El exministro de Relaciones Exteriores y ex vicepresidente de Guyana, Carl Greenidge, es un pájaro británico.
Julián Rivas
Por estos días se han encontrado dos temas que aparentemente no tienen relación alguna
Podemos pensar en la casualidad o en los juegos del destino, pero hay relación o al menos elementos para hacer cuadros comparativos entre lo que ha ocurrido. PDVSA y el Esequibo, justamente dos de los tres temas que engloban el poder agregado nacional. Lo económico como asunto de todos; lo diplomático como política de la nación. (El otro del Poder Agregado Nacional es la Defensa)… Y es curioso como en Venezuela al menos desde 2015 se aceptó el discursito globalista de la ralentización del petróleo, del fin de los combustibles fósiles, de las respuestas al cambio climático con «energías limpias. Por tanto, hubo reseteo económico, desregulación del Estado. De allí viene la sequía del ahorro nacional. Muchos denominan este tiempo como administración por caos. Habrá que ver.
Y justamente desde 2015 vengo alertando que Guyana, o Gran Bretaña, desconocía el Acuerdo de Ginebra y se aceleraba el desguace del Esequibo por las corporaciones globalistas. De ese tiempo son mis notas, publicadas en La Razón; El uso de la geopolítica con fines imperiales; Granger, adonde vas con “la pata hinchá” y Granger ofrece su alma al diablo.
Uno observa la reciente decisión de la Corte Internacional de Justicia. Han florecido los leguleyos en un mundo donde no hay legalidad internacional. Buscan reconocimiento en medio de la oscurana.
El Esequibo es un asunto de soberanía nacional. Vital para la independencia. Así hay que verlo. ¿Acaso no ven que Inglaterra nos hace guerra hibrida en el Esequibo? Palante es pa allá.
Quienes no conocen el decurso de lo que hace Guyana desde 2013 o 2015 siguen creyendo que la justicia de La Haya es ciega. El mismo pájaro británico, Carl Greenidge, que llevó las petroleras a Guyana, ofreciendo petróleo muy barato, que barato, es el agente de Guyana en la Corte de La Haya.
En este tiempo he hecho seguimiento permanente de la prensa de Guyana, Trinidad e incluso Gran Bretaña, sigue el colonialismo, con nuevas formas inclusive. Ahora es Global Britain. Tras el Brexit mas se aferran al imperio.
No comprendemos en Venezuela. ExxonMobil, la antigua Standar Oil de Rockefeller ahora es controlada por Black Rock.
El año pasado hubo una conferencia de petróleo en Guyana. Venezuela ni siquiera salía en el mapa de presentación. Como esos espacios vacíos que todavía se ven en los mapas de la península arábiga
Quisimos ir a Guyana. No logramos apoyo. Bueno, gente de todo el Caribe asistió. A escuchar especialistas llegados de todos lados. Hubo mucho análisis. Pareció un evento del Medio Oriente. Destaco Daniel Yergin, el famoso autor de La Historia del Petróleo (The Price). ¿Quién le pagó? ¿Guyana?. No. ExxonMobil y Black Rock Las corporaciones.
¿Pero que dijo Daniel Yergin? Vea una perla: Guyana hoy está en una posición competitiva. El análisis PEPS de IHS Markit [Petroleum Economics and Policy Solutions] la clasifica como la décima jurisdicción más competitiva para la inversión upstream [Exploración y producción] de 45 países, y me apresuro a agregar, por delante de Brasil y por delante de Argentina. Esa es una posición que Guyana debería esforzarse por mantener”
Cuidado con el muñequeo jurídico. Y parece que la pequeña burguesía caraqueña no lo tiene claro. Hablan de temas jurídicos y su interpretación de manera delirante. Como pastor interpretando lo que dicen las tablas de Moisés.
Es Yergin. Fíjense bien. Una opinión suya es mucho más cara que una consulta al brujo de Curiepe. Eso es propaganda globalista. Marketing. Anglosajones esta gente. No ven que en el Superbowl no importa el fondo deportivo sino la publicidad. Postmoderna esta gente. La postmodernidad llego al Esequibo.
Es muy curioso. Sube el petróleo y no podemos vender bien. Y si vendemos como que se palean esos reales. Muy bonito.
Rusia y Arabia Saudita siguen haciendo fortuna con el petróleo. Nosotros vendimos tubos y maquinarias como chatarra. Como el que vende la sangre y los riñones.
Así hoy tenemos una debilidad nacional. Hasta parece un capricho. Mientras todo el mundo se distancia del dólar, Venezuela sigue pegada a la moneda de Estados Unidos.
El dólar pierde fuerza. En agosto, cuando se reúnan los Brics será peor la incertidumbre de esta hegemonía monetaria adoptada tras la Segunda Guerra Mundial. El poderoso bloque emergente, de creciente poder, ya hace intercambio comercial con sus monedas.
Por eso cuando uno ve las irregularidades en PDVSA y los presos vestidos color naranja, uno se pregunta: ¿Y dónde dejan a los banqueros? ¿Acaso esta gente sacó los reales en carretillas?
A Venezuela el «Occidente» le ha secado el ahorro nacional. Con tretas, simulaciones, engaños o traiciones, eso ha ocurrido. El sistema financiero globalista lo permite, está hecho para succionar recursos. Lo ocurrido, ocurrido está. Corrijamos. Pero no le vamos a entregar nuestra nación al sionismo internacional
Es curioso, a fines del siglo 19 en uno de las reuniones panamericanas ya hubo visos de favorecimiento al sionismo. Pero los historiadores estadounidenses admiten que hasta Rooselvelt no hubo alta incidencia del sionismo en Estados Unidos. Hoy los sionistas del Partido Demócrata dominan a Estados Unidos y lo ponen al servicio de Israel. Se ve mal Estados Unidos.
Hay dos enfoques en la pretensión de Estados Unidos por tomar a Venezuela. Uno globalista, sionista y de protección del dólar de los demócratas. Pretende hacernos subalternos del club globalista donde están los Obama-Clinton.
El otro enfoque es nacionalista estadounidense, imperialista. Con visos Ku Klux Klan (KKK). Es Trump. Este es afín con un sector de la oposición que está en Miami. El “América para los Americanos” (verbigracia los Estados Unidos). A la señora Machado le gusta este. A Capriles quizás el de los demócratas le cae mejor. Les gusta la privatización en grados diferentes.
Arabia Saudita se abrió de Estados Unidos. Marcó la milla. Estados Unidos quiere una nación cisterna. Y cree que es Venezuela. Y cree que tendrá su golilla electoral en 2024.
Saudi Aramco es la mayor empresa petrolera del mundo. Como dicen en las carreras de caballos, a este, a este, no se lo gana nadie! Dice el diario El Mundo de España, «el aumento en los ingresos netos refleja precios más sólidos del crudo, mayores volúmenes vendidos y mejores márgenes para productos refinados».
Saudi Aramco galopa. Le siguen muy atrás ExxonMobil, Shell, Petrochina, entre otras. Por ahora Pdvsa no corre en ese lote. Pero ojo.
Nuestra nación debe dejar atrás devaneos y coqueteos con los globalistas. Un amigo afirma: Desde el punto de vista metafísico…lo que llamamos mundo…es occidental. Si, hasta cierto punto. He visto en Asia japoneses que se ponen ojos verdes. «Nunca antes el mundo fue más occidental que hoy… Si tienes chip, tienes democracia, mercado, la forma de energía, concepto de Estado, son todos occidentales. Es posible, ok, pero asistimos a la decadencia de Europa tras 500 años de dominación. Vuelve el hombre: Ahora, ¿que llaman multipolaridad? A una guerra intracapitalista occidental». Muy bien. Pero hagamos como Arabia Saudita y que no roben nuestros recursos.
Si la señora María Corina Machado quiere privatizar PDVSA, pues que privatice a su abuela. No se meta con el que está quieto, dicen en el llano. Porque en el fondo lo que quieren los ‘occidentales» son los yacimientos de energía de Venezuela.
De verdad esa señora Machado es de lo último. Estuvo recientemente en Bolívar. Sus jefes regionales son unos impresentables, adecos: Sait Rodríguez y Jorge Carvajal. Por Dios. Provoca risa, así la apoye el establishment deEstados Unidos. La señora Machado habla en ingles para interpretar a Venezuela. ¿Será que va a cambiar el idioma, como en Filipinas? En fin, es fastidiosa como un bachaco en el culo de un burro. El burro usa su rabo como látigo para sacudir lo punzante, y el bicho ahí. Se arrastra de culo, da vueltas en tierra, y el bachaco sigue con lo mismo. Se baña en barro y el bachaco puede estar oculto tras el rabo del burro.
A la señora Machado la podrá proteger Estados Unidos, pero que no insista. Deje el fastidio. Lo mismo debe saber el señor José Toro Hardy: nuestros recursos energéticos son de la nación y pueblo venezolano. Deben administrarse bien, por supuesto: Venezuela debe ser soberana, republicana y confederal. Tenía razón Santiago Mariño.
Carl Greenidge, ministro de Relaciones Exteriores y uno de los vicepresidentes del gabinete de David Granger, es un pájaro británico. Se los he dicho. Agente de Guyana en el papel. Tanto que en la misma Guyana no lo dejaron ser diputado gracias a que una vieja ley, todavía vigente, impide ser diputado a quien tenga doble nacionalidad.
P.D: Una pregunta: ¿cuál es el interés por hacer propaganda judía y calvinista en Venezuela? Esas son minorías activas. ¿Para que darle vuelo a esta gente? Tienen libertad de religión. Suficiente. Uno que creía que la relación entre Estado y cultos había quedado clara desde tiempos de Guzmán Blanco.