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Cambios militares: Otro trapo rojo del chavismo

Mientras seguimos distraídos esperando que unos militares chavistas atiendan el llamado a rebelión que les hace María Corina Machado, el régimen aprovecha para avanzar sus posiciones más allá del 10 de enero.

Humberto González Briceño

            La situación política en Venezuela se podría caracterizar en la actual coyuntura como un realineamiento de las fuerzas del régimen, dispersión e incertidumbre en el campo opositor mientras la destrucción del país avanza y la emigración obligada aumenta.

            La oposición que lidera María Corina Machado y la MUD no ha logrado estructurar una estrategia viable para disputarle por la vía de los hechos el poder al chavismo. No se puede desmeritar ni minimizar el triunfo electoral de Edmundo Gonzalez el pasado 28 de Julio, pero tal como ya se había advertido la MUD y MCM carecían de una estrategia para lograr que el chavismo les entregara el poder por las buenas.

Esto ha lanzado la lucha opositora por los terrenos inciertos de una presión internacional al tiempo que en forma improvisada se trata de alimentar a cualquier precio la esperanza en la gente de un desenlace en el corto plazo

            Por su parte, el chavismo toma las medidas propias de un régimen que no muestra la intención de entregar el poder. La represión contra operadores de los partidos de la MUD y contra civiles desarmados ha aumentado y cada día escala a niveles más violentos haciéndose ahora extensiva a los menores de edad.

            El régimen chavista parece muy cómodo con el rechazo internacional que aún no supera las fronteras de la retórica diplomática. Mientras tanto en Venezuela se preparan cambios que buscan asegurar la permanencia de esa claque fascista en el poder.

            Hace unos días se anunciaron las sustituciones de los jefes de la DGCIM el MG Iván Rafael Hernández Dala y del SEBIN GJ Gustavo Enrique Gonzalez López. Estos movimientos, que son normales en regímenes fascistas como los de Cuba y Venezuela, fueron calificados inmediatamente por la oposición como señales inequívocas de una fractura militar. A estos cambios se suman otros en los componentes militares y por supuesto la ratificación de Vladimir Padrino López como Ministro de la Defensa y de Domingo Antonio Hernández Lares como jefe del CEOFANB.

            Este movimiento llevó a operadores y analistas vinculados a la MUD a propagar toda suerte de fábulas sobre presuntas crisis y miedos en el régimen chavista y más específicamente en su sector militar. Como esto es algo que todo el mundo desea escuchar las distintas versiones y “análisis” sobre fracturas y rupturas militares sonaron como música celestial para muchos incautos.

            Este es el clásico trapo rojo que el régimen chavista agita con su mano izquierda mientras con la mano derecha, en la actual coyuntura, aprovecha para aprobar las nuevas leyes electorales que regularan el fraude electoral del 2025 y hace una renovación de cuadros en el llamado Poder Ciudadano, esto es para elegir al Defensor del pueblo, al Contralor y el Fiscal General de la República. Siendo el cargo que hoy ostenta Tarek William Saab el de mayor notoriedad pero que seguramente por sus actuaciones se encamina a una ratificación.

            No vemos en los cambios militares ni en los cambios del Poder Ciudadano signos de división, crisis o fractura en el Estado chavista como sugieren algunos fabuladores. Por el contrario vemos a un régimen que se reagrupa para tratar de hacer más eficiente su aparato militar y policial de represión. Para lograr esto al igual que el régimen cubano el chavista hace purgas periódicas para sacar no necesariamente a quienes están conspirando, que serían muy pocos, sino a aquellos que lucen menos beligerantes y fanáticos que otros.

            La presunción de que el fin del chavismo será por vías de fuerza le otorga crédito a las versiones de supuestas divisiones internas en sus fuerzas militares. Es cierto que hay luchas internas por el poder, como ocurre en cualquier otro régimen político, pero estas se dan en el contexto de un ecosistema cerrado que hasta ahora ha demostrado una gran capacidad para reproducirse, reacomodarse y adaptarse.

            Mientras seguimos distraídos esperando que unos militares chavistas atiendan el llamado a rebelión que les hace María Corina Machado, el régimen aprovecha para avanzar sus posiciones más allá del 10 de enero.

            Se requiere de un debate profundo y un replanteo total de la estrategia y los métodos de lucha de la oposición venezolana para verdaderamente articular una lucha que sea viable y exitosa para derrocar al chavismo.

            Pero aún estamos muy lejos de eso y mientras tanto seguimos dándole vida a las falsas esperanzas con trapos rojos que se agitan por doquier.

@humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con maestría en Negociación y Conflicto en California State University.

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