producción.
Orlando Ochoa es economista PhD, experto en finanzas públicas y profesor de la Universidad of Oxford,
Inició su participación en el seminario web comentando el hecho de la implementación de un plan de rectificación de Pdvsa; acción que antes de ejecutarla, es necesario observar primero lo que se hizo bien, cuando Venezuela arrancó como país petrolero.
«Si nosotros vemos la valorización de las empresas petroleras, determinamos que han venido cayendo. Hace apenas diez años teníamos a Exxon de primera o de segunda en el ranking mundial. Ya está mucho más abajo. Igual ocurrió con las empresas de carbón. Cuando uno habla con la gente del sector, ve que las dificultades y el atractivo, incluso, aun cuando la demanda petrolera haya caído en promedio 90 millones de barriles este año, y vuelvan a levantarse unos 7 millones de barriles, lo que daría unos 97 millones para este año que viene; aún así hay un desaliento», manifestó.
Reconoció que ya es un hecho la intención de usar menos combustible de origen fósil, el cambio hacia otras fuentes va a llevar décadas. Los países productores de petróleo, en ese sentido, están alertas y probablemente Venezuela tenga unos 20 años para cambiar el rumbo y poder plantear la diversificación.
«Cualquier proyección que hagamos, si asumimos la continuidad de la crisis política y de las sanciones, no podemos hablar sino de deterioro, y deterioro significa graves problemas fiscales, caída de la producción, del ingreso y el proceso de inflación, con financiamiento monetario del déficit», resaltó.
Probablemente Venezuela tenga unos 20 años para cambiar el rumbo y poder plantear la diversificación»
Para poder lograr la recuperación económica, apuntó que Venezuela va a necesitar, no solamente incrementar la producción petrolera, sino también ordenar la política fiscal y monetaria, diseñar planes de mejoramiento al sector privado, a la infraestructura; uno de ayuda humanitaria y de apoyo social, mientras mejora la economía en los primeros años.
En este punto llegó a la conclusión de que eso requiere grandes negociaciones que tendría que hacer el país en esa coyuntura de cambio y dejó en claro que para poder implementar los programas mencionados anteriormente, se necesita apoyo financiero internacional, evidentemente con fuerte papel de los multilaterales, así como capitales privados, sobre todo, petroleros.
Efraín Velásquez es presidente del Consejo Nacional de Economía y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello en la cátedra de Macroeconomía y Economía Internacional,
En su exposición, es pertinente destacar que el experto planteó las perspectivas económicas de Venezuela para el 2021, inicialmente, asumiendo que el contexto político continúa como en la actualidad; tomando en cuenta que Venezuela ha llegado a la situación en la que se encuentra por un debilitamiento financiero que comenzó en 2013.
«Ese debilitamiento financiero, esa pérdida de fortaleza se ha derivado como consecuencia de la caída de la producción de Pdvsa ocasionada por una mala gerencia, a causa de la implementación de proyectos sociales y una masiva corrupción en la empresa», explicó.
Velásquez se refirió al deterioro que sufre hoy la industria petrolera, el cual se aceleró con la aplicación de las sanciones de EEUU que comenzaron en el área financiera a finales de 2017, luego las petroleras en el 2018, de modo que las autoridades para enfrentar esa situación, primero, dejaron de cumplir con sus compromisos internacionales y después trataron de aumentar el gasto público para generar algún tipo de actividad económica.
«Ese debilitamiento financiero; esa pérdida de fortaleza se ha derivado como consecuencia de la caída de la producción de Pdvsa».
«Sin embargo, esa estrategia en el contexto económico que venía de 2017-201818, es lo que termina generando la hiperinflación. A partir de ahí, la administración ha tratado de ser un poco más comedida en el área fiscal y fue lo que hizo que la inflación cayera en 2019, pero con un tremendo impacto sobre la actividad económica, cuyo ritmo se desaceleró de manera significativa», argumentó.
Calificó al panorama actual como «espantoso», el cual se ha complicado por el impacto de la pandemia del Covid-19, de modo que, según sus palabras, los representantes del área económica del gobierno nos han llevado al peor escenario posible y es por eso que hoy tenemos una economía que, en esencia, no puede crecer y la inflación es muy alta.
«Creo que a futuro es muy importante tener presente que Venezuela no ha perdido su potencial de crecimiento. Los activos principales de Venezuela están allí. En Venezuela no hubo una guerra, un terremoto que haya destruido sus activos fundamentales».
«Lo que es sorprendente es que hemos llegado aquí por una pérdida del ritmo de la actividad económica; pero es una pérdida inducida por la política económica del gobierno y esto es lo que ha generado de manera muy importante el deterioro que hemos estado sintiendo», lamentó.
En el contexto interno cree que es necesario tener presente cuál puede ser el resultado de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, cuál será la estructura de la nueva Asamblea Nacional que comienza el 5 de enero de 2021 y cuáles son, sobre todo, las decisiones que puede tomar la AN que impulsen el proceso económico.
…los representantes del área económica del gobierno nos han llevado al peor escenario posible».
A su juicio, esas determinaciones en la nueva AN deben tener en cuenta dos áreas fundamentales: una, la petrolera, y la segunda, relacionada con el impacto que puede generar una segunda ola de Covid-19 en Venezuela que obliguen a extremar la cuarentena, de modo que se limite la actividad económica el próximo año.
Para finalizar, Efaín Velásquez, expresó literalmente que: «hay dos elementos que son internos, pero que dependen del área internacional, el primero, es el tema de las sanciones con la nueva administración de EEUU. Eso está allí, se trata de un tema relevante para para el país. Creo que en el 2021 no vamos a ver cambios que modifiquen los flujos financieros de la nación y en el contexto económico en general; el otro es el tópico petrolero, es decir las posibilidades de nuevos acuerdos y el rol de Rusia y China en el sector.