Leopoldo López, una vez liberado por el régimen chavista para actuar como su embajador, explicó la necesidad de hacer un cogobierno con el chavismo
Humberto González Briceño
Siguiendo las tesis políticas de Ramos Allup expresadas en el mantra “eso es lo que hay”, la falsa oposición encallejonó a los venezolanos, con cierto éxito, en la falacia dicotómica “el chavismo o nosotros”.
A pesar de la abundante evidencia, a golpe y porrazo, con el auxilio instrumental de medios y palangristas comprados se les impuso a los venezolanos las “formas democráticas de hacer oposición”.
Esta manera bien extraña de oponerse al chavismo comenzaba por jurar lealtad absoluta a la constitución chavista de 1999, entregarse en negociaciones de prebendas y, por supuesto, participar en todas las elecciones convocadas por el régimen.
Fueron incapaces de defender en la calle el aparente triunfo electoral de Capriles porque eso podría empañar futuras negociaciones»
A eso habría que sumar el postular a Arias Cárdenas como candidato de la oposición y recibir calurosamente en su seno a verdugos tales como Luisa Ortega Díaz y Christopher Figuera.
Esta oposición al chavismo resultaba tan extraña como sospechosa. Pero siempre se justificaban con la diabólica lógica del mal menor.
Fueron incapaces de defender en la calle el aparente triunfo electoral de Capriles porque eso podría empañar futuras negociaciones con el chavismo y llevaría a una mortandad. Hoy han muerto más venezolanos que quizás los que estaban dispuestos a sacrificarse entonces.
El resultado fue el desarrollo de una forma perversa de hacer oposición que significaba legitimar a todo el régimen político chavista»
Se convocaron protestas muy bien diseñadas para no molestar al chavismo y en lugar de propagar la lucha insurreccional la rabia popular fue banalizada en ridículas bailoterapias.
La participación en todas las elecciones a lo largo de estos veinte años fue justificada con el argumento de no dejarle espacios al chavismo. El resultado fue el desarrollo de una forma perversa de hacer oposición que significaba legitimar a todo el régimen político chavista para poder seguir conviviendo con él y recibiendo sus prebendas.
Hasta los intentos de sublevación militar coordinados con esta extraña oposición terminaron en vergonzosas chapuzas y centenares de oficiales militares delatados y posteriormente presos, torturados y asesinados. Hasta Diosdado Cabello, la enigmática conexión que tiene Leopoldo López con el régimen chavista, se dio el lujo de informar los detalles de la “Operación Gedeón” antes de su fracaso. Bien extraña esta oposición.
El punto de mayor esperanza de los venezolanos con ese lumpen político ocurrió en las elecciones de 2015 donde de verdad se pensó que ganando la Asamblea Nacional en verdad las cosas podrían cambiar»
Pero todo tiene un límite y la mentira de esta supuesta oposición comenzó a desmoronarse cada vez más en cada evento donde se les pedía a los venezolanos darle un cheque en blanco a esos supuestos opositores firmado en tinta de sangre.
Quizás el punto de mayor esperanza de los venezolanos con ese lumpen político ocurrió en las elecciones de 2015 donde de verdad se pensó que ganando la Asamblea Nacional en verdad las cosas podrían cambiar.
Desde entonces ha sido una caída libre en el desengaño y la desesperanza. Eventos tales como la consulta de 2017 y la más reciente de 2020 trataron de reavivar la fe que los venezolanos han perdido en la llegada de un mesías y ambos eventos son la constatación del fracaso de las políticas de esta extraña oposición.
Aun existiría la duda sobre la naturaleza colaboracionista de la falsa oposición de no ser por las declaraciones del propio jefe de la banda Leopoldo López
Ya hoy veinte años después y a la luz de la evidencia resulta mucho más claro para la mayoría de los venezolanos entender que esa extraña oposición de comportamiento sospechoso no es otra cosa que la expresión del más abyecto colaboracionismo. Además, la hace merecedora del remoquete “falsa oposición” porque no es otra cosa que una de las patas que ha sostenido y sigue sosteniendo al chavismo.
Pero millones de venezolanos cuya existencia se reduce a luchar diariamente por la supervivencia aún podrían pensar que esto es el resultado de una campaña malévola para desacreditar al carismático Leopoldo López quien es el pran designado para esta etapa de la falsa oposición.
Aun existiría la duda sobre la naturaleza colaboracionista de la falsa oposición de no ser por las declaraciones del propio jefe de la banda Leopoldo López. Fue precisamente Leopoldo López quien, una vez liberado por el régimen chavista para actuar como su embajador, explicó en detalle por qué es necesario hacer un cogobierno con el chavismo, que el problema es Maduro no las mafias financieras y militares del régimen.
Por eso millones de venezolanos castigaron a la falsa oposición e ignoraron el llamado a la consulta»
Mientras los familiares de la víctimas de torturas y asesinatos del régimen chavista aún están en luto activo Leopoldo López recorre el mundo explicando su teoría política sobre el por qué hay que hacer un gobierno con Padrino López, Maikel Moreno, Luisa Ortega Díaz, y Christopher Figuera, porque para el habilidoso estafador político el problema es Nicolás Maduro y no el chavismo.
No debe extrañar entonces que ante la confesión pública de Leopoldo López, refrendada por su títere Juan Guaidó explicando que se harán negociaciones con el chavismo pero con otro nombre, la mayoría de los venezolanos asqueados hayan rechazado participar tanto en las elecciones fraudulentas de Maduro como en la consulta estafadora del hamponato interino.
Por eso millones de venezolanos castigaron a la falsa oposición e ignoraron el llamado a la consulta. El desprecio de los venezolanos hacia el chavismo y la falsa oposición de Leopoldo López se deriva de la potente convicción ante la evidencia histórica que unos y otros son lo mismo y en esencia representan el símbolo de la destrucción de Venezuela.
@humbertotweets
EL AUTOR es abogado y analista político, con especialización en Negociación y Conflicto en California State University.