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«La Gran Venezuela» I Opinión I Absalón Méndez Cegarra

Latinoamérica está desesperada, ansiosa de parecerse a la Venezuela destruida por Chávez y Maduro. 

Absalón Méndez Cegarra

El título del presente artículo no hace referencia a la frase acuñada por Carlos Andrés Pérez II, en momentos que febrilmente anunciaba convertir a Venezuela, al igual que ahora, en una gran nación, en una potencia mundial. Venezuela potencia. De sueños e ilusiones también se vive dice un sabio refrán popular.  Contrariamente, la referencia es a otro sueño, el del Libertador Simón Bolívar, quien en su ideario político fue propulsor de un proyecto integracionista y de construir una gran nación latinoamericana y caribeña, la patria grande latinoamericana.  Este sueño de Simón Bolívar, constituye parte de su ideal de estadista y está plasmado en varios documentos políticos; pero, adquiere concreción en el Congreso de Angostura de 1819 y viabilidad jurídica en La Constitución de Cúcuta del año 1821.

Bolívar propone en Angostura la creación de una confederación de naciones, una sola nación integrada por la Nueva Granada, hoy República de Colombia, y por Venezuela. En el año 1821 se adhiere Panamá y en el año 1822 Quito y Guayaquil. Esta unión de naciones da nacimiento a la Gran Colombia, cuya estructura política y gubernamental queda plasmada en la Constitución de 1821. La Gran Colombia tiene vida formal efímera, 1821-1831, pues la eterna diatriba de los pueblos latinoamericanos entre federalistas y centralistas y el caudillismo de los héroes de la Patria, declaran la muerte de la Gran Colombia en el año 1830, momento en el cual Venezuela, con José Antonio Páez a la cabeza, se separa de la Gran Colombia, se disuelve ésta y Venezuela vuelve a nacer como República independiente.

Los “autollamados hijos de Bolívar”, con Hugo Rafael Chávez   como líder único, han enarbolado las banderas de un bolivianarismo ramplón, el “árbol de las tres raíces” y del mal llamado socialismo del siglo XXI.

Hugo Chávez, con las alforjas llenas de petrodólares, considerándose un nuevo Libertador de América, dio vueltas al mundo propagando su proyecto redentorista y populista, además de comprar voluntades y adherencias.

La Patria Grande bolivariana propugnaba la libertad de los pueblos, la hermandad, su independencia, el respeto a las leyes, la integración política, económica y social, la educación   y el desarrollo de la ciudadanía. Contrariamente a este pensamiento del Libertador, Chávez y el chavismo o chavecismo como suelen llamarlo algunos analistas de la política venezolana, proclaman como consignas la dependencia, la subordinación, el pensamiento único, la antidemocracia, el autoritarismo, el anti integracionismo, la enemistad  entre los pueblos y sus habitantes, el odio entre hermanos, migraciones masivas,  el populismo clientelar, el no trabajo, no educación, empobrecimiento colectivo y la destrucción nacional en todas sus dimensiones.

Venezuela es la mejor y más acabada expresión de ese pensar llevado a la acción política.  Chávez y Maduro han destruido totalmente a Venezuela y han atacado, sí se quiere, lo más sublime del carácter nacional, sus principios y valores, la venezolanidad.

Las tesis chavistas, difundidas ampliamente, teniendo como ejemplo a Venezuela, al parecer, comienzan a fructificar en América Latina y el Caribe. Latinoamérica está desesperada, ansiosa de parecerse a la Venezuela destruida por Chávez y Maduro.  Algunos críticos lo dicen con frases escatológicas, no publicables.

La construcción de la Gran Venezuela, opuesta a la Gran Colombia y al Pacto Sub-Regional Andino, Unión de Países Andinos o Comunidad Andina de Naciones (CAN), legado del Libertador, afanosamente están dando pasos agigantados para seguir las huellas marcadas por Venezuela.  Muy pronto, casi de inmediato, la Gran Venezuela será realidad.

Los ejemplos saltan a la vista. Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Nicaragua, Cuba, México y, posiblemente, otros países más, hacen fila para incorporarse al proyecto de destrucción nacional que bien podría denominarse la Gran Venezuela.

Los venezolanos que salieron en masa de Venezuela, huyendo de la destrucción nacional, es bueno que vayan preparando sus maletas para el regreso, el retorno, pues, dentro de poco resultará indiferente, vivir la calamidad de Venezuela en cualquier otro país latinoamericano. Preferible en la tierra que los vio nacer. Cada pueblo con su propia pobreza.   Las notas del Himno Nacional de Venezuela, serán cantadas con fuerza, sobre todo la estrofa: “seguid el ejemplo que Caracas dio”.  

@absalonmendez1

EL AUTOR es abogado y licenciado en trabajo social. Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. MSc en Administración Privada, doctor en Ciencias Sociales. Ha participado en la redacción de la Ley Orgánica del Sistema de los Seguros Sociales, Ley de Vivienda y Hábitat, Ley del Régimen Prestacional de Salud, Ley del Régimen Prestacional de Empleo, entre otras.

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