El vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, participó en actividad con un estadio lleno en el estado Zulia
En política todo se vale, inclusive en medio de una pandemia. Estadios atestados, calles con ríos humanos y candidatos recorriendo el país es el panorama electoral venezolano que está desafiando el alto poder de contagio del Covid-19.
Las campañas para promover los comicios parlamentarios fijados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para el 6 de diciembre y la Consulta Popular, prevista por la oposición para el día 12, llegaron para romper el confinamiento de una parte de la población.
Los eventos más emblemáticos, en este sentido, fueron liderados por el vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, con una actividad realizada esta semana en el estadio de béisbol Luis Aparicio “El Grande”, en la ciudad de Maracaibo, con un aforo lleno; y por el diputado de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, en el municipio Chacao, estado Miranda, con un recorrido de varias horas donde motivó a la población a participar en la Consulta Popular.
Las recomendaciones sobre las medidas de bioseguridad han sido persistentes, noche y día, a través de todos los medios posibles, y hasta el presente su cumplimiento ha sido rutina diaria de muchos venezolanos.
Sin embargo, no luce claro el papel desempeñado por los líderes y los partidos, que participarán en ambas aceras políticas, para que sea consecuente el discurso con la acción a través de la dotación de mascarillas a la población o simpatizantes durante los actos proselitistas.
En tal sentido, a finales de octubre el CNE aprobó para el evento electoral del 6D el Reglamento Especial sobre Campaña y Propaganda Electoral, con la finalidad de establecer las bases necesarias para garantizar el cuidado sanitario que se debe mantener en las concentraciones.
El artículo 14 del instrumento hace referencia de que en estas actividades políticas, que supongan aglomeraciones en aforos y demás espacios públicos, debe garantizarse el distanciamiento social y las medidas biosanitarias para evitar y contener así el posible contagio del virus.
Es una realidad que durante las recientes semanas, en Venezuela comenzó a desvanecerse rápidamente el temor ante el nuevo virus que azota al planeta con más de 50 millones de personas afectadas y 1,29 millones de muertos.
Por ejemplo, las severas medidas contra los usuarios para utilizar los sistemas de transporte, como en el caso del Metro de Caracas, ya no se encuentran activas en muchas estaciones del sistema. Más y más personas abarrotan los vagones y en un alto porcentaje sin la debida protección de las mascarillas.
Esta creciente distensión ante la amenaza del coronavirus ha coincidido también con el llamado a sufragar, que ha hecho el gobierno y la oposición, y también con los reportes diarios de las autoridades que durante las recientes semanas han indicado una caída significativa en los contagios.