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Esperando por la protesta militar I Opinión I Humberto González Briceño

¿Cuánto tiempo le tomará a los militares experimentar esa súbita toma de conciencia que hoy exhiben con furia las clientelas chavistas frustradas?

Humberto González Briceño

Por estos días los jerarcas del régimen chavista están muy preocupados al tener que enfrentar movilizaciones diarias y una gran protesta nacional que exige aumento de salario ya. El reclamo no es más que la confirmación de que el modelo político y económico chavista es absolutamente inviable y si se quiere que Venezuela mejore sencillamente hay que cambiarlo.

No es un secreto que las protestas que comenzaron el año pasado y se han intensificado en los últimos meses han ganado más fuerza con la participación de las bases chavistas que se sienten igualmente afectadas por el descalabro económico de Venezuela. Tampoco es un secreto que esas bases chavistas son en esencia las clientelas que el chavismo ha incorporado en las nóminas del sector público no para trabajar sino para hacer activismo por el PSUV.

La relación inmoral que estas clientelas mantienen con el régimen no las exime de tener que sobrevivir con bolívares mega devaluados al igual que el resto de los venezolanos. Y precisamente en el instante en que la realidad se impone sobre la propaganda ideológica ocurre una súbita toma de conciencia que hace estallar en mil pedazos la lealtad mercenaria de estas clientelas con el régimen.

El régimen chavista no ha logrado articular un discurso coherente para tranquilizar a sus propias huestes. Primero trataron de posicionar la exótica idea de una supuesta recuperación económica como una forma de explicar la sospechosa aparición de ríos de dólares que inundan a Venezuela pero que están asociados a formas de economía informal y más concretamente a múltiples y sofisticadas operaciones de narcolavado.

La situación sigue siendo la misma. Hay dólares, hay bodegones, pero más de 10 millones de venezolanos, las clientelas chavistas incluidas, no tienen suficiente dinero para comer porque sencillamente el dinero no alcanza.

En los últimos días el régimen ha cambiado su discurso defensivo para justificar su fracaso argumentando que la economía está colapsada por culpa de las sanciones internacionales. Se trata de una falacia que ha calado en ciertos sectores chavistas, sobre todo los más ignorantes y desinformados. Pero al revelarse los perversos mecanismos de esas llamadas sanciones contra el régimen chavista se puede determinar que nunca fueron más allá de la amenaza retórica porque nunca representaron una presión real sobre el régimen.

Estados Unidos y otros países acordaron aplicar unas supuestas sanciones contra las compañías internacionales que contrataran directamente con el régimen de Venezuela. Pero esa política nunca fue ejercida por la fuerza y muy temprano en el comercio internacional se entendió que se podía seguir negociando con el gobierno chavista por medio de interpuestas personas y quizás hasta cambiando la bandera a los barcos.

El chavismo logró darle la vuelta a la política de sanciones para reducirla a una política de símbolos sin fuerza real. A eso habría que agregar que el propio gobierno norteamericano con las administraciones de Trump y Biden otorgó frecuentes excepciones a transnacionales como Chevron, Conoco-Phillips y ExxonMobil para seguir sus tratos con el régimen venezolano.

Luego de unas sanciones que nunca existieron ni se sintieron los Estados Unidos anuncian una política para flexibilizar un cerco económico que no fue tal. Aun así el chavismo sigue culpando a las sanciones de su fracaso económico. La realidad es que el chavismo desmanteló la industria petrolera sacándole dinero y aumentando su nómina. Al quebrar la industria nacional más importante es lógico que las arcas del tesoro nacional reciban menos dinero. Y desgraciadamente esos pocos recursos tampoco serán suficientes para satisfacer las demandas de los empleados públicos porque una buena parte ya está comprometida con la corrupción y el pago privilegiado y puntual de las nóminas del sector militar.

Lo fundamental en la economía venezolana no ha cambiado. El dinero es escaso y está devaluado. ¿Cuánto tiempo le tomará a los militares experimentar esa súbita toma de conciencia que hoy exhiben con furia las clientelas chavistas frustradas ante el desastre económico de su propio régimen?

@humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con especialización en Negociación y Conflicto en California State University.

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