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El brazo cruel de las torturas

Mantener a una persona en prisión por su forma de pensar viola no solo la Constitución Nacional sino todos los pactos internacionales de DDHH


Tamara Sujú Roa

Recuerdo hace algunos años atrás haber ido al segundo cumpleaños del pequeño hijo del preso político y ahora diputado José Sánchez (Mazuco) en la cárcel militar de Ramo Verde, que se lo celebraban en el piso 5 de dicho centro de reclusión. Había recibido la invitación y no podía faltar.

Lo que nunca olvidaré, aparte del surrealismo de una fiesta a infantil en una cárcel, donde quienes lo acompañan son sus compañeros de celda -en este caso los policías metropolitanos que al día de hoy permanecen injustamente recluidos, familiares y unos pocos allegados- fue la tristeza en los ojos de Sánchez. Cuando me acerqué a conversar con él me comentó que una de las cosas que más le afectaban de su reclusión, era el obligatorio alejamiento que eso significaba para su esposa y su pequeño hijo, ya que vivían en Maracaibo y trasladarse a Caracas a visitarlo significaba un gasto muy fuerte para ellos. Por lo que lo que las visitas podían espaciarse hasta por tres meses.

La consecuencia para este padre era que su niño no lo reconocía cuando llegaba a Ramo Verde, que al principio le costaba que el bebé lo aceptara, porque lo veía con extrañeza. Ganarse su confianza le podía llevar el tiempo que duraba la visita, y otra vez se iba y se alejaba. Es poco probable que un niño de esa edad pueda recordar a esa persona que ve por uno o dos días, para después no verlo por meses. Para un padre encarcelado, y más cuando ha sido injustamente encarcelado, no ver crecer a su hijo en este período de la infancia en el que el niño se desarrolla tan rápido, aprende velozmente y un día pasa del gateo a la corredera casi sin que nos demos cuenta, es un gran sacrificio y una gran tristeza.

A Leopoldo López le han prohibido ver a sus hijos pequeños por más de 7 meses del año y dos meses que ya tiene preso. Es decir, entre castigo y castigo y los aislamientos a los que ha sido sometido, cada uno por quince días o tres semanas, ha acumulado más de 7 meses sin verlos. La niña que entiende un poco más -dentro de lo normal para su edad (5años)- ya se ha castigado ella misma, encerrándose en su cuarto “presa como su papa” sin querer salir, y así quizás acompañar a quien para ella es su héroe. Ella se ha quedado agarrada de las rejas de la entrada en Ramo Verde, viendo como los hombres de uniforme, esos que para ella deben ser unos monstruos, le impiden entrar a verlo. El varón, apenas un bebé de dos años, al que le han impedido ver a su padre casi la mitad de su corta existencia, quizás ahora esté empezando a darse cuenta que hay hombres “malos” que no le permiten verlo.

Me pregunto: ¿dónde están los derechos del niño? ¿Dónde está la Defensoría del Pueblo? Cuando se castiga con aislamiento a un preso político, sin ver la luz del sol y sin ver a su familia, la crueldad y la maldad del régimen que lo mantiene preso se duplica. Y esto es válido también para Daniel Ceballos y su familia. Ni López ni Ceballos han sido sentenciados. En el juicio que se está llevando a cabo contra López, no ha habido ni un solo testigo de la Fiscalía que haya atestiguado en contra de él, al contrario, lo han exculpado de los cargos que se le acusan. En el juicio contra Ceballos, el propio gobernador del estado Táchira se convirtió en su juez y fiscal, sentenciándolo previamente. Los venezolanos no tenemos ninguna duda de que Leopoldo López y Daniel Ceballos son presos políticos. Organizaciones internacionales como la OEA, la ONU y la UE han pedido su libertad. Pero a ellos los mantienen presos porque el gobierno les tiene miedo.   Por eso no les basta con meterlos presos y maltratarlos, amenazarlos, incomunicarlos en celdas de castigo por largos períodos de tiempo, entre otras acciones injustas, sino que además castigan y violan los derechos humanos de su familia más cercana, ensañándose con sus esposas e hijos.

Mantener a una persona en prisión por su forma de pensar viola no solo la Constitución Nacional sino todos los pactos internacionales de DDHH que ha suscrito Venezuela. Y si a esto agregamos que ese «castigo» se traslada a sus seres queridos, entonces no podemos dudar sobre la gravedad del acoso, de la saña y de la perfidia del castigo contra el preso político.

Según los Principios y Buenas Prácticas Sobre La Protección De Las Personas Privadas De Libertad En Las Américas emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, adoptados por la Comisión durante el 131º período ordinario de sesiones, celebrado del 3 al 14 de marzo de 2008, Leopoldo López y Daniel Ceballos tienen derecho a lo siguiente:

Principio XVIII: Contacto con el mundo exterior:

“Las personas privadas de libertad tendrán derecho a recibir y enviar correspondencia, sujeto a aquellas limitaciones compatibles con el derecho internacional; y a mantener contacto personal y directo, mediante visitas periódicas, con sus familiares, representantes legales, y con otras personas, especialmente con sus padres, hijos e hijas, y con sus respectivas parejas.

Tendrán derecho a estar informadas sobre los acontecimientos del mundo exterior por los medios de comunicación social, y por cualquier otra forma de comunicación con el exterior, de conformidad con la ley”

Principio XXII: Régimen Disciplinario:

Punto 3: Medidas de Aislamiento:

— “Se prohibirá, por disposición de la ley, las medidas o sanciones de aislamiento en celdas de castigo”.

— “En todo caso, las órdenes de aislamiento serán autorizadas por autoridad competente y estarán sujetas al control judicial, ya que su prolongación y aplicación inadecuada e innecesaria constituiría actos de tortura, o tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.

Me permito recomendar a las autoridades de la cárcel militar de Ramo Verde, al ministro de la Defensa, a las autoridades judiciales y al presidente Maduro, leerse el texto completo de estos principios de obligatorio cumpliendo para el Estado venezolano, sólo para que no comentan la estupidez de alegar su ignorancia. Hasta el ex presidente Pepe Mujica le pidió Maduro en su última visita a Venezuela, que le diera un trato muy preferencial a los prisioneros de carácter político, pero este gobierno se niega a escuchar consejos.

@Tamara_Suju