En los próximos meses veremos desfilar a numerosos operadores del chavismo y de la falsa oposición con bragas anaranjadas, como ya vimos a Alex Saab
Humberto González Briceño
Sin duda la extradición del capo chavista Alex Saab a los Estados Unidos de Norteamérica es un duro golpe para el chavismo -¿Y la falsa oposición?-. No tanto por la información que pueda aportar, la cual aunque sea poca seguro será de gran calidad y utilidad para incriminar a otros chavistas en la sofisticada trama de corrupción y narcolavado en la que se apoya el régimen. El efecto demoledor de la extracción de Saab opera en la psiquis de chavistas y falsos opositores quienes aún se creen inmunes frente a las causas criminales que se les siguen en otros países.
Existe curiosidad e interés por saber cuánto aportará Alex Saab si decide colaborar con la justicia norteamericana para lograr una reducción de la pena por los delitos que ha cometido que podría estar entre los 15 a 25 años en una prisión federal. Sin embargo, el régimen chavista ya ha estado trabajando desde hace varios meses para demostrarle a la familia de Saab que no será abandonado en ninguna instancia del proceso judicial e incluso después de su eventual condena. Es además muy probable que a la familia de Saab, que se mantiene en Venezuela como rehén bajo la protección del régimen, se le haya ofrecido garantías e incentivos económicos suficientes para pagar por el silencio de Saab en los EEUU.
Los voceros de su familia y el propio Saab se han mostrado desafiantes y renuentes a cooperar con los Estados Unidos validando, por lo menos hasta ahora, la estrategia usada por el régimen para blindar y pagar por el silencio del alto operador chavista. Es el tipo de arreglos que normalmente opera entre sicarios y sus contratantes. Sabedores del alto riesgo de su encargo, que podría terminar en muerte o prisión, el proteger financieramente a la familia del criminal siempre es parte del pago. En el caso de Saab toda la parodia montada por el régimen para presentarlo como diplomático, perseguido político e incluso suspender su participación en las negociaciones con la falsa oposición en México sólo tendría como objetivo darle indudables garantías a su familia que nunca lo abandonaran a él o a ellos para desalentar cualquier debilidad que conduzca a implicar a otros operadores chavistas.
La extradición de Alex Saab a los Estados Unidos envía un potente mensaje a todos los operadores del régimen chavista y de la falsa oposición que de una u otra forma, aunque traten de tapar sus huellas, la justicia de cualquier país que se sienta perjudicado por sus crímenes podría actuar contra ellos. Esto es muy importante porque Saab es uno de los miles de ejemplos del papel que juegan Bolichicos y Boliburgueses como la aceitada bisagra que conecta las operaciones políticas y financieras que operan entre el chavismo y la falsa oposición.
A Alex Saab se le ha presentado como un operador de alto rango del régimen chavista. Y lo es. Pero la misma prensa que lo acusa trata de pasar por debajo de la mesa que Alex Saab también ha servido a los intereses financieros de la falsa oposición, específicamente a los del G4 y, más precisamente aún, los de la pandilla autodenominada “Voluntad Popular”. La exoneración de responsabilidades de Alex Saab por parte de la Asamblea Nacional del 2015 fue una operación supervisada directamente por Leopoldo López y ejecutada por los diputados de VP Juan Guaidó y Freddy Superlano. ¿Cuánto dinero le dio Alex Saab a Voluntad Popular para que lo absolviera de responsabilidades en el caso de los CLAP? Tendría que ser suficiente dinero para que VP y Leopoldo López no solo cerraran filas en defensa de Superlano sino además lo premiaran llevándolo a miembro de la dirección nacional de esa franquicia partidista.
La audacia e impunidad con que actúan los operadores del chavismo para saquear y destruir a Venezuela es la misma que caracteriza a la falsa oposición y Voluntad Popular para hacer exactamente lo mismo desde el llamado gobierno interino de Juan Guaidó. En ambos casos, tanto chavistas como falsos opositores, se creen intocables aunque estén perpetrando delitos en países como los Estados Unidos, Colombia, Canadá e Inglaterra. Y a pesar que cada uno tiene su ámbito definido para robar hay áreas grises de cooperación que permiten utilizar operadores como los Bolichicos o los Boliburgueses quienes prestan sus servicios a ambos bandos sin ningún tipo de discriminación. De hecho el hamponato interino de Juan Guaidó se ha convertido en la planta de tratamiento para reciclar agentes financieros del chavismo.
Los publicistas que paga Voluntad Popular con dineros del narcolavado y la corrupción van a tener que justificar sus pagos emprendiendo un maquillaje más agresivo que borre la asociación de los nombres “Voluntad Popular” y “Leopoldo López” a la corrupción y negociados con el régimen chavista. Ese retoque tendrá que incluir el cambio del color naranja por cualquier otro color antes de las elecciones del 2024 en las que López aspira a competir contra Nicolás Maduro. Es que en los próximos meses veremos desfilar a numerosos operadores del chavismo y de la falsa oposición con bragas anaranjadas, como ya vimos a Alex Saab, y la asociación del color naranja de Voluntad Popular con la corrupción perseguida y castigada en los EEUU será prácticamente inevitable.