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Desde Hugo Chávez a Nicolás Maduro, la situación de la economía del país sigue de mal en peor, pero los dirigentes políticos, en general, siguen sin articular acciones para cambiar el estado que hoy vemos.
Félix B. Sucre
CNP 8526
Por años hemos visto como la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela, desde el 15 de diciembre de 1999, se le ha dado la interpretación que cada funcionario o político enchufado le ha dado, siempre y cuando haya sido favorable para él y para su grupo. Todo esto ha sido natural y, además, se ha tenido que aceptar como normal.
En Miraflores han alcahueteado el sistemático abuso.
Sin embargo, eso no ha sido visto como algo indeseable ni como violatorio a la Carta Magna. Al extremo que hemos escuchado o leído aquello de que “no es legal, o es político”.
Esa expresión no es privativa de algún dirigente del PSUV, aun cuando sabemos que ha sido el sector oficial quien no ha dejado de desconocerla o interpretarla a su real saber y entender.
Es que acaso los empresarios no sufren consecuencias con la hiperinflación, ya que no hay producción para salir del atolladero en el que nos encontramos»
Es decir, a ellos la Constitución les resbala, mucho más les resbala las quejas de quienes salen a buscar que se les escuche y les den soluciones a sus petitorios. Pero, hay que señalarlo, cuando son otros, entonces lo que reciben es burla o reproche, con lo que el gobierno queda complacido y se da por bien servido por los favores que les prestan.
Después viene aquello de que “Nadie peca por un error involuntario”, como dijo San Agustín. Sin embargo, no se aprende de los errores o pecados involuntarios, porque lo que interesa es el poder y, como es lógico en este caso, lo más importantes es mantenerse en el poder, así Venezuela este en medio de una hiperinflación que nada produce.
Es que acaso los empresarios no sufren consecuencias con la hiperinflación, ya que no hay producción para salir del atolladero en el que nos encontramos, closet que es responsabilidad de políticas locas y ridículas.
Pues bien, desde Hugo Chávez a Nicolás Maduro, la situación de la economía del país sigue de mal en peor, pero los dirigentes políticos, en general, siguen sin articular acciones para cambiar el estado que hoy vemos. Ellos no tienen las mismas necesidades que el resto de la población.
Los partidos han sufrido un deslave electoral, que los ha colocado ante un futuro que no les hace la tarea fácil para llegar a gente»
¿Cómo cambiar el cuadro en el que nos encontramos?
Ciertamente, hay que decir que no lo sabemos, que estamos en un callejón sin salida. Al no respetar la Constitución Bolivariana, texto fundamental y orgánico que obliga a que cada ciudadano, la tomé en consideración, respetando sus articulados, sin temor a equivocarnos, el país se encontraría en una mejor situación, al igual que la dirigencia política opositora y también el mismo gobierno.
No obstante, hay que señalarlo, el partido oficial y sus aliados también tienen mucho que ver en el problema, ya que han sido reiterado los abusos, llevándose por el medio el texto constitucional.
Desde el 2013 venimos observando irregularidades en la Constitución; la última es la de estos momentos, cuando fueron elevado la cantidad de diputados de la Asamblea Nacional, de acuerdo al artículo 186 constitucional.
¿Esto se puede señalar como una acción política favorable para el país?
En nada lo favorece, ya que contar con 277 diputados no cambia la hiperinflación ni mejora la imagen del país en el exterior. Por lo que la constitucional es solo un pretexto para el avance en el deterioro institucional que nos tiene en el caos, mientras los partidos han sufrido un deslave electoral, lo que los ha colocado en un gran deslave electoral, lo que, en el futuro, no les hace la tarea fácil para llegar a gente.
