Unos, se marchan vía jubilación, otros, simplemente, se van a otra parte a probar suerte y, sí les va bien, renuncian mucho más tarde, algunos, ni siquiera lo hacen.
Absalón Méndez Cegarra
Los profesores que optan por quedarse, disminuyen el tiempo de dedicación, la actividad académica pasa a ser residual, marginal. Los estudiantes se cansan de esperar un cupo y, si lo logran, deben esperar meses o años para iniciar actividades y, cuando inician, lo hacen en una o dos asignaturas que se ofertan, por lo que una carrera universitaria de 5 años de duración puede convertirse, fácilmente, en el doble.
La situación universitaria, al menos en la Universidad Central de Venezuela, en cuanto al profesorado es dramática. La población docente ha envejecido y la generación de relevo es inexistente.
El padrón electoral de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV), el cual sirvió de base para el proceso electoral realizado el 06-10-2022, ofrece los resultados siguientes: Total de profesores afiliados a la APUCV: 6.183. Profesores activos: 2.727. Profesores jubilados: 3.256. Profesores fuera de nómina: 200. Distribución por grupos de edad: menores de 29 años: 31; entre 30 y 50 años: 930; entre 51 y 70 años: 1.476; entre 71 y 90 años: 289; y, mayores de 90 años: 1. La población activa es inferior a la jubilada y dentro de esta población, la mayoría está próxima a la jubilación, lo que quiere decir que la UCV está cercana a quedar sin planta profesoral.
Lo que sucede con la matrícula estudiantil es más grave todavía. La matrícula ha disminuido drásticamente. La pandemia ha favorecido el éxodo; pero, desde antes, ya se advertía la disminución de alumnos.
Escuelas universitarias que por el número de alumnos podrían ser una Facultad independiente, hoy, carecen de alumnos. Se da el caso de escuelas con matrículas superiores a mil estudiantes, que, en la actualidad, no llegan a tener 100 inscritos. Los asignados por OPSU, no logran formalizar la inscripción y quienes lo hacen, solo un pequeño porcentaje inicia actividades académicas; pero, la UCV ha ideado, ahora, una prueba interna con escasa o nula difusión, cuya inscripción debe hacerse en línea; pero, la página no abre, por lo que miles de estudiantes no la pueden realizar y quedan excluidos. Sí, algún estudiante pide ser admitido porque viviendo en el Área Metropolitana de Caracas, la OPSU lo aventó para Maturín, la respuesta de la UCV y sus decanatos es no hay cupo.
Los estudiantes, al parecer, se muestran indiferentes ante esta política universitaria. Sí, hay estudiantes, hay profesores. Los estudiantes son los que presionan para que haya profesores, laboratorios, bibliotecas, transporte, comedor, servicio médico. Si no hay estudiantes no hay nada de lo anterior. Esto lo sabe y conoce perfectamente bien el gobierno y explica la reducción presupuestaria. El célebre actor mexicano Mario Moreno (Cantinflas) dijo en una de sus famosas películas (El Profesor) que lo que se necesita para que exista una escuela es la presencia del maestro y de alumnos. Eso es una escuela.
La UCV, fue en el pasado la institución universitaria pública que captaba el mayor número de estudiantes de educación superior. Ya, no lo es. Ha perdido protagonismo en ese particular. En tiempos no lejanos, se utilizó como criterio fundamental para la distribución de la cuota presupuestaria acordada por el gobierno nacional para ser distribuida entre el conjunto de instituciones del sector universitario, el número de estudiantes cursante, cifra, que, además, inflaban las Universidades, para lograr mayor presupuesto. A la UCV, por aplicación del criterio numérico, le correspondía siempre la más alta tajada presupuestaria. Las cosas han variado de tal manera que la UCV recibe un presupuesto exiguo que no le permite un funcionamiento normal y cumplir con sus obligaciones. La noción de autonomía ha desaparecido por completo. La UCV ha sido entregada totalmente por sus autoridades al gobierno nacional. Y, como quiera que al gobierno le tiene sin cuidado lo que suceda en este tipo de Universidades históricas, pues el tema matricular lo ha resuelto con la gran cantidad de Universidades de reciente creación, además, la presión del movimiento estudiantil ha desaparecido por completo. Ya no hay movimiento estudiantil universitario y sindicatos y gremios buscan un lugar o espacio de acomodación. El colmo de los colmos es que quienes han sepultado a la UCV aspiran continuar humillándola y, para ello, cuentan con la benevolencia gubernamental.
Lo que sucede en nuestra Universidad es increíble. Los universitarios por acción u omisión la estamos viendo agonizar y no hacemos nada al respecto. La disminución alarmante de la matrícula estudiantil es una amenaza seria y cierta de un posible colapso de la UCV. Aun, hay tiempo de evitarlo. Abramos de par en par las puertas de la UCV a todo aquel que quiera entrar a ella. Hagamos, de la UCV, nuevamente, un espacio querido por los caraqueños y por la sociedad nacional. Evitemos su muerte.
@absalonmendez1