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La dictadura privó a los trabajadores el derecho a negociar con el Estado #Análisis #OscarBattaglini

Durante el régimen dictatorial chavezmadurista se ha producido una violación descarada y sistemática de los derechos de los trabajadores. La situación tiene características de exterminio para desmembrar o corporativizar al estilo fascista, los sindicatos, gremios y asociaciones de trabajadores y profesionales

Oscar Battaglini

Desde que el socialismo fuera definido teóricamente (mediados del siglo XIX europeo) como una posibilidad de reorganizar la sociedad en el desarrollo contradictorio de la modernidad (era del capital y de la formación social capitalista), siempre se pensó que la realización histórica de ese proyecto societal, solo podía hacerse viable sobre la base de las siguientes premisas:

1.- Que los trabajadores, sobre todo los de las actividades económicas de punta y de mayor desarrollo cultural, político y preparación técnica, pasaran progresivamente a ocupar posiciones relevantes en el cumplimiento de las tareas de dirección económica y política de la sociedad en su conjunto.

2.- Que a partir de ese momento comenzara a operarse en la sociedad un proceso de desarrollo económico, científico, tecnológico y cultural, en general, capaz de proporcionarle a todos sus integrantes –también de manera progresiva- la mayor suma de bienestar posible.

Cuando se cotejan todas esas premisas con las experiencias del ‘socialismo real’, no solo aparece la abismal incongruencia que existe entre ambas cosas, sino la barbarie a la que han sido sometidas las sociedades»

3.- Que del mismo modo y de manera simultánea, comenzara a producirse en la sociedad, una creciente democratización del poder y de todos sus mecanismos o formaciones superestructurales.

Cuando se cotejan todas esas premisas con las experiencias del “socialismo real”, no solo aparece la abismal incongruencia que existe entre ambas cosas, sino la barbarie a la que han sido sometidas las sociedades que han tenido la desgracia de caer bajo el yugo de las burocracias que han asaltado el poder político en su interior.

Esto con la pretensión de perpetuarse en el ejercicio del mismo, este es el caso, como sabemos, de Rusia bajo la dominación stalinista, y ahora bajo el dominio de Putin, un ex esbirro de la KGB; de Europa Oriental; de China, Bielorrusia, Corea del norte, Cuba y Venezuela.

Despojaron a los poderes públicos distintos del Ejecutivo y al conjunto de las instituciones del Estado de su independencia y autonomía funcional, financiera y administrativa»

Países que, con la excepción de la mayoría de los de Europa Oriental, permanecen sometidos a la barbarie de regímenes, que aunque siguen autocalificándose de “socialistas”, mantienen a sus ciudadanos, particularmente a los trabajadores, privados de todos sus derechos civiles y laborales.

Esta es, precisamente, la situación que se vive en nuestro país. Aquí el régimen dictatorial chávezmadurista desde su establecimiento ha puesto en práctica una acción política dirigida, no solo a desconocer, sino incluso a liquidar el orden constitucional y el estado de derecho, por la vía de despojar a los poderes públicos distintos del ejecutivo y al conjunto de las instituciones del Estado de su independencia y autonomía funcional, financiera y administrativa.

Esto ha convertido a esos poderes e instituciones en instrumentos complacientes al servicio del régimen dictatorial. Ello explica y permite entender a cabalidad, la orientación, la naturaleza e intencionalidad de las resoluciones y sentencias que ha venido dictando el TSJ en los últimos años; las imputaciones e “investigaciones” que se adelantan desde el “poder ciudadano”; los procesos electorales fraudulentos administrados por el CNE, las leyes, resoluciones y acuerdos aprobados por la Asamblea Nacional “electa en el simulacro electoral” del 6/12/2020, razón por la cual el resultado de la consulta no cuenta con el reconocimiento de la inmensa mayoría de los venezolanos, ni con el de la Comunidad Internacional, entre otros.

La situación que se vive en el seno de estos sectores sociales, que representan aproximadamente el 70 % de la población venezolana, tiene las características de un exterminio provocado»

Todos esos hechos que nos hablan de una realidad social regida por un poder político dictatorial, que se mantiene básicamente mediante la amenaza, la coacción y la violencia ejercidas por un aparato militar sobrevenido –la fuerza armada chavista, que progresivamente se revela como el poder real verdadero, cobra ribetes de un gran dramatismo en el caso de los trabajadores y los profesionales de las más diversas especificidades que se desempeñan en la economía, los servicios y la administración pública.

La situación que se vive en el seno de estos sectores sociales, que representan aproximadamente el 70 % de la población venezolana, tiene las características de un exterminio provocado por la política de la dictadura dirigida a desmembrar, o en su defecto a corporativizar al estilo fascista, los sindicatos, gremios y asociaciones de trabajadores y profesionales existentes en el país.

Esta práctica, que la dictadura logró implementar con algún éxito entre los trabajadores petroleros, de las empresas básicas de Guayana y empleados públicos; lo que en gran medida explica el “quietismo” que todavía existe en el interior de estos tres sectores de trabajadores a pesar de la crisis general que gravita sobre el país y de cómo los afecta a ellos en lo particular.

Bajo la dictadura chavezmadurista, los trabajadores y profesionales han sido privados del derecho a discutir y a negociar con el patrono Estado»

La estrategia seguida por la dictadura para la consecución de su objetivo en el interior del movimiento de los trabajadores ha sido, como lo hemos señalado, la de despojarlos, de manera progresiva de todos sus derechos.

En primer lugar, de su independencia o autonomía política; en segundo lugar el derecho de libre asociación sindical y política (Artículo 96 de la Constitución de la República). La pérdida de estos derechos, y sobre todo este último y del derecho de huelga, han determinado que bajo la dictadura chavezmadurista, los trabajadores y profesionales han sido privados del derecho a discutir y a negociar con el patrono Estado, las condiciones de trabajo y salariales.

Esto ha traído como consecuencia, no solo la progresiva precarización del salario hasta la extinción definitiva, sino la pérdida absoluta de la seguridad social y laboral (Art. 86 de la Constitución de la República), y de las prestaciones sociales … “que recompensen la antigüedad en el servicio y amparen en caso de cesantía (Art. 92 de la Constitución).

Como puede verificarse muy claramente, durante el régimen dictatorial chavezmadurista en nuestro país se ha venido produciendo una violación descarada y sistemática, tanto de los derechos civiles (políticos, ciudadanos) como de los derechos de los trabajadores establecidos en la Ley del Trabajo y en la propia Constitución.

La agudización del conflicto social forzará a los trabajadores a retomar con mayor fuerza la lucha por sus derechos y por la recuperación democrática de nuestro país»

Es indudable que esa situación constituye una de las causas principales del creciente y masivo empobrecimiento que se ha venido operando entre los trabajadores y los sectores mayoritarios de la población venezolana.

No resulta aventurado pensar que la agudización del conflicto social generado por esta situación, forzará a los trabajadores venezolanos y a la inmensa mayoría de nuestra población, a retomar con mayor fuerza la lucha por sus derechos y por la recuperación democrática de nuestro país.

EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.

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