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Escuálidos con Georgette #Opinión #DomingoAlbertoRangel

Los consabidos sinvergüenzas que desde Monomeros o Citgo aún cobran por defender ya no al interino que más bien da lástima, sino a sus bolsillos

Domingo Alberto Rangel

Abrir brecha en nuestra sociedad, que a pesar de estar compuesta en la mayoría de personas que se definen “revolucionarias” o “luchadoras por los cambios”, pero que son tan dadas al continuismo y reactivas a las innovaciones… es riesgoso.

Riesgo de que nos den una tunda, o por lo menos a sufrir ese instrumento jurídico que no aparece en ninguna constitución pero que se aplica: la ley del hielo.

Ese castigo lo sufrí desde que un sujeto del cual conocíamos y supongo no ser los únicos, refiriéndome al grupo del cual formo parte con mis colaboradores libertarios, las andanzas cercanas con personajes del hampa guaireña, la impreparación en cualquier aspecto de la vida, lo aventurero y el resentimiento, siempre mal compañero, que tenía como capital político quien días después se autoproclamó “Presidente Interino” –cargo inexistente en la Constitución y las leyes.

Ante esta situación y como por accidente –era Semana Santa- el amigo Vladimir Villegas me invitó a conversar en su programa de Globovisión, así, a la carrera preparamos cómo anunciar sin ser yo astrólogo o sabio persa, lo que sucedería si ese sujeto seguía con la fábula de presentarse como presidente dicen los bromistas “de Narmia”.

Dicho lo que se debía decir tuve la dicha de ser excluido de la radio y la televisión a pesar de que el programa de Vladimir tuvo miles de retrasmisiones en internet,  una vez que el periodista lo colgó en sus redes.

Y digo “dicha” porque con esa ley del hielo me ahorré tener que aplanar las posaderas en interminables reuniones donde por más extraño que parezca los asistentes, a “sotto voce” confirmaban que el ciudadano Guaidó, aparte de no haber ganado la elección correspondiente, por pirata y sinvergüenza… no podía ser considerado Presidente y sería una plaga de llegar por carambola a serlo.

Pero cuando le tocaba el turno al micrófono, a cada asistente de esas primeras reuniones de lo que después serían “oposiciones”, a pesar de las burlitas “sotto voce”, repetía mantras y jaculatorias para demostrar su guaidosismo.

En eso tiene razón Humberto Calderón Berti cuando señala al interino como el mayor dilapidador de capital político de nuestra historia.

Pues bien, pasados más de dos años desde ese programa con Vladimir en Globovisión, aparentemente ya saben los venezolanos, salvo uno que otro despistado o los consabidos sinvergüenzas que desde Monomeros o Citgo aún cobran por defender ya no al interino que más bien da lástima, sino a sus bolsillos, creo que el vaso se está derramando y hay que hacer algo.

Cómo ha sucedido en estos 22 años: cada elección dicen que es “la más importante”, aunque uno no vea de dónde sacan esa paparrucha.

Y así vamos a otra en noviembre con los cada vez menos personajes, que al igual a las radiaciones remanentes del Big Bang, repiten después de 2 años los mantras ahora defensivos de “si usted no ayuda, no estorbe”, refiriéndose a quien protesta que entre los candidatos opositores hay muchos en todas las planchas que, número uno hasta ayer no solo apoyaban a Guaidó y su panda, sino que lo siguen haciendo ahora cuando es conocido que esos personajes están flagrantes de acciones que en cualquier país inhabilitarían al candidato.

Ojo: no defiendo al gobierno que ha llenado el estado de la Florida yanqui donde ladrones huidos al exterior, blanquean el botín. Defiendo al futuro de mi país, a la esperanza que no puede estar en manos de chusma como el héroe del burdel cucuteño, o algún hermano del difunto Hugo que pelean un estado como capital propio.

Voy a insistir a contrapelo de una buena idea del amigo Enrique Ochoa Antich, que él mismo se encargó de chotear porque piensa que cualquier espacio ganado al gobierno es un triunfo, que sin duda lo es, pero para unos bandidos que acaso habrán derrotado a otro de igual o peor calaña.

Repasando las candidaturas se ve que Ramos Allup va a torpedear cualquier gobernación de AD, porque teme que Laidy o el Burro Martínez se puedan convertir en “presidenciables” el 2024.

Pero eso no importa porque lo básico no sería que uno llamara a votar por el Burro ahora aragüeño, “porque puede ganar” como postula Enrique, sino por una candidatura decente para lo que no califica el susodicho.

El rollo a resolver es que hay pocos postulados bajo ese predicamento, y unos lo son de la oposición, otros del gobierno.

Y la solución no es difícil: armar un frente abstencionista en principio con gente a la cual no se le pida limpieza de sangre opositora, gente potable para un futuro mejor, sean del gobierno o de la oposición.

Si no entienden, en Baruta el frente sería Escuálidos con Georgette.

@DomingoAlbertoR

EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor y dirigente político. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.

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