“Banqueros, empresarios e importadores se hicieron multimillonarios con el control de cambio”, aseveró Manuel Sutherland, economista egresado de la Universidad Central de Venezuela e investigador.
Por Carlos Díaz
“La economía venezolana se enfrenta a la importación fraudulenta, una creciente fuga de capitales y caída de la producción”, describió Manuel Sutherland, economista egresado de la Universidad Central de Venezuela, investigador y autor de varios libros, en entrevista con “La Razón”.
Resaltó que la fuga de capitales —que ha llevado a las reservas internacionales a su nivel más bajo en la historia del país— se ubicó en 230 mil millones de dólares durante los últimos diez años. “La clase capitalista en Venezuela tiene 180 mil millones de dólares, es decir, ocho veces más dólares que el país en reservas; y, además, los capitalistas venezolanos en el extranjero han logrado triplicar sus dólares”, agregó.
Según Sutherland esta situación ha ocasionado que no haya suficiente respaldo para la moneda nacional, que el país tenga la inflación más alta del mundo y el déficit fiscal se ubique de dos dígitos y lo cual ha destrozado el salario real —que comparado con 2008 tiene una caída severa a pesar de los aumentos del salario nominal.
¿Han tenido éxito las medidas del gobierno para reducir la escasez, la inflación y las colas para comprar alimentos?
— Para combatir la inflación se debe detener la emisión inorgánica de dinero porque esta no tiene ninguna correlación con las necesidades de la economía. Casi 17 mil por ciento aumentó la base monetaria desde 1999 y 2015, es decir, pasamos de 5 mil millones a 855 mil millones de dólares. Frente a ello el gobierno se dedicó a imprimir dinero sin respaldo hasta generar un efecto nefasto sobre la economía. En los recientes tres años, sin embargo, se ha acelerado el ritmo de emisión.
Asimismo, indicó que también es necesario sincerar los precios de algunos productos que no están acordes con los costos de producción e, igualmente, impulsar un plan de industrialización y desarrollo agroindustrial. “Lamentablemente, se importa mucho y se produce muy poco. Si no se ejecuta un plan de producción los venezolanos continuaremos sufriendo el desabastecimiento”, apuntó.
FRAUDE CON LA IMPORTACIÓN
¿A qué se debe la brusca caída de la producción, si el Estado controla casi el 40% del aparato productivo? Como se sabe, en manos del Estado está buena parte de la industria láctea, el cemento, la cabilla, el papel, el aluminio, la electricidad, una parte de la industria automotriz, aceites Diana, papel y hasta la franquicia de los famosos helados “Copelia”
— Uno de los problemas más graves de la industria nacional son las expropiaciones que ha hecho el gobierno de empresas con fuerte absolescencia técnica, es decir, casi chatarra. Varias de estas expropiaciones fueron grandes negocios para sus antiguos dueños quienes pudieron venderlas con altos sobreprecios. Además, muchas de estas empresas han sido mal administradas por parte de funcionarios corruptos que, inclusive, han alejado a los trabajadores de la gestión de las mismas. En algunos casos se trata de militares corruptos y civiles abiertamente delincuentes que se roban la mercancía y se dedican a culpar a los obreros de cosas que son inocentes y que han tratado de sacar adelante a las empresas.
¿Por qué el pueblo trabajador pasa tanto trabajo para conseguir los productos de la dieta diaria? ¿A qué se debe que las caraotas que consumimos vienen de Nicaragua, la carne de Colombia, el pollo de Brasil, entre otros?
— Ha habido fraude con la importación. Por ejemplo, las divisas aprobadas para traer carne han aumentado en 21 mil por ciento desde 1999 hasta la presente fecha. Solo en 1999 se importaron ocho millones de dólares en carne y entre 2012 y 2013 la inversión se ubicó en 1.700 millones de dólares. Esa desastrosa y gigante importación ha sido fraudulenta por parte de la empresa pública y la privada. Ambas obtienen los dólares preferenciales a 6,30 bolívares pero no traen la mercancía sino que se apropian de las divisas para cambiarlos en el mercado paralelo o fugarlos del país para sus cuentas en el extranjero. Por tanto, en lugar de importar diez toneladas de carne entonces solo traen uno. Además, los productores nacionales de carne prefieren pedir los dólares y no producir porque resulta más lucrativa la ganancia con la importación que a través de la producción.
GUERRA ECONÓMICA NO EXISTE
¿Qué se hicieron los fundos zamoranos, la maquinaria agrícola proveniente de Bielorusia, las vaquillas lecheras de Argentina y los vientres reproductores de Nicaragua?
— Los fundos zamoranos no tienen la suficiente escala ni capacidad productiva para competir en el mercado nacional. Su maquinaria es obsoleta y algunos ni siquiera la tienen sino herramientas rudimentarias. Producen a escala muy baja, apenas diez, veinte o cien hectáreas cuando se requiere producir en veinte mil y así producir alimentos a precios competitivos. La producción de los fundos zamoranos es tan baja que ni siquiera garantiza salario mínimo a los obreros. El problema de los fundos zamoranos y de todas estas experiencias es que fragmentan el capital en lugar de unificarlo y potenciarlo. Al fragmentar su capital, por ende, lo debilitan y por eso quiebran tarde o temprano.
¿Qué es la guerra económica?, ¿cuáles son sus objetivos?, ¿quiénes la están ejecutando y por qué no se han penalizado a sus autores?
— La guerra económica no existe, no es una teoría científica, no tiene que ver con el marxismo ni el socialismo, ni tampoco tiene asidero en la realidad. Se usa este término con la pretensión de decir que no hay problemas en el manejo de la economía sino problemas políticos que perjudican a la economía. También argumentan que los empresarios sabotean la producción y no creo que sea así sino que ha habido una aplicación de incentivos económicos erróneos. Esto y la fuga de capitales —que no es una confabulación de la derecha sino facilitada por los funcionarios del gobierno que obtienen dólares preferenciales— tienen hundido al país. Si superamos todo esto podemos echar el país adelante, sin embargo, tampoco es que se vayan a solucionar la economía porque debemos recordar hay problemas estructurales.
CONTROL DE CAMBIO Y MULTIMILLONARIOS
¿El pueblo cree la versión según la cual hay desabastecimiento porque hay “una guerra económica de la oligarquía, del imperialismo o de Álvaro Uribe contra el gobierno de Maduro”?
— Quizás mucha gente lo creyó al principio pero en la medida que las cosas fueron empeorando la gente se dio cuenta que no les dijeron la verdad. La gente se pregunta por qué las empresas estatales hacen lo mismo que denuncia el gobierno, es decir, suben los precios de sus productos que también escasean para los consumidores. Es el caso de Conviasa adonde uno va a comprar un pasaje y la respuesta más frecuente es que no hay; y no se trata de guerra económica sino que también participan de la especulación.
Empresas de diversos sectores del país han reducido su actividad —e incluso muchas han cerrado— debido a que no han tenido acceso a las divisas, ¿cuáles son las ventajas y desventajas del control de cambio?
— Fue una necesidad en el 2003 debido a la masiva fuga de capitales que estaba ocurriendo. El control de cambio —en una economía que pretende ser parte de la transición al socialismo— debe acompañarse con la estatización de la banca y el comercio exterior. En Venezuela no se ha hecho ni una cosa ni la otra, por tanto, los grandes banqueros, empresarios e importadores han aprovechado el control de cambio para convertirse en multimillonarios. Con el control de cambio se han fugado grandes cantidades de capital y han comprometido la renta petrolera de hoy y mañana. Para una economía capitalista este sistema cambiario no es bueno.
¿Debe investigarse a fondo las denuncias de sobrefacturación, entre otros hechos de corrupción, que supuestamente ha permitido el actual control de cambio?
— Se ha investigado las denuncias que involucran a las empresas más pequeñas o secundarias pero no aquellas en las cuales han participado las grandes que son las que cometen los peores fraudes.
EXCESO DE DÓLARES
¿Qué resultados ha arrojado del Sistema Marginal de Divisas (Simadi)?
— El Simadi debió implementarse desde 2003. Su principal problema hoy es que su precio está por debajo del mercado paralelo y por ello la gente no acude a vender sus dólares allí. Asimismo, tiene una serie de restricciones que son un poco estrictas y lo cual hace que no sea del todo transparente. Estas dificultades impiden el éxito que debería tener este sistema. Por tanto, se deben realizar cambios importantes en el Simadi.
¿Hay suficientes dólares para satisfacer la demanda de divisas de país?
— Los altos precios del crudo en años anteriores permitieron el ingreso de grandes cantidades de dólares. Podríamos decir que hubo un exceso de dólares que debió permitir que se cubrieran los gastos de la nación y también para guardar una parte importante. El problema es que esos dólares fueron transferidos de manera fraudulenta a la clase capitalista criolla y se los apropiaron los grandes grupos de poder. Es necesario aplicar medidas drásticas que impidan la fuga de capitales.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de Financial Crimes Enforcement Network (FinCen), la división que se encarga de combatir el crimen financiero, detectó transacciones que permitían que dinero procedente de la corrupción en Venezuela ingresara al torrente financiero internacional a través de la Banca Privada de Andorra, ¿esto debe ser investigado por el gobierno nacional?
— Es muy probable que los paraísos fiscales estén manejando los dólares que se han llevado de Venezuela de manera fraudulenta.
PEOR MOMENTO PARA SUBIR LA GASOLINA
¿Es oportuno o necesario el aumento del precio de la gasolina en el marco de una alta inflación, escasez y malestar social en incremento?
— Es el peor momento para tomar esa medida y por ello no han tomado la decisión. El incremento del precio de la gasolina podría traer un golpe inflacionario adicional. El aumento de la gasolina debe realizarse anualmente, continua y sistemática.
Recordemos que su precio no se ajusta desde 1997. Hay que subirla pero que debe acompañarse, por ejemplo, de una conversión masiva a gas para los fletes de alimentos y transporte público.
¿Por qué no se incentiva la producción en las comunas? ¿No se cree que de esa forma se combatiría el desempleo y a la vez se mejora la producción nacional?
— No le veo potencialidades económicas a las comunas sino más bien políticas y sociales.
¿Se afectará la relación comercial entre Venezuela y Estados Unidos a partir de las medidas sancionatorias contra un grupo de funcionarios venezolanos?
— Estoy totalmente en contra de la agresiva, belicista, injustificada, errónea y cobarde amenaza estadounidense contra Venezuela. Su objetivo es intimidar. El decreto de Obama restringe los capitales de funcionarios corruptos y burócratas acusados de violar los derechos humanos pero no toca el intercambio comercial ni tampoco la venta de petróleo. Afectar el intercambio comercial tampoco le convendría a las empresas estadounidenses. No creo que haya sanciones que perjudiquen las relaciones económicas entre ambos países aunque nunca se sabe.
Auditar deuda interna y externa
¿Deben repatriarse los capitales fugados?
— Esa posibilidad es prácticamente imposible. Las personas que se llevan esos capitales los han guardado en los paraísos fiscales, han comprado propiedades y muchas cosas más. Así que repatriarlos es imposible.
El exministro Jorge Giordani señaló hace más de un año que de Cadivi se fugaron más de 25 mil millones de dólares a través de empresas de maletín y no hay ningún funcionario preso ¿A qué se debe tamaña impunidad?
— 25 mil millones de dólares son robados anualmente, es dinero de la renta petrolera que se están llevando fuera del país. Hay intereses estatales en esa fuga de capital y hay grandes intereses privados que buscan apropiarse con los dólares preferenciales —o casi regalados— y que, además, no desean que se sepa la verdad.
Es por ello que no se realizan investigaciones formales, profundas ni serias.La gente de Aporrea y Marea Socialista se ha pronunciado a favor de una auditoría pública sobre la asignación de divisas en los últimos diez años. ¿Qué opina usted al respecto?
— Sí, por supuesto, se debe hacer una auditoría de las deudas externas e interna y, de igual manera, del uso que se les dio a las divisas y también a las importaciones. Lamentablemente, hay mucha gente del gobierno que está vinculada al uso fraudulento que les dieron a estos recursos.