Si se impone la tesis de escoger a otro candidato que no haya ganado a Primaria, la gente que votó se sentirá una vez más estafada
Humberto González Briceño I OPINIÖN
Vuelve el resabiado mal hábito de seguir subestimando al adversario. A propósito de la inhabilitación arbitraria de María Corina Machado como candidata presidencial saltaron los epígonos y opinadores profesionales a calificar la decisión como una torpeza del régimen que solo habría servido para magnificar el liderazgo de Machado. Al examinar el contexto y el impacto de la decisión no se podría decir que se trata de un error cometido por un régimen que ejercita la arbitrariedad con brutalidad.
A diferencia de estos opinadores profesionales, que siguen ensimismados subestimando al chavismo, nosotros vemos por el contrario a un régimen que sigue en forma disciplinada y rigurosa un libreto para sostenerse en el poder. Muy lejos de ser una torpeza la inhabilitación de María Corina Machado es una jugada muy bien calculada, entre otras que vendrán, para dinamitar la elección primaria de la falsa oposición.
Es una jugada bien orquestada porque se apoya en el talón de Aquiles de toda esa falsa oposición, María Corina incluida, al aceptar incondicionalmente la legalidad del Estado chavista. Este es el punto en el cual se inicia y muere toda discusión de cambio y transiciones. Lo hemos visto cientos de veces cuando el chavismo invoca su legalidad para imponer su voluntad.
El ejemplo más significativo de todos, que nunca fue debidamente debatido, fue la forma como el Estado chavista apuntó y desmembró “legalmente” a la Asamblea Nacional del 2015. Frente a esto la falsa oposición no supo qué hacer y tuvo que resignarse a las consecuencias de aceptar la legalidad del régimen.
Hoy el país está incendiado por los cuatro costados con protestas ante la falta de comida, agua, gasolina, electricidad, etc. Hay problemas y conflictos dentro de las Fuerzas Armadas chavistas, y quizás estemos en las puertas de un telúrico reacomodo interno, aunque no lo sepamos. Pero la atención de la falsa oposición y sus operadores mediáticos está centrada en la inhabilitación de María Corina y en la forma como tendrán que escoger legalmente un candidato para oponérselo a Maduro en el fraude electoral del 2024.
La inhabilitación de la candidatura de María Corina Machado dinamitó la Primaria de la falsa oposición porque prácticamente pone a ganar la elección a una candidata que, de acuerdo a la legalidad chavista la cual todos ellos aceptan, no podrá ser inscrita ante el Consejo Nacional Electoral. Es prácticamente un jaque mate a la Primaria porque cualquier camino que tomen lleva al fracaso.
Si insisten en que el candidato ganador debe ser postulado entonces este candidato según las disposiciones legales del chavismo no podrá ser inscrito. El chavismo no tendrá ninguna vergüenza en decirle al mundo y a sus huestes que han ganado, esta vez por forfait debido a la ausencia de contendor. Y si se impone la tesis de escoger a otro candidato que no haya ganado a Primaria la gente que votó se sentirá una vez más estafada por la falsa oposición. En cualquiera de los dos casos el escenario más probable para Octubre de 2023 será uno de mayor desesperanza, desengaño y confusión
Pero por si acaso la inhabilitación de María Corina Machado no fuera suficiente para hacer estallar la Primaria de la falsa oposición el chavismo aún cuenta con dos poderosas cartas para lograr el mismo objetivo. Una es cerrarle los grifos de masas de dinero que se transfieren desde el régimen hacia la falsa oposición a través de operadores híbridos, boliburgueses y bolichicos. Sin dinero local para pagar por la Primaria solo les queda esperar donaciones de organismos multilaterales y gobiernos pero las cuales podrían ser fácilmente interceptadas al entrar al sistema bancario nacional. Y sin dinero no hay Primaria.
La última carta es la suspensión “legal” de la Primaria vía decisión del Tribunal Supremo de Justicia, por las razones que sea, frente a lo cual la falsa oposición tampoco tendría un plan que no sea ir a quejarse de su propia incapacidad ante organismos internacionales.
Lo fundamental de la política venezolana no ha cambiado. Mientras el Estado chavista se esconda tras su propia pseudo legalidad, escoltado por la Fuerzas Armadas, no hay vía electoral posible. Los intentos de la falsa oposición seguirán fracasando inútilmente porque se ajustan con precisión al guión chavista que jamás podría funcionar sin la colaboración de sus socios falso opositores.-