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No hay tanta fruta para comunicar los clamores de la gente
EDE
Parece que la única forma de llamar la atención del Presidente es lanzándole un mango. Le sirvió a una señora esta semana y, bendecida por el populismo, terminó hasta con una casa. La exprimera dama, María Isabel Rodríguez, se atrevió a tirar un mango virtual, inesperado, vía Twitter para que Nicolás Maduro atienda los problemas de seguridad de Rosinés, la hija del fallecido presidente Hugo Chávez. Tal vez le funcione. Si el método se comprueba y sigue dando resultados dejará a más de uno sin la posibilidad de saborear el tropical fruto que en lo sucesivo servirá de medio de comunicación. Lloverán mangos sobre la humanidad presidencial, porque lo que sobra en el país son problemas, asuntos por resolver, peticiones sin atender. Imagínese usted. Necesitaríamos una temporada de mangos perpétua para hacer entender a la máxima autoridad del país que debe prestar atención a los problemas de corrupción que brotan por cada rincón. ¿De qué tamaño debe ser la manga que contenga el listado de las empresas de maletín? ¿Servirán para hacer carato las frutas que se le hagan llegar a Maduro con los casos de podredumbre administrativa? Visto lo visto, los venezolanos tendremos que hacer uso de otras frutas. En letras claritas puestas sobre un melón podríamos pedir reformas o, mejor aún, con mayúsculas sostenidas, bien remarcado, escribir en una enorme patilla que es la economía lo que debe resolver. ¡La crisis, presidente! A ver si así se entera de algo.
