Traicionaron a sus electores y se sumaron a Maduro porque tiene el poder de las armas, no por representar la constitucionalidad.
Jesús Antonio Petit da Costa
Ya es tiempo de llamar las cosas por su nombre. Y hablarle claro a los que se creen “vivos” como son los políticos de la MUD. Comenzando por los 4 gobernadores electos, que se ufanan de su “viveza” haciéndonos parecer a los demás, sobre todo a sus electores, como unos solemnes pendejos. A ellos debemos advertirles que el colaboracionismo, en el cual están incursos, es un delito de alta traición que merece y recibirá el máximo castigo.
¿Qué es el colaboracionismo? La RAE lo define así: “Colaboración con los invasores de un país o con un régimen establecido ilegalmente en él.” En Venezuela se dan ambos supuestos en el colaboracionismo: 1) Colaboración con Cuba, cuya persona interpuesta es Maduro, su lacayo; y, 2) Colaboración con un gobierno ilegítimo, impuesto por la fuerza de las armas que sostiene la usurpación de la presidencia por Maduro. Además, una narcotiranía presidida por perseguidos por la justicia internacional.
Por darse ambos supuestos el colaboracionismo es en Venezuela, no un delito sino un concurso de delitos contra la seguridad exterior y la interior, vinculados entre sí por un elemento común: la traición. Un sector de la vieja doctrina penal los englobaba en el término: DELITO DE ALTA TRAICIÓN. ¿Cuáles son esos delitos? Veamos apenas estos dos:
Primero: TRAICIÓN A LA PATRIA. Si Maduro es un lacayo de Cuba que preside un gobierno títere, todos los que suman a su gobierno como gobernadores, que son agentes suyos en sus respectivas regiones, cometen el delito de traición a la patria, agravado porque se someten a su autoridad, que es lo mismo que someterse a Cuba, y continuado por la continuidad de sus actos de sometimiento.
Segundo: DELITO DE SEDICIÓN. Es el cometido por sumarse a un golpe de Estado, perpetrado por Maduro con la usurpación de la presidencia. Al reconocerlo como presidente, los colaboracionistas se hacen también golpistas. En su caso el delito agravado porque al mismo tiempo desconocen al presidente legítimo reconocido como tal previamente por ellos mismos, y reconocido además por la comunidad internacional como ellos mismos lo confiesan.
Agreguemos: PERJURIO. Al asumir el cargo juran cumplir la Constitución, lo cual los obliga a desconocer la autoridad del usurpador Maduro y a restablecer la vigencia efectiva de la Constitución (Art. 333). Hacen exactamente lo contrario: se suman a Maduro porque tiene el poder de las armas, no por representar la constitucionalidad. Traicionan faltando al juramento y se pasan al enemigo.
Y FRAUDE A LOS ELECTORES. Se presentaron a los electores como opositores, postulados por los partidos que reconocen a Guaidó como presidente legítimo y al ser electos reconocieron a Maduro, y no a Guaidó a quien traicionaron, como también traicionaron a sus electores. Su elección está viciada, lo que facilita su remoción cuando la tiranía se derrumbe.
Los 4 TRAIDORES COLABORACIONISTAS caerán con Maduro y correrán su misma suerte, tal vez peor por traidores. Así debe ser para que sirva de escarmiento a los que se creen “vivos” y se entregan al enemigo porque tiene la fuerza.
Revisen en la historia lo que les pasó a los colaboracionistas franceses.