, , ,

La economía chavista del terror

Comparte en tus redes

El chavismo ha logrado lo que recomiendan los manuales de dominación más cínicos: controlar sin persuadir, castigar sin reglas, regalar sin deber.

Humberto González Briceño

En Venezuela ya no hace falta un aparato ideológico para sostener el poder. Bastan dos instrumentos: el miedo y un bono. Uno paraliza, el otro condiciona. El régimen chavista ha perfeccionado una economía del control cuyo núcleo no es la producción, ni la inversión, ni siquiera el discurso. Es la sumisión. Y su precio es barato: treinta dólares en el Carnet de la Patria y la amenaza latente de una celda sin juicio.

Mientras las estadísticas oficiales –opacas y complacientes– anuncian una supuesta recuperación, la vida real dice otra cosa: inflación persistente, salarios ruinosos, pobreza crónica. Pero lo verdaderamente perverso no es el colapso económico en sí, sino la forma en que se administra: se distribuye miseria con apariencia de generosidad, como si regalar lo expropiado fuera una política pública.

Cada bono anunciado desde el sistema Patria es, en realidad, una operación política. No hay azar en su cronograma. Aparecen después de protestas, antes de elecciones, durante campañas de represión. Son sedantes sociales, placebos monetarios y, sobre todo, sobornos de subsistencia. Porque en Venezuela el hambre vota. Y también obedece.

Pero los bonos no sostienen solos al régimen. La otra cara de esta economía de terror es la represión selectiva y continua. Detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, procesos amañados: un ecosistema de castigo orientado menos a suprimir la disidencia que a disuadirla. «Esto te puede pasar», advierte el caso de Rocío San Miguel. O el de Ronald Ojeda.

El sistema es eficaz precisamente porque combina estímulo y amenaza. Mientras unos reciben pagos por su silencio (o por su indiferencia), otros son condenados por ejercer el pensamiento crítico. Aquí no se premia el mérito ni se castiga el delito; se premia la docilidad y se castiga la conciencia.

El chavismo ha logrado lo que recomiendan los manuales de dominación más cínicos: controlar sin persuadir, castigar sin reglas, regalar sin deber. En lugar de bienestar, dependencia. En vez de ley, miedo. Porque en Venezuela el control no se ejerce por consenso, sino por extorsión. Al cuerpo, al estómago, al alma.

.@humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con maestría en Negociación y Conflicto en California State University.

https://larazon.net/category/humberto-gonzalez-briceno