Estados Unidos pidió a Venezuela liberación de presos políticos, elecciones libres y asegurar vida de Leopoldo López
Humberto González Briceño
Reportajes publicados en las últimas horas por Washington Post y Wall Street Journal, que citan fuentes del Departamento de Estado norteamericano, confirman que Estados Unidos ha expresado preocupación por la vida de Leopoldo López y además ha pedido a Venezuela la liberación de los presos políticos y garantías de elecciones justas y libres este año.
Estas informaciones se han difundido justamente en el momento en que la huelga de hambre de Leopoldo López cumple 30 días y su esposa asegura que su salud se sigue debilitando.
Liberación de los presos políticos y elecciones libres para un aterrizaje suave
Estados Unidos sigue con atención el desarrollo del conflicto interno en Venezuela y su impacto en la región. Jackson Diehl, editor del Washington Post reveló el domingo que según fuentes del Departamento de Estado la reunión de altos funcionarios de EEUU y Venezuela es “un intento del gobierno para negociar un aterrizaje suave (“soft landing”) de este país latinoamericano que esta colapsando”.
Según Diehl, la meta a corto plazo de los Estados Unidos es que Venezuela libere a los presos políticos y respete su integridad física. Particularmente, los Estados Unidos expresaron preocupación ante un posible desenlace fatal en la huelga de hambre de Leopoldo López y cómo esto afectaría los esfuerzos por normalizar relaciones con Venezuela.
El «aterrizaje suave» al que refiere Diehl en su artículo no es otra cosa que la transición en Venezuela, en medio de su peor crisis política y económica. Estados Unidos le estaría solicitando al gobierno venezolano que defina la fecha para unas elecciones que además deben ser justas y libres.
Apenas hoy el Consejo Nacional Electoral anunció la fecha de las elecciones parlamentarias para el próximo 6 de diciembre.
¿Aceptará el gobierno observadores creíbles en las parlamentarias?
La columnista del Wall Street Journal Mary Anastasia O’Grady en artículo publicado este lunes, en el que cita sus propias fuentes, en coincide gran medida con la información publicada el día anterior por Diehl en el Washington Post.
El artículo de O’Grady agrega que parte del petitorio de los EEUU a Venezuela incluye aceptar la presencia de observadores internacionales creíbles en las elecciones parlamentarias.
Que el régimen haya aceptado conversar sobre estos temas no quiere decir que esté dispuesto aceptar las peticiones de los norteamericanos. Las generalidades que han adornado la versión oficial sobre el encuentro en Haití llevan a pensar que Venezuela está más en una estrategia de ganar tiempo y darle largas a las peticiones de los EEUU.
Es previsible que el gobierno no libere a los presos políticos. De hacerlo enviaría un signo de debilidad a su propia base, de por sí desencantada ante el fracaso económico. La respuesta a la petición de los Estados Unidos sería que en Venezuela no hay presos políticos, sino terroristas. Una denominación que permite saltarse la legalidad y justificar juicios de carácter político.
El anuncio de la fecha de las elecciones sería presentado como la intención de honrar lo conversado en esas negociaciones con los EEUU. Pero hasta ahí. La fecha y punto. Lo de libres y justas no será más que un simbólico saludo a la bandera.
Estados Unidos apuesta a que la solicitud de una observación internacional creíble, o sea no limitada a la Unasur, en las elecciones parlamentarias corra con mejor suerte y pueda ser aceptada, eventualmente, por el gobierno. La presión internacional sigue en aumento y todo el mundo se pregunta si Venezuela podrá resistirla hasta el final.
La situación no es fácil para el gobierno. Aceptar la observación internacional es poner en evidencia ante los ojos del mundo un cúmulo de irregularidades que podrían llevar a una intervención posterior de organismos internacionales en el conflicto interno de Venezuela. Situación nada deseable para el gobierno venezolano, que hasta ahora parece deshojar la margarita sin dar señales en ninguna dirección.
Cabello visitó los EEUU vía la Habana
En este contexto hay que leer el viaje de Diosdado Cabello a la Habana, el fin de semana para conversar personalmente con Raúl Castro ¿De qué cosas hablaron que requerían un contacto personal y no podían ser conversadas por teléfono?
No es casual que Diosdado Cabello visite a Raúl Castro casi a una semana de su reunión con Thomas Shannon en Haití. Cuba hoy tiene mejores relaciones con los EEUU que Venezuela. Ambas reuniones están relacionadas.
Es posible que la visita de Cabello a la Habana confirme el rol de gestor de buenos oficios de Cuba en la solución del impasse entre Venezuela y los EEUU. También es posible que los Estados Unidos comunique con más claridad y precisión su mensaje al gobierno venezolano, a través de Cuba.
Este viaje también se puede explicar como el preámbulo de decisiones importantes por parte del gobierno venezolano. ¿De que hablaron? ¿De las elecciones? ¿Fechas? ¿Observación internacional creíble?
Cuba, ejerciendo su inoculable influencia sobre e gobierno venezolano, podría sugerir a Venezuela el mejor curso de acción a seguir. Pero, ¿mejor para quién? ¿Para Venezuela? ¿Para los Estados Unidos? ¿Para Cuba?