Benedetti amenaza con revelar quienes le entregaron a Gustavo Petro 15 mil millones de pesos para su campaña.
Humberto González Briceño
No está claro quién ordenó grabar a los altos funcionarios del gobierno de Gustavo, pero los explosivos intercambios entre Armando Benedetti y Laura Sarabia ya circulan libremente por redes sociales poniendo en evidencia la trama de crimen y corrupción sobre la cual llegó Petro al poder.
Tratando de reconstruir las líneas generales de este drama se sabe que Laura Sarabia trabajo como asistente de Armando Benedetti por muchos años y luego a partir del apoyo de este a Petro Sarabia entró en el entorno del entonces candidato izquierdista, construyó su propia red de conexiones hasta escalar a la posición más alta de Jefe de Gabinete.
Por su parte Armando Benedetti tendría que conformarse con el cargo de Embajador de Colombia en Caracas que, a pesar de su relevancia y notoriedad, no era del interés de Benedetti y en sus propias palabras le parecía aburrido.
…está la participación directa de antiguos operadores políticos de Ernesto Samper Pisano en el gobierno de Petro»
Un Benedetti que se siente relegado a un segundo plano y sin la justa compensación por haber cuadrado los votos y apoyos de la Costa Atlántica para Petro es el que aparece en unos audios reclamándole amargamente a su antigua asistente por desdén con el que ahora es maltratado por Petro y la propia Sarabia. Los audios en sí suman unos 30 minutos de varios intercambios los cuales alternan el tono amenazante y el conciliador repetidas veces.
Más allá de lo vulgar y anecdótico del lenguaje en las grabaciones está la confirmación en la indudable voz de Armando Benedetti que efectivamente Gustavo Petro recibió dinero del narcotráfico, probablemente de los carteles de la Costa Atlántica, para financiar su campaña electoral.
Benedetti amenaza a Laura Sarabia con revelar quienes le entregaron a Gustavo Petro 15 mil millones de pesos para su campana y la invita a revisar el famoso caso judicial conocido como Proceso 8000 por el cual fue enjuiciado el presidente colombiano Ernesto Samper Pisano por haber recibido dinero del narcotráfico para su campaña.
La alusión de Benedetti no deja margen a dudas. Gustavo Petro recibió dinero del narcotráfico, Benedetti lo sabe y amenaza con revelar los detalles. El ex candidato presidencial y ahora ex aliado de Gustavo Petro está tan consciente del peso y la gravedad de la información que posee que sin complicaciones admite en los audios que no le importa si se hunden todos, incluyéndolo a él mismo.
Colombia es un país que apenas comienza a conocer las formas chavistas de hacer política que se traducen en autoritarismo y desprecio por las instituciones y el orden jurídico establecido. En los primeros meses de su gobierno Gustavo Petro ha intentado reeditar esas políticas para, al igual que el chavismo en Venezuela, tener un estado a la medida justa del tirano.
Pero en Colombia aún hay en pleno ejercicio instituciones y funcionarios que legalmente pueden actuar como contrapesos contra las pretensiones de Petro. Que en Venezuela al régimen chavista se le vincule con el narcotráfico o el Cartel de los Soles no conduce a nada porque desgraciadamente no queda ninguna institucionalidad y las realidades son banalizadas por gestiones como las del Presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva reduciéndolo todo a mera narrativa.
En Colombia la situación es muy diferente. Al menos eso esperamos. En Colombia existen poderes públicos constituidos que no pueden ser indiferentes frente a hechos públicos y notorios que relacionan a su Presidente Gustavo Petro con el narcotráfico. La Fiscalía debería proceder de inmediato a abrir una investigación penal, vía notitia criminis, para determinar la perpetración de un crimen y establecer las responsabilidades.
Además de las amenazas privadas, ahora del dominio público, donde Amando Benedetti vincula a Gustavo Petro con el narcotráfico está la participación directa de antiguos operadores políticos de Ernesto Samper Pisano en el gobierno de Petro. Existe un considerable cúmulo de indicios, evidencias y pruebas que presentan al gobierno de Gustavo Petro como un subproducto del narcotráfico. La clase política colombiana, de izquierdas y derechas, la institucionalidad, civil y militar, debe reaccionar con celeridad antes de que esta crisis se deslice por el tobogán de las formas chavistas de hacer política que prácticamente han acabado con Venezuela.
¿Sobrevivirá Colombia al narcoestado de Petro? Eso es lo está por verse en los próximos meses.