Nicolás Maduro, el presidente obrero, no es más que un gran farsante cuyo engaño ha quedado al descubierto ante sus propias clientelas, civiles y militares.
Humberto González Briceño
Una de las contradicciones que no ha sido resuelta es el supuesto carácter socialista del chavismo en Venezuela. Las palabras “socialismo” y “bolivarianismo” han sido totalmente vaciadas de contenido y prostituidas para ponerlas al servicio del chavismo. El socialismo del siglo XXI es un socialismo muy particular a la chavista. Este socialismo chavista no tiene nada que ver con las doctrinas del socialismo marxista. Lo que hizo Hugo Chávez fue un pasticho ideológico mezclando frases de Simón Bolívar y Carlos Marx con la retórica del antisemita Norberto Ceresole. El resultado ha sido un discurso plagado de alusiones al socialismo para cautivar a su propia clientela pero incapaz de articular una verdadera política de Estado.
Como el compromiso del chavismo con las ideas de Socialismo y Bolivarianismo no va más allá de la retórica el Estado chavista actúa con pragmatismo, sin condicionamientos ideológicos o filosóficos, mezclando políticas que una día pueden parecer de izquierda y al día siguiente de derecha indistintamente. La brutal contradicción que resulta de esta combinación se disimula poniendo apellido a ese socialismo que al ser del siglo XXI lo convierte en un socialismo a estilo chavista cuyo contenido ha perdido toda conexión con la idea original de un socialismo marxista.
Este socialismo chavista se ha caracterizado por aumentar la brecha social entre ricos y pobres creando una nueva casta de oligarcas conocidos como Boliburgueses y Bolichicos al tiempo que ha multiplicado por millones los venezolanos que viven depauperados en la más absoluta miseria. Las ideas socialistas de redimir a los pobres y eliminar a los burgueses han quedado reducidas a mero ornamento en el discurso oficial. En la realidad el chavismo ha empobrecido a Venezuela y ha creado su propia burguesía parasitaria como ningún otro régimen lo había logrado en nuestra historia republicana.
Otro mito muy popular es la supuesta filiación obrera y clasista del chavismo. En 1999 se podía pensar que posiblemente el régimen de Hugo Chávez iba hacia la conformación de un Estado socialista donde los trabajadores tendrían una posición privilegiada. Veinte años después se puede constatar que el Estado chavista destruyó el valor real del salario, acabó con gremios y sindicatos en la tarea sistemática de eliminar físicamente a la clase obrera venezolana.
Las contradicciones de la demagogia chavista y su praxis se manifestaron públicamente hace varias semanas cuando se propagaron por todo el país las protestas en reclamo por el pago completo del bono vacacional decretado por Nicolás Maduro. El hambre y la indignación por el escamoteo del bono unió a trabajadores y empleados, sin distinción partidista, obligando al gobierno de Maduro a dar marcha atrás en su intento de robo a mano armada.
En el mejor estilo chavista de prometer una cosa y hacer otra diferente y con el mayor desenfado Nicolás Maduro anunció como una gran dádiva en Marzo de este año el pago del bono vacacional. Pero al mismo tiempo que se anunciaba el bono la Oficina Nacional de Presupuesto (ONAPRE) bajo el control de Maduro aprobaba un instructivo detallando paso a paso cómo había que proceder para robarle esa concesión y otras más a trabajadores y empleados. En otras palabras, lo que por una parte el gobierno de Maduro anunciaba como una concesión en forma de bono a los trabajadores por la otra el instructivo de la ONAPRE se los arrebataba.
El misterio de esta contradicción (dar y quitar al mismo tiempo) lo resolvió en forma simple y brillante el inefable operador Pedro Carreño quien en la Asamblea Nacional chavista confesó que el instructivo de la ONAPRE buscaba resolver un problema aún mayor y es que el gobierno se había quedado sin dinero para pagar el bono decretado en Marzo y otros beneficios ya adquiridos anteriormente por los trabajadores. El Estado chavista que quema semanalmente millones de dólares para evitar el alza del dólar ahora se quedaba sin recursos para pagar su nómina y sin mayores complicaciones morales resolvía robarle el dinero a los trabajadores para resolver su falta de liquidez.
Técnicamente el instructivo de la ONAPRE fue creado para normar el Proceso de Ajuste del sistema de Remuneración de la Administración Pública, Convenciones Colectivas, Tablas Especiales y Empresas Estratégicas. En la práctica es un conjunto de instrucciones precisas para que los burócratas chavistas le arrebaten a los trabajadores bonos y contraprestaciones en forma sistemática disimuladas bajo la expresión eufemística de Ajuste del Sistema de Remuneraciones como los chavistas prefieren llamar a este robo sin sufrir un ratón moral.
Nicolás Maduro, el presidente obrero, no es más que un gran farsante cuyo engaño ha quedado al descubierto ante sus propias clientelas, civiles y militares. El intento de robar el bono vacacional que él mismo había decretado y la devaluación de salarios miserables de $25.00 y $30.00 usando tecnicismos pseudo legales como el instructivo de la ONAPRE es lo que ha unido a chavistas y no chavistas en una misma lucha para gritarle en su propia cara “Maduro miserable, nos estás matando de hambre”. ¿Aún no ves por donde vienen los tiros?