En Venezuela hay un entreguismo viejo en favor de los imperios. Es un comportamiento pertinaz y atávico
Julián Rivas I OPINIÓN
Un extraño cognomento ha caracterizado la historia de Venezuela. Virtudes y defectos que nos obligan a revisar nuestra situación nacional. El caraqueñismo solapa, es como una catarata, para interpretar a Venezuela. Pero hay que poner en la mesa las contradicciones porque de ello va a depender para que derrotemos rápidamente las amenazas. Un ejemplo bueno: José Francisco Bermúdez, también conocido como José Francisco Pueblo. Él es quien terminó por expulsar a los españoles de Caracas, lo que cerró 300 años de dominio español, en tiempo paralelo a la Campaña de Carabobo. Así, hay que preguntar: ¿Qué puede explicar el ocultamiento y el resentimiento contra José Francisco Bermúdez? Ya en 1815 Bermúdez era llamado héroe de Maturín y luego se le sumó el de Defensor de Cartagena, contra Pablo Morillo. ¿Cómo es posible que en Caracas no exista ni una calle Bermúdez, ni plaza en su honor? En cambio a O Leary que robó el Esequibo, se le recuerda con plazas y centros educativos. Increíble.
La liberación de Caracas en 1821 se hizo con tropas traídas del Oriente. 500 de ellas sacrificaron sus vidas en El Calvario en dura batalla contra las tropas realistas de Pereira. Pero la suma de sus acciones en Barlovento, El Rodeo, Guatire, Valles del Tuy, La Guaira. Los Teques y Valles de Aragua logró la hazaña: correr a los españoles.
Bermúdez fue cuñado del canario Francisco Tomás Morales. En efecto, fue una guerra a muerte. Morales lo combatió a muerte. Hay quienes aseguran que Morales era peor que Boves. Curiosa la historia de Morales, se instaló inicialmente en Píritu y fue un comerciante, pulpero, reconocido. En esos tiempos se casó con una hermana de Bermúdez. Guerreó duro en favor del colonialismo, y siempre fue contra Bermúdez. Pero Morales salió de Venezuela tras la derrota de Maracaibo en 1823. Sus hijas con los años, lejos de Venezuela, se vincularon con la élite española
Otra hermana de Bermúdez estuvo casada con Andrés Level de Goda, un vacilante y monárquico. A Level en 1813, el Estado de Oriente, fruto de las acciones de guerra que condujeron a la Segunda República, lo designó gobernador de Cumaná. Abandonó la misión. A los cuatro meses se fue a Trinidad, se puso al servicio de los colonialistas ingleses de Trinidad, con rol de secretario, y luego con los años viajó a Madrid para servir a Fernando Séptimo, al extremo que llegó a decir que si el rey español hubiera huido de Napoleón, estableciendo su gobierno en Venezuela -como hizo el rey portugués que huyó al Brasil- España habría salvado su imperio.
A pesar de ese entorno, con la huella que le significó que los españoles asesinaran a un hermano, Bermúdez derrotó a miles de españoles y de venezolanos que estaban al servicio del viejo imperio ibero. Combatió a Barradas en Carúpano. Mano firme en el ejército de Oriente, junto a Mariño y Bideau. Solo pudieron matarlo a traición en 1831, asegurada la independencia.
Pero vemos en la acera de enfrente a otro tipo de venezolanos. Los que se suman a causas extranjeras. Y ciertamente tenemos venezolanos que hoy son peores que José Tomás Boves. Demagogo o no, Boves se opuso a los godos. Incluso rechazó a Cajigal como capitán general, desconociendo las aspiraciones oficiales de España. Cajigal tuvo que irse a refugiar en Angostura. Aquí es donde la puerca tuerce el rabo. En Venezuela hay un entreguismo viejo en favor de los imperios. Es un comportamiento pertinaz y atávico. Y digo atávico porque pareciera ser una línea de mando entre las familias. Dicen que eso se da entre los agentes foráneos de la inteligencia inglesa, que las funciones se heredan, se transfieren de padres a hijos.
En la exposición que muchos habitantes de Venezuela dirigen al gobierno de Su Majestad la Reina Victoria del Reino Unido, desde Caracas, suscrita el 21 de noviembre de 1861, donde unos ilustres traidores a la patria le piden a Inglaterra apoderarse de la inmensa región de Guayana, sugiriendo al gobierno inglés» dar principio a esta negociación de la que sacará felices resultados. […] La Guayana venezolana es un país más extenso que Francia, […] Este vasto territorio, que linda con la Guayana Inglesa, y que puede decirse que está desierto, está llamado a tener una gran importancia en la América del Sur», tiene entre sus firmantes a un tatarabuelo de María Corina Machado. Caramba. Si, se trata de Nicomedes Zuloaga el tatarabuelo de la susodicha. También está Pedro Gual (una pena con este señor que tantos servicios diplomáticos hizo a la república. Pero la mácula lo llevó al ostracismo y lo adecuado sería que su nombre quede fuera del instituto académico de política exterior venezolana), Manuel Felipe Tovar, Juan José Mendoza, Francisco La Madrid, Federico Núñez Aguiar y otros.
Eso de nombrar comisiones con el objeto de solicitar la intervención de Inglaterra, Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA y la ONU, parece una enfermedad venérea incurable, de esas que algunos atribuyen a la luna cuando con el tiempo el mal que se creía solucionado, o curado, vuelve a aparecer. Así parece que con el retumbe de los tambores porque María Corina Machado está inhabilitada desde 2015, por quince años, muchos están «alunados» y piden hasta la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) para que «ponga orden en el país». Todo porque la señora Machado no puede ser candidata. Que fuerzas militares extranjeras invadan el país. Hasta Televen está en campaña y miente. Oculta la naturaleza del asunto. Pero ya sabemos que eso no es concha de ajo. Son peores que Boves.
Bueno, a esta señora Machado habrá que considerarla «dulcito de lechoza”. En definitiva es el Guaidó de Biden, presidente de Estados Unidos. La Violeta Chamorro que se ha inventado la Otan. Y algo peor, es pieza del sionismo. A tal extremo que su jefe de proyecto económico es una israelita. Vean lo que escribe el Diario Las Américas: «Jugadora de parapara y zaranda, incluso seguramente habrá tenido su caballito de San Juan y también habrá comido turrones de coco, dulces de leche, lechoza y guayaba. Con una alegría de niña se habrá puesto a saborear melcochas y tirones, mereyes pasados y mazapán; arepas con queso rallado y crujientes chicharrones. Porque todos esos juegos y comidas típicas forman parte de sus raíces». Las próximas elecciones están en el cuadro de guerra de todas las generaciones por parte de los países de la Otan, de eso que llaman Occidente, los que han redescubierto que Venezuela tiene petróleo.
Por cierto, el Diario Las Américas dice que la señora Machado procede de familias de Ciudad Bolívar, pero no dice que su tatarabuelo quiso entregar esas tierras a los ingleses. Tampoco dice que los que le llevan la campaña en Guayana son unos ex adecos conocidos en Bolívar como grupo chino, una corte de malandros que hizo fortuna, sigue haciendo y pretende hacer más si la doña llega a gobierno, lo que no ocurrirá.
Post data: es curioso como se maneja la embajada de Reino Unido en Venezuela. Lamentablemente algunos no lo ven. Otros sí. Resulta que el embajador inglés se ha dedicado a promover «minorías» en Venezuela. Del Esequibo no habla. Reino Unido nos hace guerra híbrida con Guyana. Pero no lo dude, lo que hace Reino Unido desde su embajada en Caracas es parte de la guerra difusa que nos hace la Otan y el anglosajon, el anglosionismo.
Reino Unido pide llevar proyectos de defensa de derechos humanos a su embajada, para financiar. Las causas parecen nobles pero son del demonio. Dicen apoyar a los débiles, pero en el fondo el objetivo es desestabilizar. Lo que también hacen Estados Unidos, Unión Europea y otros. Una coalición contra Venezuela. . Un amigo opina: «Esto es parte de la guerra no convencional, buscar legalizar la entrega de fondos a grupos o agentes de inteligencia con el fin de recabar información para acusar a Venezuela de violación de derechos humanos ante tribunales internacionales, especialmente utilizando a las ONG».
Haga su juicio. Vea, un resumen de las «áreas de trabajo» que tiene Reino Unido en Venezuela, que son combinadas con las que hace en Colombia, país de la OTAN.
Una síntesis de áreas de trabajo y objetivos esperados por la Embajada británica en Caracas para el ejercicio 2023-2024
Prioridades: derechos humanos, el género y la igualdad, y la esclavitud moderna. Se pretende:
1.Mejorar la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil para llevar a cabo una recopilación de pruebas independiente e imparcial sobre violaciones de derechos humanos, en línea con los estándares internacionales. Se alientan propuestas de proyectos que prioricen beneficiarios con sede fuera de Caracas. Los productos que contribuyen a los esfuerzos de monitoreo, documentación y presentación de informes ante los mecanismos internacionales de derechos humanos están dentro del alcance de este objetivo.
2.Identificar y documentar las dinámicas de la esclavitud moderna en la frontera colombo-venezolana. Este objetivo es parte de una iniciativa conjunta más amplia con la Embajada Británica en Bogotá, Colombia. Por lo tanto, las propuestas de proyectos deben incluir la Frontera (vea bien)
4. Fortalecer capacidades y redes de organizaciones de la sociedad civil enfocadas en género e igualdad (por ejemplo, derechos de las mujeres, derechos LGBT+, derechos de las personas con discapacidad). Se fomentan propuestas de proyectos que incluyan formatos tipo mentoring dentro de su metodología. Los ejemplos del contenido programático pueden incluir, entre otros, la teoría del cambio para las organizaciones de la sociedad civil, las comunicaciones estratégicas, la promoción y la participación basadas en pruebas y la creación de redes. Fin de la cita.
Volveremos sobre el asunto. ¿Cómo hemos aguantado calladitos está situación?: Ciertamente, por descuidados, en criollo, roñeros y pendejos. Colombia es de la Otan. Venezuela no. Hay que evaluar la conducta de este embajador.