Especialistas, como el economista Luis Brusco, advierten que no hay ninguna muestra seria de querer atacar el problema inflacionario
Enrique Meléndez
El economista Luis Brusco indica que, aún cuando el BCV todavía no ha dado a conocer las cifras del comportamiento inflacionario en lo que va de año, algunos estudios empíricos hablan que el flagelo se pudiera ubicar en un 200%.
“Además de eso, está el otro resultado colateral que refleja en cierta forma la gravedad de la inflación, que es el fenómeno de la escasez, y cuyo índice de comportamiento no lo conocemos desde hace trece meses”, indica el también profesor de la UCV.
Extraoficialmente se maneja que el acumulado inflacionario del año, según las cifras del BCV, se ubica en un 30%. ¿Qué sabe usted a ese respecto?
— Es lamentable que el BCV siga actuando en una forma pasiva frente a estos desequilibrios macroeconómicos, y aún más: está dando información totalmente distanciada que nada tiene que ver con la realidad, con lo que están demostrando algunos estudios empíricos sobre el comportamiento de la inflación esperada para este año.
Por el contrario, esos estudios están señalando que en el año 2015 se puede cerrar con una inflación de 200% o más. Verdaderamente la situación es muy preocupante, dada las informaciones que se tienen en materia de depreciación del tipo de cambio, y sus efectos en el comportamiento de la inflación.
Por otro lado, el uso del comportamiento monetario por parte del gobierno para poder seguir expandiendo el gasto está determinando definitivamente la posibilidad de que la inflación se monte por encima de 200% este año y, probablemente, de seguir esta situación para los próximos años entremos definitivamente en una ruta hiperinflacionaria, pues cuando las tasas de inflación comienzan de crecer de manera acelerada es difícil detener el proceso, si no se toman medidas contundentes a objeto de estabilizar la economía.
[quote_center]Expansión del gasto determina la posibilidad de que la inflación supere el 200%[/quote_center]
¿Eso explica el hecho, como lo vienen demandando algunos medios de comunicación, de que el BCV esté moroso con respecto a la publicación de las cifras de inflación?
— Así es, ya hemos cerrado el cuarto mes del año 2015 y, efectivamente, en estos cuatro meses no se conoce nada sobre la inflación intermensual del país, y menos a nivel nacional. Además de eso, está el otro resultado colateral que refleja en cierta forma la gravedad de la inflación, que es el fenómeno de la escasez y cuyo índice de comportamiento no lo conocemos desde hace trece meses.
Tenemos cuatro meses sin recibir información sobre el comportamiento intermensual de la inflación. Pero aún más, otras cifras que el BCV nos debe: una es la relativa al comportamiento del PIB del año pasado, aunque ya hubo un avance: se sabe que hubo un decrecimiento de 4%, aproximadamente, y lo más grave, quizás, por la importancia que tiene el sector externo hoy en la economía, es que el BCV no da información sobre la balanza de pagos.
Así que no sabemos como cerró la balanza de pagos el año pasado. Tenemos algunas estimaciones en unos términos seriamente deficitarios y, por supuesto, esto es colateral con respecto al comportamiento de las reservas internacionales. Se ha producido una caída de las reservas internacionales y eso es producto de tener, seguramente, unos resultados negativos con relación a la balanza de pagos.
El gobierno alega que esta situación se ha presentado como una consecuencia de la guerra económica, y que es una excusa que viene esgrimiendo, al tiempo que recrudece el acoso contra empresas como Polar. ¿Qué piensa usted en ese sentido?
— Esa es la interpretación política del fenómeno. Hablando, pues, con el fundamento de la ciencia económica y con los estudios empíricos que se vienen haciendo sobre los determinantes de la inflación, nada tiene que ver con esto de la guerra económica.
[quote_center]Hay algunos sectores de la economía que están tomando como unidad de cambio el dólar y no el bolívar”[/quote_center]
Estos estudios están revelando que los efectos de transferencia de la depreciación del tipo de cambio sobre los precios en una economía, como la venezolana, revela que, cuando los precios petroleros están cayendo, y aún más eso se revela en la caída de las reservas internacionales, esos efectos de transferencia sobre la inflación son de un 50%, aproximadamente. Y mi estimación es que la depreciación que ocurrió el año pasado y ocurre durante el presente alcanza cerca de 400%.
Por supuesto, esto es un cálculo basado en un promedio ponderado del tipo de cambio, y considerando los distintos tipos de cambio que se usan hoy en día para financiar las importaciones, eso me está dando cerca de 400% de depreciación. Si aceptáramos los estudios empíricos de que el efecto transferencia de esa depreciación sobre el comportamiento de los precios es, aproximadamente, de un 50%, pues por esa vía podríamos estimar una inflación próxima al 200% para este año.
Si a eso le sumamos el hecho de que se sabe que Venezuela, por ser un país petrolero, y en consecuencia, los ingresos fiscales proceden fundamentalmente de los ingresos petroleros, no hay duda de que esta caída de los precios del crudo revela o provoca un mayor déficit fiscal que, definitivamente, obliga al gobierno a seguir financiándose con deuda y, particularmente, financiándose monetariamente con recursos del BCV.
Cuando uno revisa el comportamiento de la base monetaria del BCV, aproximadamente el 70% del crecimiento de la base monetaria se debe al crecimiento del sector público. En condiciones como estas, no hay por qué argumentar la calificación o la denominación de esto como una guerra económica, pues nada tiene que ver con la economía.
Creo que esto es un abuso, aparte de que se trata de una interpretación totalmente lejana e inadecuada de lo que está ocurriendo en la economía. Lo más grave es que de continuar con esta teoría o continuar con esta apreciación, los hacedores de política económica en Venezuela, los que están haciendo ahora “la política económica”, no piensan hacer nada al respecto.
Así que las expectativas son aún más graves ante el hecho de que no hay ninguna muestra verdaderamente seria de atacar el problema inflacionario, de atacar este serio desequilibrio de la economía, pues podemos pensar que estamos entrando en una etapa en un futuro muy parecida a lo que se conoció en los países del sur como una hiperinflación.
[quote_box_right]50% de la canasta de consumo para construir el IPC ya está impactada por el tipo de cambio paralelo y no por el tipo de cambio oficial, según estimaciones del profesor de la UCV Luis Brusco[/quote_box_right]
También se ha venido insistiendo mucho en el tema de la caída de los inventarios y, en ese sentido, se habla de cosas de semanas, cuando lleguen a cero, aunque hay quien ha reparado que eso no es más que la proyección de una conciencia apocalíptica. ¿Con cuál de las dos posiciones está usted?
— Yo creo que no sólo se están agotando los inventarios, sobre todo en el sector agroindustrial, donde hay una situación bien delicada a ese respecto. Recordemos que aproximadamente el 80% de la canasta alimenticia está representada por bienes previamente manufacturados. Pero también otros productos de uso cotidiano del hogar, así como de aseo personal, están en esta misma condición de escasez. Verdaderamente estamos en una situación de colapso muy próxima al agotamiento de los inventarios.
Por otro lado, no sólo está el problema de la escasez de los inventarios, sino que también hay indicios, como resultado del flagelo de la inflación, de que en Venezuela, y a pesar de que existen algunos colegas que opinan que no es conveniente la dolarización de la economía venezolana, vamos camino a ese proceso. Pero, con independencia de lo que pensemos los colegas, en la práctica está ocurriendo un proceso de dolarización de la economía venezolana.
Cuando la economía entran e una etapa inflacionaria, como la nuestra, uno de los resultados es la tendencia a sustituir la moneda nacional por otras monedas que le proporcionen las funciones que el dinero debe cumplir en una economía sana. Unas de las funciones que cumple el dinero, como es la de servir como medio para atesorar valor, así como de servir como unidad de cuenta, sin duda hoy en Venezuela se han perdido.
Y la otra función del dinero, como es la de la servir como medio de cambio, ya existen indicios serios de que en algunos sectores no se aceptan transacciones, sino es en dólares y no en bolívares. Estas son señales claras de cuando en una economía hay una fuerte caída de la demanda de dinero local y es sustituido para efecto de algunas funciones del dinero por otras monedas de mayor peso.
[quote_center]“Aproximadamente el 70% del crecimiento de la base monetaria se debe al crecimiento del sector público”[/quote_center]
A su juicio, ¿el proceso de dolarización resulta irreversible, partiendo del hecho de que ya hay transacciones que están haciendo en dólares, como la de los automóviles?
— Sí, ya hay algunos sectores de la economía que están tomando como unidad de cambio el dólar y no el bolívar. Pues, efectivamente, estamos viendo en el sector inmobiliario que esto priva; en el sector automotor, ahora. Incluso, hay una aceptación por parte de las autoridades económicas de llegar a acuerdos para autorizar a algunas empresas a objeto de producir y vender productos o insumos en dólares.
Además, del sector inmobiliario, del sector automotor, otros sectores también están señalando que se están haciendo negociaciones en dólares; por ejemplo, algunos servicios de turismo, viajes al exterior y otros servicios que son altamente demandados por la clase media en Venezuela.
La otra controversia que también se ha suscitado entre los economistas estriba en el hecho de que unos dicen que la mayor parte de los precios están amarrados al dólar negro, mientras que otros dicen que la mayor parte está amarrado a los tipos de cambio del mercado oficial. ¿Por cuál de las corrientes se inclina usted?
— Las informaciones de ponderaciones relativas a la data de consumo que sirve para construir el IPC nos dicen que el 50% de la canasta de consumo, si incluimos allí varios productos como vestido y calzado, servicios del hogar, restaurantes y hoteles, ya han sido impactados por el tipo de cambio paralelo.
De modo que esa es otra vía para comprobar o para estimar que la inflación pudiera alcanzar los niveles que le dije anteriormente. Un aproximado del 50% de la canasta de consumo para construir el IPC ya está impactado por el tipo de cambio paralelo y no por el tipo de cambio oficial.
Hay quien señala que no se puede considerar que hemos llegado a un proceso hiperinflacionario, tomando en cuenta que todavía no se han registrado niveles de 50% de inflación intermensual. ¿Qué piensa usted?
— Por supuesto que estamos en una etapa de tránsito. Pero lo peligroso de esto es que pronto pudiéramos caer en niveles de inflación sorprendente mes a mes, a propósito de la liquidez monetaria, el dinero primario, que es lo que inyecta el BCV en los primeros cuatro meses del año y que ha venido creciendo el doble de los primeros cuatro meses del año pasado, y de mantener ese ritmo de crecimiento no es extraño que se presente ese fenómeno.
[quote_center]“Es lamentable que el BCV siga actuando en una forma pasiva frente a estos desequilibrios macroeconómicos”[/quote_center]
Por otro lado, de no lograr nada en materia de ajuste cambiario, de lograr estabilizar el tipo de cambio y paralelamente atacar el fuerte desequilibrio monetario; pues, no es extraño alcanzar tasas de inflación intermensual cercana a un nivel que nadie desearía. La base monetaria está alrededor de 880 mil millones de bolívares, aun cuando Pdvsa todavía tiene un financiamiento superior a ese saldo con 920 mil millones de bolívares del BCV, sólo que esos 920 mil millones de bolívares se ajustan por efectos contrarios de otros rubros de la base monetaria, de forma que la base monetaria resulta por debajo. Pero a mí me parece escandaloso el financiamiento de Pdvsa, y allí está la clave o allí está la cifra claramente definida del financiamiento del sector público, cada vez más creciente por parte del BCV.
Escasez del 60%
¿Qué tan grave es la escasez actual?
— No hay que dejar de llamar la atención sobre el fenómeno de la escasez, porque me parece un problema tan grave como la inflación, porque, además, permite una cierta aberración con respecto al manejo de las cifras, pues la escasez tiende a ocultar la inflación. Hay una relación inversa entre el comportamiento de la inflación y la escasez. Ahora, si el BCV no sale con cifras que no se corresponden con la evolución macroeconómica serán fácilmente rebatidas, porque se verá que no tienen sustento económico. Creo que hoy tenemos un nivel de escasez de un 60%.