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En tiempos de pantallerismo, lentejuelas rojas y divas mediaticas

¿Será que para defender la patria sustituiremos las armas por brindis de guarapita y la guerra asimétrica por los bailes de maraca?.


 

Por Jesús Silva

Si perdura la escasez de alimentos y medicinas (sea por guerra económica o por economía de guerra) y la hiperinflación o estanflación económica prosigue, no cabe duda que disminuirá el furor antiimperialista que se ha mostrado recientemente gracias al torpe decreto del Presidente Obama, entonces los días más difíciles para el proceso bolivariano regresarán.

Esto podría suceder en un par de semanas y siendo así, los conspiradores y enemigos de la paz democrática estarán a pocos pasos de voltear definitivamente al pueblo en contra del Presidente Maduro en el panorama de su credibilidad y popularidad. El retorno de las angustias económicas como principal tema de Venezuela es una amenaza latente y está a la vuelta de la esquina, sería una necedad no reconocerlo.

Por eso advertimos que en este contexto difícil, se debería intentar el desarrollo de nuevas fuentes de productividad y eliminar subsidios insostenibles, acabar con el Simadi o lo poco que queda de él pues lo han recortado notablemente. Más vale un solo dolor que seguir muriendo a cuenta gotas. Basta de insistir en ese experimento del sistema marginal de divisas donde cada día el dólar es más caro y está más lejos de satisfacer la real demanda (cosa que estimula la tasa creciente de dólar today) y por tal motivo está enredando en un infeliz mercado negro a millones de venezolanos que en mala hora se convirtieron en vanidosos fanáticos de dólares para realizar compras no esenciales inspirados en el «sueño americano».

Hemos dicho varias veces que lo que se debería hacer con los petrodólares mayoritariamente succionados por el parasitario empresariado nacional (y en menor cantidad por estafadores raspa cupos), es destinarlos a importar alimentos y medicinas exclusivamente y bajo vigilancia del Estado. Para todo lo demás debería existir un sólo régimen de divisas, dicho de otro modo, dos sistemas de divisas son suficientes para reordenar las finanzas venezolanas siempre que sean manejadas con transparencia y gerencia eficaz.

Pero volvamos a la fastuosa campaña del gobierno contra el decreto imperialista. Quiero dejar muy claro que apoyo radicalmente defender con seriedad a mi país frente a cualquier ataque extranjero, para lo que no estoy disponible es para incorporarme a bochinches y derroches en nombre de antiimperialismo.

No cabe duda que Venezuela tiene el pueblo más parrandero del mundo y a veces se nos pasa la dosis. Hace poco culminó la semana santa en medio de severas dificultades económicas y sin embargo nuestros compatriotas gastaron varios miles de bolívares viajando masivamente y muestra de ello fueron inmensas colas en avenidas y terminales colapsados de millones de pasajeros.

[quote_center]Se debería intentar el desarrollo de nuevas fuentes de productividad y eliminar subsidios insostenibles, acabar con el Simadi o lo poco que queda de él[/quote_center]

Esa parranda perpetua de nuestro pueblo que tanto se queja de la situación del país pero no deja la rumba, se traslada a cada puente vacacional y fin de semana largo donde la patria laboralmente se paraliza como si estuviera por llegar una «amenaza inusual y extraordinario». Ahora que el bendito decreto de EEUU le aplica a Venezuela sanciones económicas y genera el peligro de una agresión mayor, muchos venezolanos reaccionan con su incorregible tradición parrandera, cantando, bailando y vacilando. Quien escribe no es un contrarrevolucionario ni un neo-socialista de los que ahora aparecieron, sino un estudioso del marxismo desde hace más de 20 años y partidario fiel de Hugo Chávez. Hoy me cuesta entender la praxis de una Revolución Rumbera, más fiestera de 2 años para acá. Desde que se sustituyó la música de Alí Primera por la de Hany Kauan muchas cosas dejaron de parecerme serias.

Entonces, mientras en Irak preparaban bunkers para combatir al Imperio, en Afganistán organizaban guerrillas caza gringos, en Libia se atrincheraban en desiertos con fusil en mano, en Siria arman al pueblo para el combate, en Líbano se defienden con Hizbolah, en Cuba perfeccionan los Comités de Defensa de La Revolución; acá en Venezuela esperamos a los yanquis gringos imperialistas invasores marines y boinas verdes con un tremendo sarao publicitario entre bailes de cumaco, tambores, maraca quiebra cintura y cantos tradicionales de Ocumare y Choroní.

Frente a esta cara mega rumba publicitaria, este nuevo Hollywood socialista, aparece el remix musical de «We are the world» en versión bolivariana, con el Lionel Richie chavista y la Britney Spears antiimperialista, caramba, les advierto que en el exterior podrían no tomarnos muy en serio.

En tiempos de pantallerismo y lentejuelas rojas, de fashion revolucionario, divos y divas mediático, pan y circo, yo humilde obrero a cuenta propia y revolucionario de a pie, pregunto: ¿será que para defender la patria sustituiremos las armas por brindis de guarapita y la guerra asimétrica por los bailes de maraca? Exijo respuesta.

Como siempre, la ética revolucionaria me obliga a adoptar posiciones incómodas y criticar a mi gobierno revolucionario porque me niego a justificar lo injustificable. En este contexto, no me queda más opción ante tanta guasa, rumba y guachafa de fashionistas y arroceros, que quejarme: No me la canten ni me la bailen más o creo que la invasión es mamadera de gallo.

 

El autor es constitucionalista y profesor EEPA-UCV

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

@Jesus_Silva_R