De nuevo surge el complejo adeco, quienes en su momento unieron a los pedagógicos para hacer la Universidad Pedagógica (UPEL), y a los politécnicos, para crear la Universidad Politécnica (UNEXPO)Los gobernantes actuales han mejorado los disparates del pasado”
Luis Fuenmayor Toro
Que en Venezuela haya distintas instituciones que se llamen universidades no significa que realmente lo sean. Pueden ser instituciones educativas distintas a lo que son o deben ser las universidades, o incluso pudieran ser organizaciones sociales que se autodenominan universidades, sin tener ni siquiera carácter educativo formal o alguna función universitaria. Este gobierno no llama universidades a lo que mundialmente se acepta como universidades.
Desde el siglo XIX, con la Universidad de Heidelberg, la investigación científica pasó a ser la función más importante y determinante de la condición universitaria. Si no hay investigación no hay universidad. En Venezuela, hoy son pocas las universidades que realizan investigación de calidad y que publican en revistas especializadas reconocidas internacionalmente. En los últimos 40 años del siglo pasado, no es que todas las universidades fueran lo que debían ser, pero eran mucho más numerosas que las que existen actualmente.
Desde la época de Chávez existe la concepción errada de llamar universidad a cualquier institución educativa posterior al bachillerato. Se ha tenido la creencia absurda de que bastaba bautizarlas como tales para que lo fueran, como si el nombre solo las caracterizara, algo que también creyeron los adecos en el siglo pasado, cuando crearon lo que llamaron universidades experimentales. De allí los pomposos nombres dados a una serie de instituciones docentes.
Otra locura, producto de la ignorancia ideologizada de quienes han manejado el sector universitario en los últimos tres lustros, es aquello del carácter socialista de las universidades creadas por ellos, cuando dicha calificación, o la de universidades capitalistas, en absoluto les es aplicable a estas instituciones. Tanta amistad y cercanía con los cubanos y no se han molestado en averiguar sus opiniones sobre estos absurdos.
Ahora, que sean pocas las universidades venezolanas que realizan investigación científica, no niega la necesidad de que este tipo de instituciones produzcan conocimientos, tal y como lo hacen en el resto del mundo independientemente de las distintas formas de gobiernos existentes. Utilizar un hecho negativo para justificarlo y perpetuarlo no pareciera ser lo más conveniente a los intereses nacionales de ningún país. Es como si dijéramos que, por las graves insuficiencias hospitalarias existentes en Venezuela, los hospitales pasan a clasificarse en aquéllos que atienden pacientes y aquéllos que nada más los refieren. La atención de los pacientes es una condición necesaria para considerar a una institución como un centro hospitalario.
Que una institución llamada universidad esté o no intervenida no tiene que ver tampoco con su carácter universitario. Puede ser una universidad intervenida o puede ser un organismo, incluso no educativo, el intervenido. La elección de autoridades tampoco es lo fundamental para dar carácter universitario a una institución. Allí tenemos a la Asamblea Nacional, que elige anualmente sus autoridades, pero eso no significa que sea una universidad, aunque algunos de sus miembros hayan recibido doctorados honoris causa.
Otro aparente trauma, que existe en la mente de quienes administran hoy el sector educativo superior, es el relativo a la importancia de las instituciones. Para hacerlas a todas iguales, como si se tratara de ciudadanos de un país, decidieron llamar universidades a los colegios universitarios, a los institutos de tecnología y a otras entidades. De nuevo surge el complejo adeco, quienes en su momento unieron a los pedagógicos para hacer la Universidad Pedagógica (UPEL), y a los politécnicos, para crear la Universidad Politécnica (UNEXPO). Sin duda, los gobernantes actuales han mejorado los disparates del pasado.
Que una institución no haga investigación no la hace inferior a otra que sí la haga, la hace cualitativamente distinta. Un preescolar es tan importante como una universidad, pues se trata de la educación inicial del ser humano. Sería un exabrupto, y espero que no se les ocurra, hablar de la universidad pre escolar, la universidad de la primaria, la Universidad Secundaria de Venezuela y así por el estilo y todos muy contentos con su gran obra.
@LFuenmayorToro