No habrá sanciones que le impidan al chavismo recibir dinero por la venta de petróleo, al menos por cuarenta y cinco días.
Humberto González Briceño
Con definitiva ironía se puede decir que estamos frente a otra victoria de la democracia. Es una victoria porque la mayoría de los actores involucrados logran lo que quieren. Solo un ejercicio del más fino relativismo político puede lograr concederle a cada quien lo que pide, aunque no todos pueden estar satisfechos.
Esto es lo que ha logrado el gobierno de Joe Biden al emitir su licencia 44A en la cual básicamente, y aun cuando el texto sugiera otra cosa, no impone ninguna sanción al régimen chavista y por el contrario le otorga 45 días de gracia para que reciba más recursos antes de una posible reimposición de las tímidas sanciones.
El régimen chavista puede celebrar que no habrá nuevas sanciones que le impidan recibir dineros por la venta de petróleo al menos por 45 días y hasta el 31 de Mayo de este año. Deberían agradecer la benevolencia y generosidad de los norteamericanos quienes les acaban de inyectar más oxígeno al régimen para que siga en el poder. Pero no es probable que los chavistas lo hagan en público, no por mal agradecimiento sino por prudencia.
Por su parte, los operadores de la falsa oposición también pueden darse por plenamente satisfechos con la nueva licencia 44A. En la falsa oposición había dos tendencias. Quienes abogaban por no imponer ningún tipo de sanción y quienes pedían sanciones suaves que no molestaran mucho al chavismo para así evitar represalias. Ambos han sido complacidos. No habrá nuevas sanciones contra el régimen chavista y si estas ocurren no será sino hasta después del 31 de Mayo cuando el chavismo haya acumulado suficientes recursos y la campana para la farsa electoral del 28 de Julio esté en pleno desarrollo.
Pero ¿cómo logra el gobierno de Joe Biden este acto de prestidigitación política donde aparenta imponer unas sanciones contra el régimen chavista cuando en realidad lo que ha hecho es darle otra prórroga? La clave está escondida entrelíneas en textos con enrevesados tecnicismos contenidos en dos documentos “General License No. 44A” (Licencia General Nro. 44A) y “Frequently Asked Questions Related to the Suspension of Certain U.S. Sanctions with Respect to Venezuela on October 18, 2023” (Preguntas Frecuentes Relacionadas con la Suspensión de Ciertas Sanciones de los Estados Unidos con respecto a Venezuela del 18 de Octubre de 2023), actualizado el 17 de Abril de 2024.
El aparte (a) de la licencia 44A establece con claridad que todas aquellas transacciones que involucren directamente o indirectamente a PDVSA y que sean necesarias para terminar gradualmente las operaciones relacionadas con los sectores de petróleo o gas están autorizadas hasta el 31 de mayo a medianoche. Esto en la práctica es una prórroga de 45 días al alivio de las sanciones que pedían tanto chavistas como falsos opositores.
El aparte (b) de la licencia 44A está conveniente diseñado para los titulares de prensa. Allí taxativamente se establece que la licencia 44A no autoriza transacciones por parte de instituciones financieras sancionadas en la orden 13850, CON EXCEPCIÓN (mayúsculas nuestras) del Banco Central de Venezuela y el Banco de Venezuela S.A. La licencia también prohíbe el suministro de bienes y servicios y nuevas inversiones de empresas rusas localizadas en Venezuela. Igualmente no están autorizadas las transacciones en Venezuela de empresas rusas localizadas en Rusia.
El párrafo 4 del mencionado aparte (b) ratifica la prohibición de las transacciones indicadas en la orden 13808, CON EXCEPCIÓN (mayúsculas nuestras) del pago de recibos por bienes y servicios relacionados con las operaciones de petróleo o gas en Venezuela, o el envío de petróleo o gas a los acreedores del gobierno de Venezuela para el repago de deuda.
En el segundo documento (Preguntas Frecuentes) la OFAC suministra una serie de aclaratorias que permiten atender el alcance de la licencia 44A. Pero lo que llama la atención son dos importantes reservas que el texto deja en claro: 1) La OFAC se reserva el derecho de autorizar la solicitud para actividades permitidas por la licencia 44 según cada caso; y 2) A pesar de lo expresado en la licencia 44A la Corporación Chevron podrá continuar operando bien sea que sus operaciones sean consideradas como esenciales para su mantenimiento o que aquellas lleven a una paralización gradual.
La falsa oposición en el Acuerdo de Barbados abogó ante los Estados Unidos por una suspensión de las sanciones contra el régimen chavista como un incentivo para que este flexibilizara su postura en materia electoral. No solo les levantaron las sanciones sino que como una propina extra les devolvieron a Alex Saab. Una vez cobrado el rescate el chavismo inhabilitó a María Corina Machado como candidata y se deshizo de los Acuerdos de Barbados sustituyéndolos por el Acuerdo de Caracas que deja a la falsa oposición de la MUD virtualmente fuera de toda negociación.
El gobierno de Joe Biden amenazó al régimen chavista que si no permitía unas elecciones competitivas reactivaría las sanciones el 18 de Abril. El régimen chavista respondió metiendo presos a activistas de la falsa oposición y negando la inscripción del candidato de la MUD. Llegado el 18 de Abril los EEUU, por razones que solo ellos podrán explicar, no reactivaron las sanciones y le otorgaron 45 días de gracia al chavismo.
Estamos en la antesala de la farsa electoral del 28 de Julio.
El autor es abogado y analista político con maestría en Negociación y Conflicto
California State University