Imposible que no salgan otras bandas, imposible creer que la almiranta ministra, hubiera atacado al Coqui en su feudo, si no estuviera en mente como candidata a alcaldesa de Caracas
Domingo Alberto Rangel
A siglo para extraño este del XXI: ¡cada semana estallan escándalos tamaño caída de gobiernos, y no pasa nada, porque antes de que el último tenga solución, aparece un nuevo motivo para que una sociedad que pasa por lista, se sobresalte y olvide!
El último escandalete mantuvo una semana al país comentando las “hazañas” de un joven apodado El Coqui quien prefirió ordeñar directo a los semejantes desde un barrio caraqueño, en vez de comenzar años atrás una carrera como concejal de PJ que entonces lo tenía como militante. Digamos que prefirió ser él quien reparte y no esperar a que Henrique Capriles o Julio Borges le aparten su ganancia.
Durante una semana lo que comenzó como pelea entre bandas, terminó con una decena de muertos, entre ellos policías que finalmente tuvieron que intervenir, y pasantes con la mala leche de atravesarse en la trayectoria de una bala.
Todos los habitantes la vieja urbe de El Paraíso tuvieron que alejarse por precaución ante una muerte imprevista, mientras el Coqui y sus aliados, digamos que el Interino y sus compinches del burdel cucuteño, o los que escamotearon los dólares de la ayuda humanitaria, por poner un ejemplo que clarifique, disfrutaban de un repentino baño de popularidad que en una sociedad sana nadie entendería.
Total de la política han aprendido que se puede robar a mansalva, desde el gobierno o la oposición»
Ante la arremetida de la fuerza pública salieron algunas damas a rezar de rodillas, con los brazos en cruz “Para que no le hicieran daño a sus muchachos”.
No culpo a esas mujeres que seguro estuvieron entre quienes el año pasado recibieron antes de Navidad, un regalo del Coqui que para la ocasión les envió caja de comida y caja de chocolates.
Tampoco las culpo por no comprender la gravedad de lo que hacen “sus muchachos”: total de la política han aprendido que se puede robar a mansalva, desde el gobierno o la oposición pero que con un buen apoyo, nada habrá que temer.
¡Y qué mejor apoyo que un fusil lleno de balas!
Si el lector piensa que el problema del Coqui fue armado pacientemente por la CIA o el Mossag usted es parte del problema.
Cuando huyó cobardemente el dictador Pérez Jiménez en Caracas casi no había esas zonas donde ignoro por cual razón se permitió el asentamiento desordenado de viviendas precarias que llaman ranchos”
Pero, si por el contrario otro lector piensa que el Coqui es una especie de revolucionario de la democracia, que pacientemente viene debilitando al gobierno nacional, usted también es parte del inconveniente que se debe resolver.
Y lo mismo para los anhelantes del pasado imposible de retornar que desde el antiguo puntofijismo acusan a los bolivarianos como únicos responsables.
Cuando huyó cobardemente el dictador Pérez Jiménez en Caracas casi no había esas zonas donde ignoro por cual razón se permitió el asentamiento desordenado de viviendas precarias que llaman “ranchos”.
En esa Cota 905 donde ahora se campea el Coqui, de niño fui de excursión con el Colegio Neverí y era una montañita con bosque y riachuelo, con venados y cunaguaros.
Si el chavismo irresponsable fue quien armó las bandas o se hizo el loco, la semilla había sido sembrada antes, 40 años atrás»
Fue el bochinche del puntofijismo, que en Caracas lo inauguró Larrazábal, quien pacientemente y por décadas no solo permitió invasiones de zonas entonces llamadas “verdes”, donde la arquitectura y el urbanismo jamás aparecieron y donde todas las malas posibilidades –apartando las mayorías decentes que temprano salen a trabajar o estudiar- siempre estuvieron presentes. Sino que para demostrar que esa gente no importaba mucho, no les pusieron tantos centros electorales, como en las urbanizaciones de la clase media.
Si el chavismo irresponsable fue quien armó las bandas o se hizo el loco, la semilla había sido sembrada antes, 40 años atrás.
Y ahora que dialogan los políticos, viajando por Europa como Leopoldo López, Blyde y compañía, el asalto al fuerte que el Coqui se levantó en la Cota 905 debería ser punto de los acuerdos entre gobierno y oposiciones, punto en contra de las bandas, exigido por una sociedad no solo aterrada, sino responsable.
¡Mucho pedir: ya olvidarán!
Imposible que no salgan otras bandas, imposible creer que la almiranta ministra, hubiera atacado al Coqui en su feudo, si no estuviera en mente como candidata a alcaldesa de Caracas»
En los diálogos lo que negocian son magistrados del TSJ ahora que Diosdado lo reformula en clave “revolucionaria”: ¿a ver a quién le damos este o aquél?
¿Qué tal si le damos uno Capriles, aparte de los 2 rectores del CNE, no es mucho a cambio de nada?
Y así es imposible que Venezuela pare el desaguadero de jóvenes quienes incrédulos, se largan cuando pueden. Imposible que no salgan otras bandas, imposible creer que la almiranta ministra, hubiera atacado al Coqui en su feudo, si no estuviera en mente como candidata a alcaldesa de Caracas.
Puede ganar, pero igual va a fracasar, como todas las últimas.
@DomingoAlbertoR
EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor y dirigente político. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.