La Venezuela actual no tiene salida porque Juan Guaidó, Henry Ramos Allup, María Corina, Manuel Rosales, entre otros, no sufren ni padecen lo que el venezolano que vive de un salario
Félix B. Sucre
CNP 8526
La dinámica política no se detiene para considerar a quienes pretenden hacer de la abstención la mejor manera de exigir «condiciones» para poder participar en las venideras elecciones de gobernadores y alcaldes, la que están previstas por el vencimiento del mandato de sus períodos. Sin embargo, cada quien debe asumir su responsabilidad si los rojos del Psuv se llegan a apoderar de todas las gobernaciones y de las alcaldías.
Se hace necesario que el G4 o, como le dicen ahora: el guaidosismo asuma una posición política coherente y con visión y a los cambios que tanto reclama el venezolano común que no cuenta con apoyo de enchufados ni de amigos militares para que los ayude a salir del estado de miseria en el que se encuentra, todo debido a las malas políticas de Nicolás Maduro, quien ha venido demostrando que nada le importa la miseria que su gobierno ha creado.
El que venga a hablar de «salvación nacional» y no construya la ruta electoral como la hoja de ruta, no merece un voto en el momento que sea, cuando bien se sabe que para cualquier político, amén de la ideología que predique, el voto es el único instrumento que sirve para producir los cambios políticos; salir de un presidente, un gobernador o alcalde, por ejemplo. Otro mecanismo es jugar a la aventura del golpismo y, obviamente, en Venezuela hay que descartar esa ruta de manera definitiva.
Entonces, lo indicado es organizarse para ir a unas elecciones. Si es preciso pedir mejores condiciones a un Consejo Nacional Electoral, como el que tenemos o como cualquier otro, pero es necesario hacerlo para que también los electores lleguen a apoyar el proceso electoral e impedir que los tramposos, de izquierda o de derecha, cometan fechorías electorales. De eso hay mucha tela que cortar en Venezuela, tanto en el pasado como en el presente.
La oposición, la que se ha conocido como la de Casa Amarilla, nada tienen que decir porque pueden ser reprendida por el inquilino de Miraflores»
Aquí es justo decir, aunque algunos rectores se puedan molestar, que el organismo que está obligado a generar confianza es el CNE, de quien hay sospechas fundadas, mucho más en este que se ha atrevido a negar la participación electoral, sin que den explicación alguna. No obstante, los de la oposición de la llamada Alianza Democrática donde están los que participaron en las parlamentarias del 6D, quienes han preferido quedarse en silencio, mientras que otros venezolanos no contarán con sus organizaciones partidistas para estas elecciones.
Eso debe tener un nombre.
Por supuesto que tal oposición, la que se ha conocido como la de Casa Amarilla, nada tienen que decir porque pueden ser reprendida por el inquilino de Miraflores, quien, finalmente, es el jefe de ellos. Además, es quien aporta recursos para que hagan propaganda y paguen publicidad y movilización de sus activistas.
En el caso del G4, ellos, en aras del país; de ayudar a la gente que medio vive con los pocos ingresos, por las políticas del Psuv, si en verdad es la gente lo que les interesa, cosa que ponemos en dudas, ya que hasta los mismos dirigentes opositores que se venden como radicales, nada sienten por los venezolanos que hacen milagros para subsistir. Los que tienen comida nada les importa los demás. Es una gran realidad. Evidentemente que la Venezuela actual no tiene salida porque Juan Guaidó, Henry Ramos Allup, María Corina, Manuel Rosales, entre otros, no sufren ni padecen lo que el venezolano que vive de un salario.
Ya no hablarán de abstención. Inventan otra novela para que la gente los estuche, aunque sus discursos no tengan sintonía con la Venezuela que va por el barranco»
Juan Guaidó también es parte de esos dirigentes, es lo que dice la gente en la calle. Él escucha solo lo que le dicen desde Colombia, Estados Unidos o España, donde esos encopetados dirigentes, nada tienen que perder ni les importa si el Psuv, así todo maltrecho cómo está, mañana se apodera de todo, como lo acaba de hacer con la Asamblea Nacional.
Mañana, pues, Nicolás Maduro le agradecerá a Juan Guaidó y compañía no haber participado en estas elecciones. Ellos en el Psuv deben tener ya miles de sacos llenos de cohetes para celebrar el resultado de la fiesta electoral. Es decir, su propia fiesta, mientras la Alianza Democrática, con Bernabé Gutiérrez, Felipe Mujica, Claudio Fermín, Javier Bertucci, Juan Carlos Alvarado, Timoteo Zambrano, Henri Falcón, entre otros, volverán a los medios para decir que por culpa de Juan Guaidó no pudieron ganar ninguna alcaldía.
Ya no hablarán de abstención. Inventan otra novela para que la gente los estuche, aunque sus discursos no tengan sintonía con la Venezuela que va por el barranco, la delincuencia enseñoreada, la especulación descomunal, sin gas, gasolina, diesel o efectivo para pagar los pasajes.