Lucius Annaeus Séneca: «El dinero y el poder hacen breve la vida, por inútil»
Gustavo Luis Carrera I LETRAS AL MARGEN
Es frecuente oír hablar de la brevedad de la vida. Y nunca sabemos si se hace referencia a un período vital corto o a la falta de tiempo para realizar un proyecto o avanzar una idea. Es decir, ¿es breve la vida o la hacemos breve, desperdiciándola? Esta pregunta milenaria se la hizo el paradigmático filósofo latino Séneca, y le dio aleccionadora respuesta. Así, de su estoica mano transitaremos el camino en busca de una contestación valedera.
EL FILÓSOFO. El filósofo estoico latino Lucio Anneo Séneca (4 a. C. – 65 d. C.) escribió «La brevedad de la vida» en el año 55 d. C., texto que forma parte de sus «Diálogos». Séneca nació en Corduba (Córdoba), en la provincia de Bética, más o menos la actual Andalucía, en Hispania, que era el nombre romano de la península Ibérica. Fue Senador del Imperio Romano; tutor del emperador Nerón; y acusado de participar en una conjura contra el emperador, éste lo persiguió hasta llevarlo al suicidio. El estoicismo, escuela filosófica a la cual perteneció Séneca, establece que el sabio se comporta de acuerdo al orden natural, y que su libre pensamiento es su única garantía de libertad, dentro de un elevado concepto de la ética. Séneca establece que quien vive mejor la vida es el sabio, que recuerda con inteligencia el pasado, sabe aprovechar debidamente el presente y dispone sin temor del futuro. En particular sus postulados sobre la brevedad de la vida son de vasta significación humana; y a ellos nos referiremos de seguidas.
LOS PARADIGMAS. (Los enunciados paradigmáticos de Séneca van entre comillas)
-«La supuesta brevedad de la vida es la percepción de nuestra propia vida».
-«El pasado es largo para el viejo, que ve corto el futuro. Y es largo para el joven, que no acierta a vislumbrar el futuro, por su falta de experiencia».
-«El presente es un instante, a caballo entre el pasado y el futuro. La brevedad está en el presente, no en la dimensión de la vida toda».
-«El futuro es incierto, es apenas una potencialidad. El viejo ve el futuro como un plazo a término. El joven ve el futuro como una incógnita, y toda incógnita es temible».
–«De donde se deduce que la vida es sobre todo pasado, sencillamente lo ya vivido. Y ese decurso, ese tránsito, ese río vital, que fluyó sin parar, no puede ser breve».
-«Se habla de la brevedad de la vida cuando se ha dilapidado la existencia en sólo dejar pasar el tiempo, o se le ha dedicado a lo inútil, lo superfluo, lo intrascendente».
–«Ser dueño del curso y de la duración de la propia vida es un acto de justicia consigo mismo y de respeto a la ética de la existencia».
-«Dedicar la vida a sí mismo, al propio desarrollo y al elevado pensamiento, hace que la vida jamás sea breve».
-«Dedicar la vida al dinero, a los honores, al poder, a las bajas pasiones, la hace breve, por inútil».
-«Quien es esclavo del egoísmo y de la ambición, sentirá siempre que la vida es breve, porque nunca le parecerá suficiente para atesorar más y más sus miserables pretensiones».
–«Quien consagra la vida a desarrollar el intelecto y a defender las causas nobles, sentirá que la vida, por plena y satisfactoria, nunca puede ser breve».
-«Defender la vida plena y justa es el primer compromiso del hombre, y por él, de ser necesario, ha de rendirla, aceptando una muerte digna».
VÁLVULA: «Séneca, desde la perspectiva filosófica de los estoicos, nos enseña que la supuesta brevedad de la vida depende de nosotros mismos. La vida es breve si la dedicamos a hacer dinero, a ansiar el poder y a dejarse llevar por la búsqueda de honores. Pero, sobre todo, la vida es breve si no atesoramos el pasado, hacemos fructificar el presente y sembramos para el futuro. Así, la vida de cada quien, animada por su espíritu, le pertenece en su expandible extensión; y jamás será breve».
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