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La comedia de Felipillo

La visita de Felipe González expresa la descomposición política y moral de los opositores perrorabiosos


Julián Rivas

La reciente visita de Felipe González a Venezuela fue una comedia. Por supuesto que este acto de injerencia en los asuntos internos de Venezuela tiene fines políticos: es un evento más en el largo proceso de saboteo a la independencia venezolana y los poderes nacionales.

La visita de Felipe González expresa la descomposición política y moral de los opositores perrorabiosos. Pero no por ello hay que olvidar que la visita del señor González tuvo momentos ridículos.

El diario “El País” de España dedicó una página a tan repudiable y a la vez curiosa visita. Hay muchas lecciones que extraer en medio de un insulso y reiterativo discurso político. Que si las libertades, el pato y la guacharaca. Un amigo dice que fue una visita sin pena ni gloria. A nuestro modo de ver es una muestra más de la desvergüenza que predomina dentro de la oposición supuestamente venezolana pero al servicio de factores externos. Todos los opositores, tantos del viejo adecaje como de los asimilados, incluso los intelectuales rajaos, convalidaron la intromisión del señor González.

Supuestamente él vino a reclamar derechos para los presos políticos, pero según se desprende de lo que escribe el diario “El País” de España, el objetivo fue “unir” a la oposición.

Felipe González reúne a la oposición venezolana”, desplego ese medio en primera pagina y en sus paginas interiores. “El expresidente del gobierno español Felipe González se reunió ayer con miembros de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) con el fin de analizar la situación política venezolana, con vistas a la posibles elecciones que se deberían celebrar a final de año”, reza en el sumario de una tendenciosa pagina del diario madrileño.

Entonces, ¿a qué vino al señor González? ¿A ver la condiciones legal de los presos políticos? Inicialmente se dijo que venía a cumplir rol de abogado de los señores López y Ceballos. Pero efectivamente vino a ser jefe electoral de la oposición perrorabiosa, con lo que se demuestra la injerencia en los asuntos internos de nuestro país. De parte de él, Felipe González, y de quienes lo apoyan, la ultraderecha española, la oligarquía colombiana y la gusanera de Miami, mas el establecimiento anglosionista y pentagonista.

Hay una grafica que habla por sí sola. Felipe González habla en rueda de prensa. A su lado la señora Tintori, esposa de Leopoldo López. Esta señora debe estar enferma, pues siempre actúa como si fuera una reina. Atrás, en la foto, vemos de relleno a Andrés Velásquez, qué pena con este señor. Y no podía faltar Chúo Torrealba, supuesto jefe de la MUD. El Cabeza Pelá le sostiene el micrófono a Felipe González, lo que da cuenta de lo servil que es ante factores externos que quieren someter a Venezuela. Si hubiera que tenido que aparecer en público agarrándole otra cosa al Felipillo, lo habría hecho. Bueno, en Irapa dicen que la cáscara guarda el palo.

Hay un intertítulo muy curioso: Influencia política. “El ascendente que ejerce González entre buena parte del liderazgo venezolano, de carácter histórico sobre los dirigentes del social demócrata partido Acción Democrática y político –sobre el ala progresista del partido Primero Justicia, del ex candidato presidencial Henrique Capriles Randonski, y del que se desgajó en su momento Leopoldo López- le concede una cierta capacidad para amalgamar a los bandos en disputa. González tenía previsto reunirse también con el periodista Teodoro Petkoff, de 83 años…”

Por lo demás, González regresó por donde vino: vía Bogotá. Funciona el eje Madrid-Miami-Bogotá.

Felipillo de lo último

Por estos días vemos intromisión externa, provocaciones imperiales a propósito de nuestra histórica y legal reclamación del Territorio Esequibo. La historia como que va y viene. Funcionarios ingleses nos agreden, una vez más. Pareciera que Walter Raleigh abrió campo a este vicio, luego que el rey de España Felipe II le concedió ordenanza de poblamiento y organización territorial a Antonio de Berrío en 1573, que comprendía la mayor parte de lo que hoy es Venezuela, hasta orillas del río Amazonas. Por cierto, esto contribuye a dejar claro que el Esequibo es venezolano, siempre. Los títulos históricos, que valen, son indiscutibles.

Pero lo curioso de hoy día es que este Felipe González es pieza del anglosionismo internacional, que agrede a Venezuela. Y en Bogotá lo celebran. Chúo Torrealba le agarra el largo micrófono. Andrés Velásquez certifica. La historia se volvió comedia.

En nuestra historia podemos encontrar elementos clave. Eso de ser entreguista y servidor de los imperios no es nuevo. No te preocupes Chúo, eres uno más de la lista. Hablar mal de Venezuela no es nuevo. Imagine que Andrés Level de Goda muchas décadas después de que Venezuela era independiente, lo lamentaba. Él había trabajado para los ingleses en Trinidad, pues como residió en la isla antes de que la tomaran los ingleses en 1797, fue acreedor de la triste condición de súbdito de la reina de Inglaterra. A la vez partidario del colonialismo español, ya viejo decía que si el rey de España hubiera viajado a Caracas cuando la invasión de Napoleón, no habría perdido las colonias.

De estas cosas nos habla V.S. Naipaul, súbdito de la reina de Inglaterra, que le concedió titulo de Sir. Trabajó desde muy joven en los archivos de Puerto España. Casi toda su obra esta matizada por datos de la época hispano – venezolana de Trinidad. Pero es una obra que tergiversa lo venezolano. Y así le dieron el Nobel de literatura. No se sorprendan que también le den el Nobel a Felipe González y al Santos de Colombia. Igualmente, un premio Oscar a la señora Tintori, por su histrionismo de todos los días.

NOTA BENE. Celebremos la orientación educativa y cultural que se le ha otorgado a la Torre de David, que finalmente va a ser culminada. Llevamos años pidiendo mejor uso de esa instalación. Igual debe hacerse con la vieja torre Viasa, el edificio Asunción de Sabana Grande y otros. Recomendamos a nuestras autoridades que las Torres de El Silencio se conviertan en un gran museo nacional. Ya cuenta con murales y la propia estructura es parte de la historia arquitectónica del país. Los despachos ministeriales que todavía tienen oficinas allí, pueden ser mudados al viejo edificio del Banco de los Trabajadores, a la Torre El Chorro, y a la misma Torre Viasa.

Finalmente, por estar lejos, en el Medio Oriente, lamento no haber podido estar en un acto en el cual la Universidad Campesina de Venezuela nos concedió la acreditación de Maestro Campesino. Es una acreditación académica que para mí es un honor, y un orgullo. Visto desde lejos, lo agradezco por dos razones, en lo personal y en memoria de mis abuelos parianos, maestros campesinos.