Utilizan los sentimientos y la difícil situación económica y social que tiene abatido al pueblo de Venezuela para manipularlos a su antojo y, además, montar un show.
Por Tamara Suju Roa
Cientos de personas han denunciado en organizaciones no gubernamentales como los han obligado, so pena de ser despedidos, a firmar contra las medidas tomadas por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. También se han recibido denuncias sobre despidos por no haberlo hecho, a pesar de la supuesta “inamovilidad laboral” que el mismo gobierno ha decretado y que no cumple, pero si obliga a cumplir a las empresas privadas.
Otra forma vergonzosa de obligar a la gente a firmar ha sido aprovechando el desespero que se vive en los sectores populares para adquirir comida, donde le cambian un pollo o tickets para comprarlo, por la firma, aprovechando el hambre, el cansancio y la ignorancia en gran parte de los casos, de la gente que en medio de la alharaca creada por el gobierno para darle la vuelta a las sanciones impuestas por el país del norte en contra de funcionarios venezolanos que han sido vinculados a violaciones de Derechos Humanos en Venezuela, le sacan la firma para conseguir el producto necesario. Las sanciones impuestas por Estados Unidos no son contra el pueblo venezolano, son contra quienes ellos consideran han violado los derechos humanos universales y, por lo tanto, se reservan el derecho de admitirlos en su territorio y que utilicen su sistema financiero.
¿Ustedes se han dado cuenta que así como estos días los ciudadanos fueron utilizados para estos propósitos, mañana podrían hacerlo para cualquier otro objetivo? ¿Que así como se ha denunciado la “asistencia del voto” en el interior, donde personas plenamente identificadas con el gobierno han acompañado a los votantes frente a las máquinas de votación indicándole cómo votar y casi que marcando por ellos, vigilándolos, pueden acudir a esta “obligatoriedad de firmar” mediante la implantación del miedo en la gente que teme perder su trabajo o quedarse sin “pollo”, para ser obligados a alcanzar el objetivo que se propongan?
[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ align=»right»]¿Cómo es posible que ciudadanos venezolanos hayan sido despedidos de sus trabajos por no firmar contra Obama?[/quote]
¿Qué pasa si el día de mañana le niegan la entrada a los supermercados populares si usted no firmó por Obama o por cualquier otra cosa que se les ocurra a partir de ahora? ¿Qué pasa si le niegan el derecho a obtener un empleo porque no firmar? O si le niegan el derecho al acceso a la educación superior? ¿Se da cuenta que esta manipulación asquerosa le abre al régimen las puertas para un sin número de usos del miedo colectivo que existe a revelarse contra la arbitrariedad y la manipulación?
¿Donde esta el Defensor del Pueblo? ¿Cómo es posible que ciudadanos venezolanos hayan sido despedidos de sus trabajos por no firmar contra Obama? ¿Cómo es posible que tilden a nuestros compatriotas de “traidores y cobardes” por no firmar? ¿Por qué no borran de una vez de la Constitución Nacional los derechos civiles y políticos que tenemos todos los venezolanos y que son derechos humanos inalienables, como la libertad de expresión y la libertad de conciencia, y así dejan de simular que son un gobierno democrático y se muestran como lo que verdaderamente son?
Lo más grave es como utilizan los sentimientos y la difícil situación económica y social que tiene abatido al pueblo de Venezuela para manipularlos a su antojo y, además, montar un show mediático para que las firmas sean más importante que la terrible inseguridad y la mortandad existente en nuestro país, que el desabastecimiento y la inflación, o las escandalosas denuncias que se han hecho públicas sobre el lavado de capitales a través de Pdvsa y el enriquecimiento de funcionarios del gobierno de Chávez que tienen cuentas de miles de millones de dólares en bancos en el exterior.
Militares, presos, trabajadores de todos los ministerios, de las escuelas, instituciones y empresas públicas, todos los que de alguna manera dependen de un sueldo del gobierno, han tenido que estampar su firma, para no perder su empleo. Pero estimado lector, ¿usted sabe que es más patético? Que durante días vimos como en vez de poner módulos de seguridad en las calles, en los barrios, en las plazas, para ver si la cifras de muertos víctimas del hampa disminuían, pusieron tolditos rojos y utilizaron toda la maquinaria propagandística e intimidatoria, para sumar firmas e irlo anunciando como si esto fuera una victoria: van cien mil, van un millón, y así sucesivamente.
La mayoría firmó por miedo. El número de firmas obtenidas no es proporcional al 20% de popularidad que le queda al presidente. Ni por convicción, ni por el patriotismo falso que han tratado de vendernos. No después de haberle entregado nuestro sistema de identificación nacional y nuestros registros a los cubanos. No después de haberle quitado el trabajo a nuestros médicos, a nuestros trabajadores de la construcción, a nuestros mineros, para dárselo a empresas chinas, iraníes, rusas.
Termino este artículo diciéndole a ustedes, estimados lectores, que así se sentirán de acorralados, ante la evidencia por sus acciones y omisiones sobre violaciones de derechos humanos, la denuncias sobre la utilización de la principal empresa del país para el lavado de capitales y la galopante corrupción que está saliendo a la luz pública, que son ellos los que verdaderamente están escudando sus miedos, manipulando a la población, con enemigos y guerras que sólo están en su imaginación. El motivo por el cual no hay alimentos y medicinas en nuestro país, no es por la inventada “guerra económica” sino porque el régimen y quienes lo controlan, despilfarraron, regalaron y se embolsillaron el dinero de la nación.
¿Dónde firmo para que se conozca la verdad sobre la utilización del dinero de todos los venezolanos que durante los últimos quince años entró al país por la venta de nuestro petróleo al precio más alto que ha tenido desde su descubrimiento? Esta sería una planilla que apuesto firmaríamos con gusto el 100% de los venezolanos.